They Don't Know About Us (Louis Tomlinson y tú)

•Capitulo 51•

NARRA ZAYN

Vi como Louis salía del salón, seguramente en busca de ____.
Él nos había contado todo su plan, y había estado muy nervioso. Por suerte había funcionado.

Me encontraba apoyado en la pared, con una pierna sobre ésta, mientras bebía uno que otro sorbo de cerveza.
Niall y Harry se habían ido al baño, ya que el rubio había insistido, y Liam estaba bailando con una chica, que en realidad era una excusa para acercarse a Valentina, la cual bailaba con Leo.
Reí, al verlo tan desesperado.

—Guapo, baila con nosotros. —Me ofreció por séptima vez una de las porristas, Paula.
Era una de las chicas más lindas de todo el instituto.

—No, gracias.—Le dije, dándole una falsa sonrisa de cortesía.
No tenía ganas de bailar, no estaba de ánimos para nada.
Solamente había venido porque Niall insistió con que habría comida. Jamás cambiaría.

Mientras seguía sumido en mis pensamientos, una voz me hizo reaccionar... Julieta.

En un rápido movimiento, mire hacia donde provenía la voz, buscándola.

Definitivamente, era ella.
Estaba muy borracha y perdida, no sabía ni lo que hacía.
Encima de ella se encontraba un chico, el cuál me pareció raro, ya que nunca antes lo había visto.
Estaba besándola y tocándola, y ella decía incoherencias.

Apreté mis puños con fuerza, y me acerqué hacia donde ellos estaban.

—¿Qué haces?  —Le pregunté violentamente a aquel sujeto.
Él dejó de besarla para ponerme atención a mí, con mala cara por interrumpir.

También estaba borracho, el olor a alcohol que tenía lo percibí apenas volteó.

—¿Q-que? —Dijo, mientras se tambaleaba y se sujetaba de la pared, para no caerse.
Julieta solo miraba todo.

—Aléjate de ella —Le dije,  empujándolo. Se tambaleó. —Solo te aprovechas de ella porque no está consciente.

—Nada que ver, muchachito. —Me contestó, mientras se le cerraban los ojos y hacía un gran esfuerzo por abrirlos—Ella estaba mal y solo la acompañé.

Algo se rompió dentro de mí cuando dijo "estaba mal".
Sabía que era por mi culpa.

—Sólo... aléjate de ella —Repetí,  mientras sujetaba fuertemente a Julieta, quién me miraba embobada y con la boca entreabierta.

Cómo pude y agarrándola fuerte, la saqué de aquel horrible lugar.
No dejaría que se aprovecharan de ella.

—¿Z-zayn..? —Me preguntó ella,  débilmente y luchando por abrir sus ojos.

—Sí, aquí estoy.—Le respondí, acariciando su mejilla.
Ella se calmó apenas oyó mi voz.

                             (...)

NARRA ____

Apenas llegué a mi casa, noté que por suerte todos se encontraban durmiendo. O al menos eso parecía debido al silencio que había.
Subi las escaleras tratando de hacer el mínimo ruido posible.

Cuando ya estuve arriba, pasé por la puerta de la habitación de Summer.
La vi, dormida profundamente y toda desparramada en la cama, abrazada a su oso de peluche. Las sábanas se encontraban en el piso.
Sonreí, secándome las pocas lágrimas restantes en mi rostro y fui directo hacia mi habitación.

Cerré la puerta, y me quité el vestido como pude, ya que me costaba debido a lo húmedo que estaba.
Al verlo, nuevamente la imagen y el recuerdo llegaron a mi mente, provocando mi llanto nuevamente. Un sonoro sollozo escapó de mis fríos labios.

¿Por qué me hacía esto?
¿Por qué él?

Hice un bollo el vestido y lo tiré al piso, con furia.
Luego me puse mi pijama, con mis  amadas pantuflas de conejo.
Lo único que quería en este momento era dormir y olvidarme de todo lo ocurrido.

Me acosté en mi cama, tirándome con fuerza.
Me coloqué boca arriba, mientras miraba el  techo y pensaba en tantas cosas.

Me pregunté que habría pasado con mis amigas.

Poco a poco, mis ojos se fueron cerrando sin darme cuenta.
Estuve a unos pocos segundos de quedarme dormida, cuando algo golpeó la ventana, ocasionando un fuerte estruendo que resonó en la habitación.

Me asusté, y me levanté de un brinco de la cama. Ésta rechinó.

Me asomé lentamente, tapando mi rostro, y suspiré al ver que era Leo.

—¿Qué quieres? —Le susurré, abriendo la ventana.
La ventana de mis padres se encontraba a la par de la mía, por lo que podían escucharme.

Él me hizo señas de que iba a trepar, yo rodé los ojos.
Más le vale que sea algo importante.

                          (...)

—____... él... en realidad te salvó.—Finalizó Leo, soltando un largo suspiro y mirándome a los ojos, esperando mi reacción ante la noticia.

Yo estaba mirando hacia un punto fijo en algún lugar de la pared, con mis ojos bien abiertos de par en par.
No podía creerlo.

—No... no... no... —Dije, tapando mi rostro con ambas manos y sacudiendo la cabeza repetidas veces.—¿Cómo pude haberlo tratado así?