Capítulo 19

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Cuando llegué a la mansión mi padre me metió en los calabozos. Era la primera vez que pisaba aquel lugar para ser encerrada. Aunque iba con la mentalidad de que un simple perdón para mi padre no serviría, tampoco pensaba que me tocaría aguantar el frío, dormir en el suelo y ser golpeada por los guardias hasta caer totalmente debilitada.

Después, no contento con eso, convocó a todos los ciudadanos, humanos y vampiros, de ambos pueblos en la plaza central de Rose Ville, como cuando hacemos alguna ejecución, y me presentó como una traidora por haber ayudado a una mestiza y me hizo pasar la vergüenza de tener que oír como me desheredaría y no gobernaría nunca en el futuro reino.

Y mientras todo esto pasaba en una sola semana, yo lo sentí como una simple fracción de segundo y con la mente puesta, irremediablemente, en Arlet. Unos días la odiaba y otros la quería. A veces deseaba que muriera de una vez para que su recuerdo dejara de atormentarme y otras veces pensaba que no podría vivir sabiendo que ha muerto.

Ambivalencia: sentir amor y odio al mismo tiempo por una persona. Creo que es lo más productivo que he aprendido durante estos días, una simple palabra que define mi estado de ánimo en estos momentos.

La boda con Pietro está a la vuelta de la esquina, mi padre no ha querido esperar más y ha decidido casarnos lo antes posible. A Pietro se le ve bastante contento. Yo no puedo decir lo mismo. Aunque tampoco se me hace muy molesta su presencia, todo lo contrario. Es atento conmigo, paciente y hasta cariñoso. En estos días ha tenido un par de detalles, como por ejemplo un ramo de flores o una caja de música de una delicada bailarina girando una y otra vez con la música de "El lago de los cisnes" de fondo. Pero a mi sus atenciones no me interesan lo más mínimo, tengo los pensamientos puestos en otra persona que por cierto, él odia. Sí, no se ha ocultado de hacérmelo saber. No quiere culparme de nada, pero alguna vez me recuerda el tremendo error que he cometido ayudando a una mestiza traidora como ella.
Por lo demás es un encanto de chico...

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