Cap. 2

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Despierto al sentir algo frío caer por mi rostro, es agua. Me levanto de donde sea que me encuentro y seco toda mi cara con un pañuelo que siempre llevo de emergencia. Luego miro a mi alrededor y me encuentro en el baño de hombres, lo sé porque al lugar le falta mucha limpieza.

–¿Qué hago aquí? –le pregunto a la única persona que encuentro, el chico malo. Supongo que él me trajo aquí luego de casi matarme, por lo menos se hace responsable de sus acciones.

–Te desmayaste, busque agua y no tuve otra opción que el baño –me explica serio. Me da la impresión que aún quiere matarme por su ceño fruncido y voz grave.

–Ah, bueno. Gracias –respondo mientras me pongo de pie con cuidado. Mis rodillas me duelen y apenas puedo dar pasos sin ser atormentada por un profundo dolor. Luego me aparecerán moretones–. Mi libreta... ¡¿Dónde está?! –digo desesperada al no encontrarla por ningún lado, sólo tengo mi mochila. Tal vez la perdí en la pelea.

–Toma. –El chico malo la tiene en su mano y me la pasa. Rápidamente la agarro mientras siento mi corazón latir con fuerza. Qué haré si leyó el libro, no me dejará acercarme más a él.

–¿La leíste? –pregunto deseando que diga que no. Que vergüenza.

–No me gusta leer –responde mirando a un lado.

–Gracias de nuevo chic... Patrick. –Por poco lo llamo de esa otra manera, debo tener más cuidado ahora en adelante–. Debo irme.

–Oye. No me vayas a acusar de golpearte, ¿bien? –habla cuando coloca su brazo contra la pared para impedir que salga del baño–. Ya tengo suficientes problema y apenas comenzó el año –agrega para luego soltar un suspiro. Ya entendí, no me llevó a la enfermería para no tener que explicar lo que sucedió.

Yo lo observo bien y noto que su mejilla tiene una coloración morada, es el golpe que recibió. También su labio inferior está un poco rojo más un pequeño corte en la ceja que está sangrando.

–Sólo fue un accidente –respondo teniendo pena por él. El chico nuevo le dio una paliza. Patrick me deja ir pidiendo que no diga nada, más bien, me suena como una amenaza. Pero no le tengo miedo y mucho menos lo voy a delatar porque es una de las personas a las que investigo.

Al dar unos pasos siento que mis rodillas no tienen suficiente fuerza, debo sostenerme por la pared para poder moverme. Me duelen mucho.

–Que débil –él se queja pero me toma con cuidado del brazo para ayudarme a caminar. Esto lo anotaré sin duda, el chico malo siente culpa cuando lastima a alguien inocente. Yo creía que no le interesaba nada ni nadie. Salimos del baño de hombres lentamente, el chico malo me apresura, quiere que me mueva más rápido para que luego él pueda desaparecer.

–Me rompiste toda –me quejo mirándolo con el ceño fruncido. ¿Cuánto pesa? Cayó sobre mí el muy idiota y ahora recuerdo que no se disculpó.

–Cállate y camina, hay que irnos antes de que alguien nos vea –responde con la mandíbula apretada. Llevo la vista hacia adelante, debería disculparse pero se trata del chico malo. Así que no desperdicio energía en pedirle que lo haga.

–¿Qué? –escuchamos la voz suave de alguien. Entonces vemos a la nerd medio escondida dentro del baño de mujeres, su rostro se hace muy rojo al notar que fue descubierta–. ¡Yo no vi nada! –exclama para luego salir corriendo. Eso fue extraño.

–Espera. –El chico malo quiere seguirla pero no lo hace. ¿Por qué? No entiendo lo que está pasando–. Ella pensó que lo hicimos –habla un poco preocupado. Nunca lo había visto así.

–¿Qué lo hicimos?

–Sexo. Obviamente malinterpretó todo –murmura mientras baja la mirada. Ah, ya entendí... Más o menos.
–¿Por qué te importa lo que ella piense? –le pregunto mientras tengo mi libera y lapicera en mano. Voy a anotar todo.

Escuela De ClichésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora