[Editado] Capítulo 5: Nos llaman monstruos.

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Me desperté gracias a la luz que entraba por mi ventana, hoy era sábado. Muy bien, día de estar en mi habitación todo el día.

- Ah, cierto. Debe de haber contestado- dije. Tomé mi celular. Ningún mensaje.

Sentí una especie extraña de vacío, un vacío que en los últimos días no había sentido. Fue como si alguien se hubiera llevado mi cuaderno de dibujos. Molesto, triste y decepcionado.

Narra ______.

- Oye, levántate- me dijo Akane.

- No quiero- dije cubriendome con las sábanas.

- No puedes estar así todo el día. Tu padre volverá a casa el lunes...

- Yo no quiero estar aquí cuando eso suceda- dije.

- Pues entonces vete- me dijo- Pero para irte tienes que levantarte.

- ¡MUY BIEN!- dijo Irina entrando con...

- ¡Kabocha no cookies!- exclamé.

- Si no te levantas no tendrás estas deliciosas galletas de calabaza que preparó tu madre...

La observé durante un tiempo, luego negué con la cabeza y me volví a cubrir.

- Ya les dije que no quiero- susurré aferrandome a la sábana-. Entiendanlo 

Narra Irina.

Demonios, es peligroso que ella y Akihiko sigan estando así de desanimados. Sobretodo ella. No tiene los recursos necesarios para mantener su salud mental nivelada, solo por la simple razón que cree que ella puede sola; y henos aquí, como familia tratamos de mantenerla a flote cuando no puede por ella misma. 

Toda la vida creí que Akio era feliz, siempre sonreía... pero debajo de las más grandes sonrisas se encuentras las heridas más grandes. Siempre escondía lo mal qué se sentía, ella creía que debía de estar ahí para todo, llegó a su limite al beber la gasolina; como estupidos le creímos que había sido un error, sin embargo, cuando saltó a la calle nos dimos cuenta que la habíamos subestimados. Ella pedía ayuda a gritos, nadie de nosotros la escuchó. En el hospital ella prometió no volver a hacerlo, se prometió a si misma ser feliz y superar todo lo que había pasado en su desgraciada vida...

Pero la depresión no respeta eso, la depresión solo llega y hace de las suyas, cambia tu mente. No tienes fuerza para vivir... No puedo dejar que ella no cumpla su juramento. Aunque deba de estar allí intentando hacer lo imposible, lucharé para ayudarla hasta que acepte la ayuda necesaria.

- ¿Hola? ¿Nathaniel? Soy Irina, ya sabes, la amiga de tu amiga.- dije al teléfono- Tengo un pequeño problemita con Akio...- tomé el papel dónde había anotado su número hace unos días y lo tiré a la basura.- Quería pedirte que vinieras, pero no sé si estás ocupado- Escuché su respuesta con atención- Quédate a almorzar ¿si?

Narra Nathaniel:

- No puedo concentrarme- dije frustrado lanzando una hoja al basurero- Antes podía dibujarte con tanta claridad...- Mi celular comenzó a vibrar.- ¿Eh? ¿Número desconocido?

- ¿Hola? ¿Nathaniel? Soy Irina, ya sabes, la amiga de tu amiga.

- Claro- dije incómodo- ¿Ocurre algo?

- Tengo un pequeño problemita con Akio... Querían pedirte que vinieras, pero no sé si estas ocupado.

- ¿Qué yo vaya?- Dije sorprendido.- Uhm, no lo sé. No tengo nada que hacer...

- Quédate a almorzar, ¿si?

- No debería...

- Vamo, Nath. No rechaces mi invitación. La mía es como la de __________. Y no rechazarías su invitación.

Elígeme a mi. Nathaniel y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora