-Entonces, ¿vas a seguir hacia adelante con el embarazo?
La pregunta de Arlet no me sorprende, sé que después de lo que pasó la última vez toma más en cuenta lo que quiero o no quiero hacer, y sabe que la idea de concebir un hijo de Pietro no me gusta nada, pero me he unido a ellas, esta vez de verdad, sin dudas ni miedos. Vamos a hacer esa rebelión. Vamos a acabar con mi padre. Vamos a ser libres por fin, y para eso tengo que mantener con vida a este niño.
-Sí -respondo con una tranquilidad que me sorprende a mí misma-. Quiero terminar con todo esto cuanto antes.
-En cuanto estemos todos listos y tengamos un plan de ataque comenzaremos la rebelión -contesta Luisi sentada al frente de la mesa-. Cuanto antes comencemos antes acabaremos y así tendrás tiempo de abortar antes de que sea demasiado tarde.
Me sorprende que por una vez Luisi se ponga de mi parte y se preocupe de mi estado. Me dejará abortar después de todo, pero para entonces quizá yo no lo tenga tan claro. Al fin y al cabo es mi hijo y sería un día bonito cuando nazca y el poder de mi padre ya haya sido derrotado meses antes. Podrá vivir en un mundo mejor de el que yo he vivido.
Pasan los primeros tres meses desde que decidí convertirme en la líder revolucionaria de la igualdad entre humanos y vampiros. ¿Realmente creía en esta igualdad? Ni si quiera yo lo sé. En estos tres meses lo único que hice fue seguir los pasos que Luisi me marcaba (como mi padre había hecho conmigo toda la vida) por lo que, en realidad, la líder tendría que ser ella. Pero claro, la imagen de que la líder sea la mismísima hija de su enemigo llama más la atención, y mi juventud atrae a jóvenes, cosa que Luisi, por su vejez, no ha logrado en estos años por el simple hecho de que piensan que no posee la fuerza suficiente. Se puede decir que ella es el cerebro y yo el brazo ejecutor.
El caso es que durante estos tres meses hemos recorrido una veintena de pueblos de Transilvania buscando adeptos entres vampiros, mestizos y humanos, lanzando discursos revolucionarios sobre luchar contra el mal. Un discurso que apenas (o casi nada) sentía, pero que debía ponerle énfasis para que fuera creíble. Y lo pareció. Ya lo creo que lo pareció. El ejército que logramos formar en tan solo esos meses era más numeroso que el ejército del que mi padre disponía en estos momentos. A eso le añadíamos la juventud de mi ejército frente a la vejez del ejército de mi padre. Y como no, un líder joven (yo) contra un líder viejo.
Lo tenemos todo a nuestro favor, todos están ilusionados y ansiosos porque llegue el día de asestar el golpe que destruya el poder de Edgar Von Lamp y termine con esta dictadura. Sin embargo, su joven líder, en lo único que pensaba era en poder estar con su amada y su futuro retoño viviendo felizmente en una casita adorable con un prado inmenso como jardín. Aunque claro, esta casa solo podrá ser utilizada para pasar las vacaciones porque piensan hacerme reina de un reino donde todos vivan en paz y tolerancia, una idea que me parece descabellada. Es imposible pasar de un extremo a otro en un solo día, en una sola batalla, como hiciera mi padre, todo sería un descontrol y no creo estar preparada para tanta presión.
También, estos meses, sirvieron para que Arlet y yo afianzáramos nuestra relación. Nos habíamos vuelto inseparables. Arlet estaba siempre a mi lado, y me apoyaba en mis peores momentos, cuando el espíritu de Pietro intentaba matarme a base de pesadillas. También supo entenderme cuando a la mañana siguiente de esa pesadilla me despertaba arisca o malhumorada. Como también supo cómo tratarme con un cuidado especial la noche que me hizo el amor por primera vez. Aquella experiencia no tenía nada que ver con el trato que Pietro me había dado en esas noches interminables. Arlet me besaba con ternura, me acariciaba igual que se acaricia a un bebé recién nacido, con ese miedo a hacerle daño. Y yo me dejaba querer, olvidando los traumas que Pietro me había causado.
Esta noche es la tan esperada batalla. Arlet estaba muy asustada por si me ocurría algo a mi o al bebé, pero yo conseguí convencerla para que me dejara ir allí. Ya que había sido yo la revolucionaria que lo había comenzado todo quería también terminarlo, o verlo terminar delante de mis ojos. Suspirar de alivio y decir: "por fin, esto se ha acabado".
Mi padre sabía todo lo que estaba ocurriendo. Sabía que un grupo de vampiros, humanos y mestizos de todos los pueblos de Transilvania se habían unido para derrotarle y poner fin a su dictadura. Y sabía que la líder de todos ellos era yo. Y no me importaba nada que lo supiera. Avanzamos con sigilo por el bosque, en estos momentos ha aumentado la presencia de guardias nocturnos en la zona más cercana a la mansión, conviertiéndolo en un muro imposible de penetrar. Bueno, casi imposible, porque tenemos el claro pensamiento de traspasarlo a base de fuerza bruta.
Estoy de cinco meses, la barriga ya es bastante evidente y Arlet ha intentado convencerme para quedarme a buen resguardo con Luisi, por mi bien y por el del niño, pero yo me he opuesto. No llevo todos estos meses preparando una guerra para no asistir. Si tengo que morir lo haré con la cabeza bien alta. Así que Arlet me ha puesto a siete soldados a mi lado, custodiándome, que darán su vida por mi si hace falta. Ya me ha dejado claro que no piensa dejar que me ocurra nada malo, sin embargo soy yo la que me preocupo por ella. Arlet será la encargada de dirigir el ataque, irá en cabeza y eso me preocupa, si ella muere yo voy detrás. Si hago todo esto es por ella, no porque quiera, si ella no está no tengo nada que hacer aquí.
Delante de mi tengo a casi 300 vampiros, mestizos y humanos. Todos por igual armados con sus armas y capacidades. Sabemos que mi padre sacará toda la artillería pesada, pero no tenemos miedo, no tenemos nada que perder. A mi lado se encuentra Luisi, es la que más ganas tiene de todos nosotros de acabar con Edgar, al igual que él acabó con su familia y amigos, es algo que ni perdona ni olvida. En cuanto Arlet dé la señal, todos correremos en dirección a la mansión, sin mirar atrás, todos juntos para terminar lo que mi padre empezó hace 60 años.
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La Heredera
VampireUn pueblo en penumbra donde los vampiros mandan y los humanos son meros esclavos. Una chica tendrá el poder de acabar con todo el mal y volver a la paz. Han pasado 60 años desde que Edgar Von Lamp se hiciera con el poder de Rose Ville y ahora su hij...