— ¡Ay! Casi lo olvido—dijo en un tono burlesco—. Ya tengo novio, y es Franco.
*****
—Papi, ¿falta mucho para llegar?
—Tranquila, nena. Estamos cerca. ¿Lo ves? Ahí mismo hay un cartel con el símbolo de la nación Escarlata.
La dulce niña de cabellos rizados observó con atención la señal de transito, luego adoptó un semblante dubitativo. — ¿Qué significa ese círculo con ese punto en medio?
—Seguramente es el símbolo que adoptaron para que gente ambulante como nosotros, podamos reconocerlos —contestó el padre con un atisbo de esperanza al saber que se encontraban cerca de su objetivo luego de una larga caminata y de evadir centenares de peligros—. Pero tengo entendido también que ese símbolo, antes, significaba oro.
— ¿Oro? —preguntó la niña con un brillo especial en sus pequeños ojos, su imaginación comenzó a volar por los territorios más inhóspitos de su mente, maquinando fantasías de todo tipo— ¡Papi! ¿Será una nación de oro? Con casas de oro, ropa de oro, juguetes de oro —sus ojos se abrieron en par, mientras esbozaba una gran sonrisa—. ¿También habrá zombies de oro? ¡Así ya no me darían miedo papi!
Raúl la miró con sosiego, eran muy pocas las veces que veía sonreír a su nena de apenas nueve años. La verdad, es que luego de ese día en que todo cambió, nunca volvió a verla sonreír. Disfrutó ese momento guardándolo en su mente, escuchando y aprobando cada alocada acotación que su dulce hija le relataba. Una lágrima surcó su mejilla; y un extraño y casi olvidado sentimiento se asomó desde lo más profundo de su ser... Felicidad.
La emoción de saber que estaba cerca de una nación prestigiosa por su buen trato con los de afuera; le provocaba una sensación que hacía meses no sentía, ahora su vida cambiaria nuevamente, pero esta vez, para bien. Podría darle a su hija la protección y la seguridad de un futuro prospero; aunque sea mínimo, pero indudablemente mejor que el que ya le venía ofreciendo. Y entonces, sonrió. No pudo evitarlo, no quería evitarlo. Y ambos, padre e hija, caminaron de la mano hacia su nuevo destino, hacia su nueva vida.
Hasta que de repente, en ese momento, Raúl escuchó un sonido peculiar a sus espaldas, el sonido que produce un vehículo a toda marcha. Se giró buscando cerciorarse de que sus oídos no le fallaban y su diagnostico había sido certero, y si lo fue, divisó a lo lejos el color del vehículo, era color rojo. Inmediatamente, comenzó a agitar los brazos y pedir ayuda gritando tanto como su garganta podía.
— ¡Eva tu también grita! —dijo su padre mientras la alzaba de la cintura para que la niña ganara más altura y ella procedía a agitar los brazos—. Seguramente son de la nación escarlata, nos llevaran a nuestra nueva casa cariño. ¡Vamos grita!
La jovencita accedió a cumplir los deseos de su padre y gritó con fuerza al vehículo que se acercaba a toda velocidad a su dirección.
—Está funcionando cariño. ¿Qué te dije? Son de la nación escarlata, ¡estamos salvados! — dijo su padre entusiasmado, pero su semblante cambió drásticamente al ver mejor, a las personas dentro del auto.
El vehículo se detuvo a poca distancia de ambos, era un jeep deportivo sin techo y con unos gruesos barrotes color azabache; del cual cinco hombres se encontraban dentro, dos en los asientos delanteros y tres en la parte trasera, todos completamente armados. Solo uno bajó del vehículo, usaba ropa oscura, con una chaqueta de cuero negra, con las mangas arrancadas; la usaba desprendida, dejando ver sus marcados abdominales y un tatuaje en forma de una calavera de tribales, que se dejaba notar en la parte inferior izquierda de su abdomen.
Su rostro no inspiraba para nada confianza en el padre de la jovencita; le dio una agria sensación, al ver una cicatriz que surcaba lateralmente el ojo derecho del sujeto, el cual estaba protegido por un parche negro. Utilizaba un corte estilo mohicano corto; rapado a los costados, con una cresta negra en medio, seguramente, para incitar aún más miedo al que se le cruzase.
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Z El Señor De Los Zombis (Libro I) Versión Clásica
Science FictionTras despertarse en un callejón baldío, cubierto de sangre y sin ser capaz de recordar su identidad, un solitario y desconfiado joven no tendrá más opción que sobrevivir a un mundo en donde las leyes ya no existen, los muertos cobran vida, el orden...