Cap. 26

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La tarde de trabajo en grupo transcurrió tranquila. Hablamos mucho sobre el tema que expondremos y nos comprometimos a hacer carteles junto con especímenes de la hidroponia. Rayita no trajo ni siquiera su mochila lo que molestó bastante a Alexis, al parecer él es responsable y exige que cada uno haga su parte en el grupo. Además podría ser un excelente líder pero ambos me eligieron a mí como la representante del grupo.

En la noche...
Es hoy, el encuentro del profesor y el pervertido. No sé como lo haré, pero debo salir de la casa, ya casi es hora y no quiero perderme de nada.

Bajo de la cama con cuidado y busco mi abrigo, no puedo salir en pijama. Sería ridículo y vergonzoso. La casa está completamente oscura, en silencio, hasta que mis pasos interrumpen la paz. Intento hacer suaves movimientos, aunque mis pasos se escuchan de todos modos.

–¿A dónde vas?

Quedo paralizada con mi mano sobre el picaporte de la puerta, estaba a punto de salir. Pero ya me descubrieron. Lentamente giro hacia la voz y me encuentro con Matt en la puerta de la cocina –Mmm... ¿Que? –respondo para luego bostezar –Es-Estoy en mi cu-cuarto. ¿Qué haces...?

–Tonta. Ya, despierta. –él se cree mi actuación y me toma de los brazos para sacudirme un poco –Casi sales de la casa dormida. ¿Quién dejó las llaves a mano? –murmura serio mientras me toma de la mano y me guía a la cocina.

–¿Qué pasa? –pregunto, ahora con más ánimos –¿Estaba caminando dormida? –Matt asiente serio y deja un vaso lleno de leche tibia frente a mí. Ya sé que es mi hermano mayor y que me protege. Pero justo ahora lo odio con todo mi ser, el profesor y el pervertido de seguro ya se encontraron. Ahora solo puedo imaginarme las cosas que están haciendo. Maldito Matt.

–Tuviste suerte que yo estuviera despierto. –comenta el muy estúpido.

–¿Qué haces despierto? –pregunto. Ahora su expresión cambia, ya no hay una sonrisa fanfarrona en su rostro. Además guarda silencio y se preocupa más en beber su café –Hey, te estoy hablando.

–No puedo dormir, es todo.

–Siempre duermes como un tronco. –lo acuso mientras cruzo mis brazos. Debe haber una razón lo suficientemente importante para que Matt no pueda descansar.

–Deja de molestarme. –responde a la defensiva. Estoy mucho más segura se que algo le pasa con esa respuesta.

–Siempre nos ayudas a Harry y a mí. Sabes que puedes contar con nosotros, ¿no?. –Matt deja de mirarme como si fuera su enemiga para luego suspirar.

–Es Perla, mi entrenadora. –confiesa en un tono lastimero. Cosa que me hace soltar una carcajada. Rápidamente me cubro la boca con las manos mientras mi hermano me mira muy mal –Ya no te diré nada. –gruñe molesto para luego ponerse de pie.

–Lo siento, me alteré. –me disculpo tomando su brazo, así lo vuelvo a sentar en la silla y le pido que me explique con más detalle la situación. Él suspira y pasa su mano por el cabello, se toma su tiempo para hablar. Pero, ¿ese tiempo no podría ser más corto?

–Sucede que ella... La invité a salir y no aceptó. –su voz se escucha débil. Puede que por primera vez en mi vida, vea a mi hermano Matt llorando. Eso es muy increíble.

–¿Qué más? –ahora mi actitud es mucho más seria ya que Matt realmente está lastimado.

–Dijo que era muy tierno y continuó con las clases. Ni siquiera me tomó en serio. –sus ultimas palabras se escucharon llenas de rabia. Pobresito, no me gusta verlo así. Él siempre bromea con Harry y se preocupa por nosotros, nos da un sermón cada vez que hacemos travesuras y babea por las chicas. Quiero a ese Matt de vuelta. Pero no sé que debería hacer ahora, no sé qué aconsejarle. Me siento inútil.

Bueno, para estos momentos existen los abrazos. Yo me pongo de pie y camino hacia Matt para rodearlo con mis brazos, aunque, siendo mucho mas grande que yo, apenas llego a abrazar su cabeza. Maldito alto.

–Gracias por escucharme. –él corresponde de inmediato y casi me deja sin aire por su abrazo lleno de entuciasmo. Un segundo después se separa de mí, con sus ojos lleno de lágrimas –Ni se te ocurre decirle esto a nadie, en especial a Harry. –me amenaza mientras intenta controlar su respiración y seca su rostro.

–¿Por qué?

–Él se burlará de mí diciendo que soy una niña. –responde serio, este es el Matt que conozco. Pero se equivoca con nuestro hermano, Harry le tiene mucho más miedo a él.

Luego de esa extraña charla entre hermanos, Matt acompañó a la cama y me arropó, dijo que ninguno de los dos debí estar despierto tan tarde porque a la mañana siguiente teníamos clases. Así que se despidió de mí y fue a su cuarto.

Puede que no haya presenciado lo del profesor y del pervertido. Pero logré acercarme más a Matt. Este sólo es el primer paso hasta que esté listo para que Harry le diga la verdad.

Escuela De ClichésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora