Cambio

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No podía negarlo, las heridas me dolían bastante, pero Dalia había hecho un gran trabajo curándolas; después de que termine de comer voltee a verla, parecía demasiado pensativa incluso tal vez un poco ¿molesta?

Imagine que mi presencia le molestaba, después de todo ella aun no me consideraba una amiga, decidí que era hora de irme, si me iba hoy llegaría mañana a medio día a Helianthus y...perderme aquella comida no estaba en mis opciones; sabia que me iba a divertir bastante yendo.

Me levante y tome mis platos para dejarlos en el lavabo de la cocina, decidí lavarlos para pagar un poco de lo que había hecho por mi, ella solo siguió comiendo hasta que termine y me dirigí hasta la habitación por mis cosas, al verme salir con ellas su mirada se fijo en mi.

-¿te vas?-

-si, tengo un gran camino que recorrer y...no quiero seguir molestándote; ya has hecho mucho curando mis heridas...y alimentándome- quería despedirme dandole una sonrisa pero no podía mentir, realmente me sentía un tanto triste al saber que aun no me ganaba su confianza del todo, solo quería ser su amiga ¿que tan difícil era confiar en mi?

-no me molesta, tú me devolviste a mi padre y eso nunca podré terminar de pagartelo- vi como se levantaba de la mesa y dejaba los platos en el lavabo, se quedo quieta dandome la espalda.

-pero, no necesitas hacer nada; los amigos se ayudan ..¿no?-había sonreído con un deje de tristeza, eso siempre lo había escuchado de los niños del pueblo, aunque no sabia realmente si mi definición de amistad era la correcta- ..y...aunque tu no me consideres así, yo si lo hago, y siempre tendrás mi apoyo y ayuda incondicional, Dalia. Siempre.

-siempre es una palabra muy larga...-escuche que suspiro con pesadez...¿por que estaba tan decaída? ¿Acaso había dicho algo malo?

-por eso la estoy ocupando. En fin, es hora de irme.- le di una ultima mirada y me voltee caminando hacia la puerta.

Antes de poder abrir la puerta escuche unos pasos apresurados y después sentí que me habían tomado de las mangas.

-¡espera!- voltee a verla, ella evitaba mi mirada pero podía notar un deje de tristeza; realmente no lo entendía ¿estaba molesta o triste? Empiezo a creer que esta chica es bipolar - no...no puedes ir a una comida con el rey vestida así

-¿...por que no?-mire mi ropa y después la mire a ella; no entendía a que se estaba refiriendo, yo estaba bien con mi ropa.

-...toma un baño y...te daré algo, seguro te quedara muy bien.- me tomo del brazo y me deje guiar hasta lo que era la puerta del baño, ahora sentía que se había avergonzado...¿o estaba feliz?...en verdad no puedo con ella; siento que piensa demasiado las cosas y no veo porque debería de hacerlo.

-uhm....¿cuanto me costara esto, señorita Dalia?-intente suavizar el ambiente con una de mis acostumbradas bromas y sentí una tenue risa de su parte; pasados unos segundos volteo a verme con seriedad antes de responder

-podrías ayudarme a cargar agua del río por una semana cuando te recuperes, si eso te hace sentir mejor- tras sus palabras una suave sonrisa apareció en su rostro; bueno, al menos había conseguido que saliera de esos pesados pensamientos en los que se estaba metiendo.

-uhm...si, me parece un trato justo. -fingí meditar unos instantes y le respondí con una sonrisa

-entonces apúrate- escuche sus palabras antes de sentir como me empujaba adentro del baño, cerrando la puerta a mi espalda.

No pude evitar reír ante sus acciones; era una chica muy interesante.
Era muy fácil confiar en ella; pero...no entendía porque parecía tener tanto miedo.

HyacinthumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora