Cap. 16

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Me encuentro revisando mi aplicación pirata mientras estoy en la habitación de Sarah. Como era de esperarse su casa es enorme y también su cuarto. Ella me dijo que regresaba en un momento, pero eso fue hace media hora.

Aún así estoy muy concentrada en los mensajes que la nerd y Desconocido se envían.

Anaís
Ya quiero conocerse.
No tengo idea de quién eres

Desconocido
¿Por qué ese interés?

Anaís
Es normal, me dices muchas cosas lindas y ni siquiera sé tu nombre.

Desconocido
Sólo digo lo que veo.

Anaís
Yo creí que eras una persona de la escuela que me gusta.
Pero me equivoqué, por eso quiero conocerte más que nunca

El chico malo tarda en responder, debe estar pensándolo muy bien. Debió sentirse decepcionado cuando vio que la nerd llamó Desconocido al chico nuevo, ese fue un golpe muy duro para él.

Desconocido
Soy Patrick

–Lo hizo. ¡Lo hizo! –digo en voz alta al ver ese mensaje. No puedo creerlo, pensé que no tenía las agallas para decirle la verdad a Anaís pero lo hizo. Por alguna razón me siento muy orgullosa de él.

Anaís
Tú eres Patrick? Patrick Tyler?
No puedo creerlo

Desconocido
Si, soy yo. Siempre he querido decirte lo que siento pero nunca me atreví.

Anaís
No, esto debe ser una broma tuya.
No quiero que vuelvas a hablarme idiota, nunca más!

Auch. Eso debió doler. Pobre chico malo, después de todo el tiempo que le dedicó a ella y los bonitos cumplidos que le daba por mensajes. Ahora la nerd ya no quiere saber más de él ni de Desconocido. Sé que no tiene nada que ver conmigo, pero esto me pone muy triste, incluso mis ojos se llenan de lágrimas.

–¡Volví! –la rubia abre la puerta haciendo que dé un salto. Velozmente froto mis ojos y guardo mi celular dentro de mi mochila –Gracias por esperar, traje todo lo necesario. –comenta teniendo dos bolsos rosas en cada mano. Los mismos están llenos de maquillaje y cremas.

–¿Y esto es para...?

–Primero voy a hacerte un tratamiento humectante para la piel. Te la dejará muy suave y perfumada. –ella levanta mi cabello completamente y comienza a untar un poco de crema sobre mi rostro. Admito que huele bien y los masajes que me hace son relajantes.

–¿Haces esto seguido? –le pregunto curiosa. Su piel se ve impecable y no hay rastros de acné en su rostro.

–Sip. A la mañana y luego en la noche. Esto también previene la aparición de granitos. –responde cuando termina de cubrir todo mi rostro con la crema –También evito comer cosas grasosas, así mi piel se mantiene perfecta. 

–Oh. –no sé qué decir. Ni siquiera sabía que la comida tenía algo que ver con el acné, ahora siento vergüenza por las imperfecciones que tengo en mi frente.

 Ni siquiera sabía que la comida tenía algo que ver con el acné, ahora siento vergüenza por las imperfecciones que tengo en mi frente

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