Capítulo 14

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Es de noche. Es arriesgado. Hay guardias nocturnos, pero los esquivo a todos. Soy ágil y silenciosa. Penetro en el interior del bosque y subo al árbol central, ese que fue tan importante para los vampiros hace unos años, pero que ahora solo sirve de recuerdo. Aunque la entrada ha quedado mal sellada con una tabla de madera estoy convencida de que podré romperla y llegar a la mansión. Es una entrada directa. Ahora no les hace falta dar este salto de valentía, pues ya hay una entrada directa, con portón y todo, mandado hacer por Edgar cuando se hizo con el poder absoluto. Pero por allí es imposible entrar sin que me detengan, así que tomo valor ante este abismo inmenso que tengo delante de mi y salto cerrando los ojos tan fuertes que me duelen. Cuatro, cinco segundos después mi cuerpo choca con fuerza contra la madera. La oigo crujir y después ceder por mi peso.

Caigo estrepitosamente en el suelo y rezando porque nadie me haya oído. Lo que antes era el hall de la mansión ahora es una habitación llena de polvo, oscura y repleta de muebles inservibles que han ido metiendo aquí dentro ocupando tanto espacio que parece como si te aprisionaran y no pudieras escapar. La idea me hace salir corriendo en busca de la salida a la vez que trato de no tropezar con nada. Cuanto menos ruido haga mejor.

Cuando doy con la puerta es como si se abriera ante mi la salida del mismísimo infierno. Tanto ambiente sobrecargado me empieza a agobiar y mucho. Salgo y voy directa a la cocina ya que es lo primero que me encuentro. No presto mucha atención a los detalles de la mansión, es lo que menos me interesa en estos momentos. De la cocina cojo un par de botellas de sangre, me harán falta. Bueno a mi no, a Lux. Espero que esté bien. Guardo la sangre en la mochila que Lux se dejó en la cueva y que yo me llevé. Salgo de la cocina pisando silenciosamente el suelo y poniendo atención a cualquier ruido de vampiros cerca para esconderme lo antes posible.

Subo las escaleras y cuando estoy ante el largo pasillo me viene una gran pregunta a la mente: ¿cuál será su habitación? No me da tiempo a pensarlo porque oigo unos pasos y corro hacia la primera habitación que encuentro a mi paso y me meto dentro para esconderme. Los muebles de esta habitación están ocultos bajo sábanas ya no tan blancas, y aunque tratan de ocultarlo todo me asomo por un hueco de una sábana que cubre una litera donde veo sobre la almohada de la cama de abajo un libro de cubierta negra y sin título. La curiosidad puede conmigo y lo cojo, es de tapa blanda. Paso las hojas, todas amarillentas y desgastadas. La tinta que se utilizó para escribirlo está casi desaparecida en algunas partes y además está en un idioma que desconozco por lo que no puedo entender nada de lo que se dice en él. Aún así, lo guardo en la mochila como una vulgar ladrona. Mi tía Luisi vivió aquí muchos años, seguro que sabe de quién es este libro. Vuelvo a tapar el hueco de la cama con la sábana y echo un último vistazo a la habitación. Las lámparas antiguas están llenas de telarañas. Un baúl tapado también con una sábana mugrienta debe de esconder ropa de lo más antigua. Y por último, la ventana, la única de la habitación, está tapiada.





Me despierto sobresaltada, con los ojos de par en par y con la imagen de la habitación en la mente. Acabo de ver la habitación prohibida, ese lugar que mi padre nunca me permitió visitar. Siempre pensé que ocultaría algo importante allí, pero lo único que esconde es capas y capas de polvo y un extraño libro indescifrable. La verdad es que ha sido un sueño bastante extraño, tenía la sensación de ver con los ojos de una persona que no era yo.

La puerta de mi habitación se abre de golpe dándome otro susto. Una esclava entra con una jarra de sangre que deja sobre la pequeña mesa redonda de mi cuarto. Cargo contra ella mi rabia de llevar tres días aquí encerrada y le grito improperios provocando que salga corriendo de la habitación. Deja la puerta abierta y mis ojos miran curiosos hacia el mundo que mi padre me tiene prohibido ver. Con paso inseguro camino hasta ella, solo quiero asomarme al pasillo, ver algo diferente que no sean estas cuatro paredes, solo hasta que venga un guardia y me encierre de nuevo. Solo será un momento.

La HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora