Elígeme a mi. Nathaniel y Tú.

Capítulo 33: Armas de lágrimas.

POV narradora:

______ se encontraba apostando al lado de la alberca, no podía ver que cierta chica entraba a la habitación con su celular en mano. Acababa de terminar una llamada con su mejor amiga, o eso es lo que ella decía que la pelirroja era, aunque todos sabían que aunque se querían... su toxicidad la hacía su sirvienta.

La rubia se quedó atónita al ver la pintura. La observó con detenimiento mientras se acercaba a ella. ______ estaba en un vestido blanco, parada en un prado de tulipanes y amapolas. Su mano estaba extendida hacia el cielo y un cuervo volaba a su lado. Unas grandes alas se extendían por su espalda, las dos estaban rotas, pero a pesar de estar rotas... estaban cocidas múltiples veces; _____ miraba hacia atrás, su mirada cautivó a Chloé haciendo que se acercara cada vez más a la pintura.
Miró un libro de _______ encima de una silla, lo tomó sin pensar y lo abrió. Una páginas cayeron al piso. Once hojas que se esparcieron en diferentes direcciones. Ella se preocupó por un momento, si su amiga la atrapaba husmeando sus cosas la mataría, ella solo venía a ver si encontraba algo para destruir a Marinette e iba terminar destruida ella.

Rápido y con cuidado, así recogió los dibujos. No planeaba verlos, pero la curiosidad le ganó y empezó a hojearlos.

El primero que vio era un retrato del rostro de ______ sonriendo y sosteniendo un café. El segundo era de ella tocando el violín junto a Demian. El tercero era ella y ______ abrazadas, la rubia lo reconoció como el día en el que se reconciliaron después de la akumatización; una sonrisa nostálgica se asomó por su rostro. El cuarto, quinto y sexto eran de ella escribiendo en un cuaderno, la rubia se conmovió con el hecho de que él la observaba tomar nota en las clases e incluso algo tan normal le parecía bello. Septimo y octavo eran dos dibujos en secuencia, el primero era ella apoyada en el borde del puente de las artes mirando al río, la segunda era ella mirando hacia un punto fijamente. Las últimas tres le parecieron confusas, la primera a pensas se podía diferenciar, era un un cielo oscuro, solo nubes lo cubrian; su sombra estaba en una esquina de espaldas, la siguiente era el mismo cielo con una pequeña estrella y ella mirando sobre el hombro, por último era un cielo lleno de estrellas y luciérnagas a su alrededor. Chloé tuvo un sentimiento extraño al darse cuenta que miraba al frente totalmente confundida, se sentió... asaltada.

Con cuidado dejó los dibujos en donde los había encontrado, salió de la habitación y bajó las escaleras con sigilo.

Caminó hacia la alberca y la vio, no sabía porque le molestaban los dibujos. Tal vez...

- Tal vez no he dejado de sentirme rara por ti...- susurró así misma al ver al pelirrojo a lo lejos. Se puso nerviosa cuando él chico de repente la miró

- ¡Chloé, ven a ver a ______ masacrar a Kim!

- ¡No me está masacrando!- se negó el deportista- Pero si quieres ven a ver como destruyo a tu amiga con mi super poder...

- Terminemos con esto...- ______ dejó caer las cinco cartas en la mesa- Poker.

- P-Pero...

- Nada, ya basta. Hemos jugado 15 veces y te he ganado con una diferencia de 9...

- ¡No es justo!

- La vida no siempre es justa- le dijo la pelinegra- Chloé, ¿dónde estabas?

- Ahm, yo...- la rubia miró de reojo a Nathaniel y sintió una sensación rara en el pecho. La misma sensación rara que había estado sintiendo con anterioridad...- Estaba hablando con Sabrina, ya sabes; no pudo asistir... Pero te desea feliz cumpleaños.

- Oh, quisiera hablar con ella un momento- dijo la Courtois poniéndose de pie. Se acercó a Chloé y le pidió su teléfono- Por favor...

- Pero si ni siquiera se llevan bien...- le dijo la rubia un poco confundida.