–Te amo. Te amo. –al chico nuevo no le importa quedar en ridículo en frente de todos. Incluso frente a sus admiradoras, algunas de molestan, otras se alegran y un pequeño grupo se encuentran confundidas.
–Suéltame. –Harry trata de quitárselo de encima. Pero él parece estar adherido a su brazo.
–No lo haré, por nada del mundo. –responde aferrándose más a él. En ese momento una mano de apoya sobre su hombro.
–Primero a mi hermanita y ahora a Harry. –murmura Matt estando detrás de Adrián. No se oye muy contento. El chico nuevo se encoge de miedo mientras suelta a nuestro hermano lentamente.
–No es nada Matt. Deja que se vaya. –comenta Harry desinteresado.
–Bien. –él suelta al chico nuevo y le ordena desaparecer de su vista de inmediato. Adrián camina rápidamente hacia nuestro salón luego de darle una última mirada a Harry –Los tipos como él me dan asco. –comenta Matt. Eso hace que Harry baje la mirada, ahora lo veo triste y froto su brazo para hacerlo sentir mejor.
Al final de las clases...
La rubia le pidió de nuevo a mis hermanos permiso para que yo vaya con ella. Ellos aceptaron y es por eso que ahora nos encontramos en un centro comercial. Nunca antes había venido a este lugar ya que todo es muy costosos y no hay dinero para darme estos gustos.–Mira esos zapatos, ven. –ella me toma del brazo y entramos a esa tienda. El lugar está muy bien decorado, hay estantes en las paredes en donde se exhiben los zapatos de diferentes modelos. Todos valen mucho dinero ya que son de diseñador.
Yo me encuentro sentada en unos cómodos sillones mientras la rubia habla con el encargado. Todo aquí es costoso pero se ve que son zapatos de muy buena calidad –¿Eh? –suelto una maldición cuando siento que levantan mi pie. Rápidamente me disculpo al ver que se trata de uno de los empleados, lo insulté por haberme asustado.
–Mira, te quedaran perfectos. Incluso podrás usarlos con el uniforme de la escuela. –me dice ella sonriendo. El empleado me coloca suavemente el zapato y me pregunta cómo se siente.
–Me siento como la Cenicienta. –respondo haciendo reír a Sarah.
–Me lo llevo. –le dice al hombre. Quien toma de nuevo el zapato y lo coloca dentro de una caja junto a su par. Ella paga con una tarjeta de crédito para luego salir de allí con la compra hecha.
–Sarah, gracias pero no necesita un zapato así. –digo sintiéndome apenada. Jamás podría hacerle un obsequio como este.
–No te preocupes y lo compré porque es perfecto para tí. –responde sonriendo. Pero esa sonrisa se borra cuando ve a una chica frente a nosotras, ésta sale de una tienda en donde venden ropa oscura y rasgada.
–Maldición, de todos los centros comerciales tuviste que venir a este. –comenta esa chica para luego inflar su chicle como un globo. La rubia no responde nada y me toma del brazo, intentamos seguir pero la chica se interpone en nuestro camino. Ambas se conocen –¿Qué? ¿Ya no me recuerdas?
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Escuela De Clichés
Novela JuvenilLa historia de una chica común y corriente que, por simple aburrimiento, termina haciendo estragos en la vida de sus compañeros de clase.