[Editado] Capítulo 9: Pequeño regalo del mar.

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POV NARRADORA:

Un sueño en el que flotas en un mar de felicidad, pero terminas hundiéndote y cayendo hasta el fondo del océano de la tristeza al que nadie quiere entrar. Gritas, pero no puedes salir. Lo llamas, pero él no viene a ti, aún así, lo piensas, pero estás confundida; no sabes que carajos pensar. Estás triste porque él no vino a ti, pero lo amas y recuerdas eso, amarlo te hace feliz, una felicidad que duele mucho.

- Demian... vuelve- susurró la chica mientras caía siendo envuelta en la oscuridad. Esperó obtener una respuesta, y como veces anteriores, no la obtuvo. Solo siguió cayendo, cada vez se hundía más y más con esa sensación de abandono. Pero, alguien la atrapó.

Ella quería verlo, quería verlo más que nada, tanto deseaba verlo que preferiría perderse a si misma tan solo para verlo una vez más, para tocarlo una vez más. Pero sus ojos estaban cosidos con un delgado hilo hecho de nostalgia que no la dejaba abrir los ojos, no podía verlo. Solo podía escucharlo, pronunciar su nombre. Pero... algo raro pasaba. No era él, era otra persona. Una vez que sentía aún más cerca que la anterior, sintió un fuerte deseo de seguirla, un fuerte deseo de aferrarse a ella con el ancla de su corazón. Pero quería saber quien era, pero no podía.

La chica, de alma oscura y peligrosa como una maldita medusa. Ella era una maldita medusa más en aquel océano de tristeza. Una medusa que nadaba a través de las personas que tenían una mascara sobre su rostro, sobre las personas que derramaban lágrimas escondidas. Ella era diferente, y no sabía si eso le gustaba. Habían más como ella, otras medusas más, pero no pudo reconocer ninguna, solo las sentía, no las veía porque no podía ver y creía que nunca iba a poder ver. Ya no podría apreciar la belleza de los pétalos de cerezo en flor. Ya no más. Pero la voz seguía allí, haciendo que la pequeña medusa quisiera llorar.

- No me dejes...- susurró.

- Trataré de no hacerlo- escuchó a lo lejos. Sintió un calor que recorrió desde su cuerpo, era como si se convirtiera una vez más en una humana. No sabía si prefería seguir siendo una medusa.

¿De quién era esa voz? ¿Quién era él? Con sus manos, tomó una pequeña tijera que se encontraba al fondo de su océano de tristeza, y cortó el hilo hecho de nostalgia que cegaba sus ojos. Y lo vio, estiró su mano, pero él también se iba. Quería gritar, pero solo lograba susurrar su nombre.

- Nath...

Y comenzó a flotar de nuevo.

Narra Chuuya:

Tomé el cuadro que estaba olvidado al fondo de la estantería, en medio de mis páginas manchadas con palabras que pretendían ser reales, pero eran simples mentiras.

"Karu-kun. Hikaru-kun"

- Karu...- susurré.

Flashback:

- Lo sabía, me mentiste. Aki-san es tu maldita novia.

- Karu-kun, cierra la boca por una maldita vez- dije. Golpeé la mesa con mis manos, se produjo un ruido sordo que rompió el silencio.- ¿Qué si fuera mi maldita novia? ¿Porqué te interesa? ¡TÚ LO DIJISTE, SOMOS CONOCIDOS. NI SIQUIERA SOMOS AMIGOS!

- ¡ME INTERESA, ME INTERESA MUCHO!

- ¿SI? ¡¿PORQUÉ?! ¡SOLO DIME DE UNA MALDITA VEZ QUE QUIERES MI DINERO. DEJA DE MENTIRME, ERES UN MALDITO MENTIROSO, ALGUIEN QUE SOLO JUEGA CON LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMÁS. TE LA PASAS ECHÁNDOME EN CARA QUE TENGO DINERO, PERO TAMBIÉN TENGO MIS PREOCUPACIONES!

- ¡NO ESTAMOS HABLANDO SOBRE ESO!

- NO, NUNCA LO HACEMOS. PORQUE NUNCA TE INTERESA ALGO QUE NO SEA MONETARIA.

Elígeme a mi. Nathaniel y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora