Capítulo 39: Lamentos.

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- ¿Cómo voy a ser Ladybug?

- Es que, tus ojos...

- No, Esmeralda, estás loca- dije tratando se sonar creíble- Ella es demasiado cool para ser yo, es valiente y... muy diferente a mí.

Ella me miró desconfiada y luego sonrió- Cierto, es muy buena y valiente. Lo lamento, me equivoqué. Bye.

Miré con dolor en mi pecho como ella se alejaba- Auch.

- Sí, Tikki... Auch.

Narra Esmeralda:

No es ella, parece que me equivoqué. Sí hubiera sido ella se hubiera molestado mucho por lo que dije, pero ni una seña de molestia. Diablos, ahora ni siquiera me queda tener razón en eso.

Bueno, tampoco es como que me importara. De hecho, es mejor no saberlo, sí vuelven a akumatizarme- que es lo más probable- Será fácil que diga quien es Ladybug y destruir su verdadera identidad.

Sí, creo que es lo mejor.

Hay cosas que se deben de mantener en secreto por siempre.

(...)

Entré a casa segura de que no había nadie, pero me equivocaba.

- ¡Hija! ¡¿Dónde has estado?!

- Papá- susurré.

- ¿Dónde has estado?

Bajé la mirada. Se... se escuchaba preocupado, ¿él se preocupa por mí?- En un refugio para indigentes.

Él se acercó a mí y me abrazó.- No te vayas, Meri. No vuelvas a irte...

- No puedo estar aquí, todos... están en mi contra.

- ¡Nadie está en tu contra! ¡Todos te amamos, solo... solo quieren una disculpa de tu parte!- se separó de mí- Y creo que se la merecen.

Sentí mis ojos humedecerse y no pude detener las lágrimas. Vaya, no puedo creer que haya dicho cosas tan feas.

Lo que dijo Nathaniel era cierto. Trato de culpar a los demás por mis desgracias, haciéndome la víctima aún cuando no lo soy. Mamá está en el hospital, y en parte por mí culpa... con el cráneo rajado. Pudo morir, pude haber participado en la causa de su muerte...

- Hija, sube... Espera a tus hermanas y a tu hermano. Tranquilízate y piensa bien las cosas y trata de calmarte.

Creo que me equivoqué con respecto a quien debe morir.

Subí a mi habitación que compartía con Akane, ella no había vuelto de la universidad... Por suerte.

Narra ______:

- ¡_________!

Mierda- Oh, Adrien...

- ¡Estás más golpeada que un pavo y eso que solo te veo los ojos! Uy, creo que no debía decir eso.

Sonreí- No, pero me hizo gracia- dije dándole una palmada en el hombro.

- Creí que estabas en casa, Alix va para ya.

- ¿Eh? No, no puede- dije. Quería quitarme el cubrebocas ya, hacerme una coleta y andar enseñando mis hematomas porque sé que no hay nadie a quien ocultarselos cuando estoy en mi hogar. Me estoy sofocando con todo esto.

- Pero dejaste tu celular en el salón del club de arte.

Abrí los ojos impactada, no puedo permitir que llegue a casa. Estoy casi ahogandome en todo esto.

Elígeme a mi. Nathaniel y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora