3. ¿Asociación libre? (II)

80.2K 3.9K 420
                                    

-Hablaremos de una vez, de tu trastorno obsesivo-compulsivo.

Rex, tragó saliva, luego simplemente guardó silencio unos instantes. - ¿Qué hay que saber? Simplemente me pasa al desenfundar el arma...-Explicaba con una expresión dolorosa y de resignación, en su rostro.

- ¿Solo asi? ¿No te pasa con nada más?

-Es lo que dije...

Zeta se llevo la mano al mentón, y miró a su compañero con gesto reflexivo. -Está bien... esto solo te pasa cuando tienes que disparar...entonces, ¿Cuándo fue la primera vez que disparaste un arma de fuego?

- ¿Qué es esto? ¿Ahora resulta que me vas a analizar? -Respondió Rex con un tono elevado de voz.

-No podría analizarte, solo hice tres años de carrera en psicología, y bueno por causas apocalípticas imprevistas tuve que posponerlo, en fin... solo quiero ayudarte como un amigo, jamás, esto que estoy haciendo podría ser llamado un análisis psicológico. No tiene encuadre, además que ya me conoces... asi que toma esto como una conversación reflexiva, en donde me relatas todo lo que quieras contar. Sin omitir nada por favor, se llama asociación libre.

- ¿Asociación libre?

-Exacto, ¿Podrás hacerlo?

En realidad Zeta mintió un poco en su relato, la asociación libre consta principalmente de que el paciente este sentado en un diván y a espaldas del analista, para no distraerse en su narración, por lo que el ambiente en este momento no era el más adecuado, pero ¿Cómo serlo en un apocalipsis? Debía adaptarse, no le quedaba otra opción.

Rex chistó-Está bien, como quieras, ¿Mi primera vez disparando eh? Bueno no recuerdo bien qué edad tenia, pero era pequeño, mi padre me había llevado a disparar a un corral en un campo del abuelo, no había nada ahí, y yo solo disparaba a las latas, nunca me dejo disparar animales, esa fue mi primera vez, no hay mucho que decir.

-Cuéntame más de tu padre, ¿De que trabajaba?

A Rex le cambio la cara, le brillaron los ojos, y respondió enérgicamente. Zeta lo escuchó con atención.

-Mi padre era el mejor mecánico de toda la ciudad, era muy respetado por todos y reconocido, cuando alguien quería reparar algo lo mandaban a su taller, el me enseño todo lo que sé.

Zeta casi se da un palmazo en la cara, pero no quiso arruinar el momento asi que se contuvo, ¿Cómo no me di cuenta antes? Pensó. Cuando Rex le había mencionado de aquel grandioso mecánico, no resultaría ilógico que se tratase de su propio padre.

-Bien, tu padre era un mecánico respetado y conocido, ¿Qué hay de tu madre? ¿También trabajaba?

- ¿Mi madre? No, en un momento de su vida fue profesora de inglés, pero luego se dedicó a mantener la casa.

Zeta se tomó un momento antes de la siguiente pregunta, sabía que fuera como fuera, a Rex le caería mal. -Está bien, ¿Y dónde se encuentran ellos ahora?

Rex no respondió, se levantó bruscamente y se perfilo para irse, pero Zeta lo detuvo interponiéndose en su camino.

- ¿Quieres que te ayude con tu problema o no?

-Te recuerdo que nadie te pidió tu ayuda, psicólogo.

-Se bien que es doloroso, pero lo hago por tu bien, ¡para que la próxima vez no tengas que hacer un ritual de treinta segundos, para poder efectuar un maldito disparo! Si quieres seguir viviendo, deja tu puto orgullo de lado, y déjame ayudarte.

Zeta pensó en ese momento, que era el peor casi psicólogo de todos, gritarle a la persona que quieres ayudar. Buen plan.

Rex apretó los dientes, sus músculos se tensaron, cerró los puños, tan fuerte como pudo, luego miró a zeta con una mirada de odio mezclada con dolor.

Z El Señor De Los Zombis (Libro I) Versión ClásicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora