Elígeme a mi. Nathaniel y Tú.

Capítulo 36: Carnada.

Me encontraba en el aeropuerto junto a Akihiko y Akane, acabábamos de pasar la revisión y nos faltaba prácticamente nada para abordar el vuelo.

- ¿Te ocurre algo?

- No, es solo qué...- es solo que me preocupa que Nathaniel esté tan distante conmigo- La verdad, nada. Me preocupa Irina...

- Va a estar bien- me dijo Akane

Akihiko me miró desconfiado, era imposible engañarlo, pero como siempre, prefiere no inmiscuirse en mis sentimientos, cosa que agradezco en gran magnitud.

- ¿Cómo crees que termine todo esto?- dijo cambiando de tema.

- No lo sé, creo que intentará matarme- dije encogiendo los hombros- Solo espero que no se retrase, tengo una cita y...

- Ya sabes que...

- Lo sé, no te gusta Luka, pero, ¿Luka o Demian?

- Buen punto- me dio la razón mi hermano- Pero estás dándole esperanzas a Demian, mira...- me lo señaló a lo lejos- Te acompañó, tal vez sea un idiota pervertido, pero es un buen chico.

- Sí, es un buen chico...- dije al ver que se acercaba- ¿Listo?

- ¡Listo!- dijo saltando como si fuera niño. Al parece su emoción es contagiosa, ya que hizo mi miedo fuera remplazado por ganas de volar hacia Chisava.- ¡Quiero volver a ver a Matty!

- Ah, cierto... ¿Por qué no lo traes?

- Por qué... No se supone que viva aquí y lo sabes.

- Pero... tienes nacionalidad aquí, no le veo el problema.

- Es que... yo solo vine a buscarte.

- Pasajeros del vuelo 81 de las 11:00 am hacia Atlanta, por favor empiecen a abordar al lado derecho de la sala.- dijo la voz de una chica por medio de un altavoz.

- Es hora de irnos-. Informó Akane- Akihiko, vamonos.

- Pero...

- Vamonos-. Dijo tomándolo de la mano como si ella fuera su madre y él su hijo de 7 años.

- Vamonos...- dije tomando mi maleta de mano.

- _______, no creas que me engañas.

- ¿De qué hablas?- dije mientras caminaba.

- Quieres hacernos creer que te gusta Luka porque no te atreves a decir quien realmente te interesa.

- ¿De dónde sacas eso?

- ¿Te gustaba Nathaniel, verdad?

Me quedé quieta- Sí.

- ¿Ya no?

Apreté los labios, lista para decir la verdad- No- mentí, de nuevo mentí.

- ¿Desde cuando?

- Desde que tú apareciste.- volví a mentir.

- ¿Estás enamorada de mí?

- Sí.- otra mentira más...

Él me rodeó con sus brazos y empezó a caminar junto a mí- Eso me hace muy feliz.

Una sonrisa se asomó por su rostro, era tan amplia y real que la sonrisa fingida de la chica podía notarse a leguas. Me siento mal por el hecho de que yo... una mentira, sea la causa de su sonrisa.

- Me hace feliz saber que me amas.

Demian, tan talentoso, tan inteligente, pero siempre tan ingenuo.