Cap. 11

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Lo he estado posponiendo pero ahora sí ayudaré a los chicos que molesté tanto. Ya hablé con el chico misterioso, le dije todo lo que pensaba y fui directa. Queda en sus manos si quiere auto-lesionarse o parar.

Ahora pasaré a hablar con el chico malo, quién siempre está de mal humor. Que la suerte éste de mi lado. Las clases son normales, el profesor explica y debemos anotar todo. Yo lo hago rápidamente para luego escribirle una nota al chico malo. La cual dejo sobre su mesa.

"Sé que eres desconocido, quién habla todo el tiempo con Anaís. Pero descuida, tu secreto está a salvo"

Lo miro sobre mi hombro y él escribe apresuradamente sobre el trozo de hora para luego pasármelo, está un poco arrugado.

"Más te vale que no se lo digas"

Su letra es horrible pero al manos no tiene faltas de ortografía.

"Tranquilo, voy a ayudarte"

En el recreo me tomé la libertad de sentarme a hablar con el chico malo sobre sus problemas de ira y su mal carácter. Si tiene intenciones de cambiar, lo hará.

–Primero que nada quiero saber qué te atrae de ella –digo pensativa, obviamente tengo mi libreta en mano.
–Que estupidez –gruñe él mirando a un lado. Yo aclaro mi garganta y le recuerdo que debe competir contra el chico nuevo, quién sólo hace derretir a la nerd con una mirada.

–Debes superar eso. Es tu enemigo.

–Okey, ya. Desde el primer año me pareció linda, la empujaba para llamar su atención. Y las horas que pasaba haciendo mi tarea eran las mejores, yo la observaba mientras escribía, sus lentes le quedan muy bien y su cabello parece suave –me explica como si fuera una chica enamorada pero me encargo de regresarlo a la realidad.

–¿Eso es amor para ti? La empujabas, eso es agresión y luego la obligaste a hacer tu tarea. Todo está mal, por eso ella te teme y odia –digo frunciendo el ceño. Yo espero un insulto por parte del chico malo o incluso un golpe. Pero él cae sobre su mesa y cubre su rostro con los brazos.

–Es cierto, todo es mi culpa. Es por eso que dejé de haberlo pero... Me gusta mucho –sus sollozos me incomodan. Él es el chico malo y no debería actuar así.

–Okey. Diste el primer paso y está muy bien –hablo sonriendo. El chico malo levanta la cabeza mientras se seca las lágrimas bruscamente–. Ahora debes demostrarle que no eres malo, concéntrate en tí. Deja de golpear a otros.

Al oírme su rostro cambia completamente y se ríe en mi cara.

–Es como pedirle a la serpiente no morder –murmura teniendo una sonrisa de lado.

–¿Haz pensado hacer algún deporte? –En esta escuela tenemos club de lucha, tenis y fútbol en donde participan chicos y chicas. Tal vez él drene toda esa agresividad en los deportes.

–Lo intentaré –bufa mientras roda los ojos.

Esa misma tarde...
–¿Por qué viniste con nosotros? No te gustan los deportes –me dice Matt mientras prepara sus brazos para el entrenamiento. A él le encanta el tenis y ganó varios trofeos los años pasados.

–Un compañero comenzará el club de lucha y quiero verlo –respondo seria mientras cargo con la bolsa de ambos. Convencí a mis hermanos de traerme a sus prácticas pero a cambio debo llevar sus bolsos.

–Eso suena interesante –dice Harry subiendo y bajando las cejas. Debe pensar que estoy hablando del chico misterioso.

–¿No será tu novio? –cuestiona Matt mirándome fijamente. Da miedo su mirada.

Escuela De ClichésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora