–Tenemos mucho de qué hablar. –le digo a la rubia mientras estoy sentada en el lugar de una de sus amigas. Ellas aún no han llegado –¿Por qué tú...?
–Shh, shh. Primero yo. –me interrumpe apoyando sus dedos sobre mis labios –Lo que hiciste ayer fue fabuloso, tienes carácter y casualmente hay una vacante en mi grupo. ¿Te interesa? –habla mientras mira sus perfectas uñas.
–¿Una vacante? Ya tienes muchas amigas. –respondo teniendo una ceja en alto.
–Lo sé, pero tú no eres de los perdedores. Te quiero conmigo, puedo enseñarte muchas cosas de moda, créeme. –comenta luego de mirarme de pies a cabeza. Ella parece recordar algo y revuelve el interior de su costoso bolso de diseñador para terminar sacando el broche que le había dado cuando choqué contra ella.
No estoy muy segura de esto, no quiero convertirme en una muñequita linda y sin cerebro. Aunque podría ser una muñeca por fuera pero seguiría siendo yo por dentro. Sin mencionar que eso me acercaría más a la rubia para analizarla.
–Está bien, seamos amigas. –respondo haciendo que ella suelte unos insoportables chillidos y me da un pequeño abrazo.
–No te arrepentirás. Oh dios, tengo mucho que enseñarte, salones de belleza, spas, centros comerciales y más. –habla emocionada mientras cuenta con los dedos –Y verás que soy una mejor amiga que está estúpida nerd, lo prometo.
Al oír esto me pongo de pie haciendo que sus chillidos se calmen –Si vas a usarme en contra de Anaís mejor paso. El problema que tengan es entre ustedes, yo no tengo nada que ver. –hablo estando dispuesta a volver a mi lugar. Pero al dar unos pasos la rubia termina abrazando mi brazo para no dejarme ir.
–Ya entiendo, no lo haré. ¿Amigas? –ella me mira con unos ojitos de cachorro triste que toca mi lado bueno. Entonces suspiro y asiento con la cabeza.
La rubia me suelta diciendo que a la salida de la clase me presentará con las demás de su grupo, les dará un tiempo para que ellas se acostumbren a la idea de una nueva integrante. Por mi parte acepté pero no pienso moverme de mi viejo lugar para estar con ellas a partir de ahora, porque perdería mi lugar cerca del chico malo y el chico nuevo.
Justo en ese momento veo a las amigas de la rubia llegar charlando y se callan al verme. La chica que golpeé tiene varios rasguños, golpes y moretones en su rostro al igual que parte de su cuello.
–¡Que no se acerque a mí! –chilla ocultándose detrás de las demás cuando me ve acercarme. Estás también comienzan a temblar.
–Sólo quería disculparme por lo que hice. Lo siento. –digo mirándola a los ojos.
Ella lentamente hace a un lado a sus amigas para mirarme con una sonrisa de lado –Oh, ya veo. Pero deberás hacer lo que yo te diga para que te perdone. –dice haciendo a sus acompañantes reír.
–No gracias. Sólo me dijeron que debía disculparme, no que me perdonaras. –respondo para luego darme la vuelta e ir a mi lugar.
Pero ahora que lo pienso el chico malo no quiere verme por decirle sus verdades, así que no tengo más opción que sentarme junto al chico misterioso. Él me mira curioso cuando tomo de nuevo el asiento de su lado –¿Puedo preguntar de qué hablaron? –dice en un tono de voz bajo.
–Ahora soy del grupo de Sarah y me disculpé con la chica que golpeé. –respondo subiendo y bajando los hombros. Rápidamente busco mi libreta azul para anotar mis avances con la rubia.
En ese momento siento a alguien asomarse sobre mi hombro, el chico misterioso parece muy interesado en mi libreta y eso no me gusta –Sabía que escribirías algo después de esto. –habla bajo muy cerca de mi oído. Velozmente cierro la libreta y lo miro con el ceño fruncido.
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Escuela De Clichés
Teen FictionLa historia de una chica común y corriente que, por simple aburrimiento, termina haciendo estragos en la vida de sus compañeros de clase.