•Capitulo 44•

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Ya estábamos en la última hora de preparatoria, al fin.
Solo quería irme a mi casa, encerrarme y poner música a todo volumen.
Simplemente desconectarme del mundo por un rato.

Valentina se había ido a los baños, ya que se cruzó con Liam y tuvieron una pequeña discusión.
Me dijo que se lavaría la cara, y cuando se sintiera mejor volvería.

Por mientras, yo me quedé de pie al lado de su casillero.
El pasillo estaba lleno de estudiantes, todos dirigiéndose hacia su última clase de la mañana.

Vi que una cabellera castaña se acercaba hacia aquí, y mi cara cambió completamente.
No quería verlo, de ninguna manera.
No quería siquiera cruzármelo.

—¿Podemos hablar? —Me preguntó en un susurro, acercándose hacia mí con cuidado.
Yo me volteé, dándole la espalda.

—No tenemos nada de qué hablar.—Contesté, seca.

—Por favor ____, no puedo estar sin ti. —Dijo, agobiado. —Al menos déjame explicarte...

—Te dije que no. —Repetí, sintiendo como la tristeza era reemplazada por el enojo.

—Por favor, yo te amo, lo juro. —Volvió a insistir. Sentí una horrible punzada en el pecho al escucharlo decir esas palabras, que todo este tiempo habían sido mentira.  —Necesito estar contigo y...

—¿Que parte no entiendes de que no... ? —Iba a seguir hablando pero me quedé en shock, mirando hacia el frente.

Abrí los ojos como nunca antes, y tuve que cubrir mi boca para no emanar un grito.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —Me preguntó Louis, girando su cabeza hacia esa dirección.

Yo no respondí, seguí por varios minutos mirando sorprendida, sin poder creermelo aún.

—¡Leo! ¡Leo! —Grité con todas mis fuerzas, corriendo hacia él.

Él volteó al escuchar mi voz, y sonrió enormemente al verme correr en su dirección.
Abrió sus brazos, para recibirme en un gran abrazo.

—¡Eres tú! ¡Eres tú! —Volví a gritar, mientras escondía mi cabeza en su pecho.
Pude oír como reía ante eso.

Louis miraba toda la escena confundido desde su posición.

—Te extrañé, pequeña.—Me dijo,  acariciando mi cabello como siempre había acostumbrado a hacer.

Leo, él era mi mejor amigo desde que tengo memoria.
Nos conocemos desde pequeños por nuestras madres, las cuales eran mejores amigas desde la secundaria, y a partir de allí nunca más nos separamos.
Hace dos años el tuvo que irse del país debido a temas del trabajo de sus padres, y yo estuve muy mal por mucho tiempo.

Aún no podía creer que hubiera vuelto.

Era de altura mediana, cabello castaño con tonos claros y ojos muy oscuros, casi negros.
Amaba tocar la batería y todo lo que estuviera relacionado con la música.

—¿Por que no me dijiste que vendrías? —Le dije, aún sin soltarlo del abrazo.

—Quería que fuera una sorpresa.—Me habló, sonriéndome de forma cálida.

Lo había extrañado tanto.

—Tienes mucho que contarme.—Dije, tomando su mano y arrastrándolo hacia la cafetería.

Él reía.

Louis se quedó aturdido, esforzándose por comprender la situación.

                              (...)

NARRA JULIETA

Estaba sentada en mi sofá, mientras miraba algo de televisión.
Quería quedarme todo el día así.

Estaba bastante cansada, lloré toda la noche y debido a eso no pude dormir.

Le dije a mi mamá que me sentía enferma, y por suerte me creyó y me dejó quedarme aquí.
No quería ver a Zayn, no podría, de eso estaba segura.

De repente, sonó el timbre anunciando que alguien estaba en la puerta.
Yo fruncí el ceño, mis papás aún no salían del trabajo y mi hermano estaba en su habitación.

Bastante confundida, me dispuse a dirigirme hacia allá para abrir, a pasos lentos y cansados
Y al ver quién era, me arrepentí de haber abierto la puerta.

—¿Qué quieres? —Le pregunté a Zayn, con un nudo en la garganta.
Estaba luchando por no llorar, estaba más que segura que si lo veía a los ojos lo haría.
El traía un pequeño paquete entre sus manos.

—Juli, yo... —Suspiró—Te amo.

Luego de eso, se inclinó hacia mí para plantar un beso en mis labios.

Yo me aparte al instante y de una forma muy violenta, haciendo que él se tambaleara.

—¡NO ME TOQUES! —Grité,  empujándolo —No puedo creer lo que me hiciste, yo te había confiado todo...

No pude retener más el llanto, varias lágrimas cayeron por mi mejilla.

Luego de decirle eso, cerré la puerta en su cara, sin dejarlo decir una palabra más.

Cubrí mi rostro con mis manos, y seguí llorando.

Pude sentir como Zayn se sentaba contra la puerta.
Yo apegue mi oído a la puerta,
por si lograba escuchar algo.

Zayn comenzó hablar, pero para mí mala suerte no pude entenderle nada por la maldita puerta.
Estuve unos minutos más así,
hasta que sentí que se levantó y luego escuché sus pasos, alejándose.

Una vez que me aseguré que estuviera bien lejos, abrí lentamente la puerta.
Asomé levemente mi cabeza, y vi que había dejado un paquete allí.

La curiosidad me mató, por lo que lo abrí.
Mi corazón se encogió al verlo.
Era un peluche de un pequeño oso.

Él se había acordado que amaba los peluches, y que mi animal favorito era el oso.

También era de mi color favorito, el verde agua.

Lo único que pude hacer fue abrazar aquel peluche y llorar.

They Don't Know About Us (Louis Tomlinson y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora