Povs...Gilia
Ese día me despedí por fin de aquel enorme castillo que había sido el lugar donde había estado recuperándome; Eldrian me dijo una y otra vez que n necesitaba irme, que podía quedarme a vivir ahí y nadie me juzgaría... Pero es que hacer eso seria ir en contra de las razones por las que en primer lugar escape de casa. Amelia no me dijo mayores palabras, supongo que eso debido al hecho de que su padre estaba con ella, la había acompañado para verme sin embargo los motivos de su visita no eran nada buenos; le habían llegado noticias de que había problemas un poco mas allá del bosque que daba al país vecino, tras haber enviado a varios hombres a investigar, ninguno había regresado, como si se tratara de algún portal que terminaba tragándose a las personas, después de hablar seriamente con él acepte su petición y dando un adiós y un agradecimiento a Eldrian y Amelia, salí del castillo con rumbo al bosque.
Me habían dado un mapa para guiarme hasta el lugar en que las personas parecían perderse y el padre de Amelia me había regalado un caballo como un agradecimiento por haber salvado a su reino, quise rechazarlo pero el añadió que era indispensable que un caballero como yo tuviera uno; suspire y sin poderle mencionar sobre Ara lo acepte.
No puedo negar que en verdad extrañaba esto, estar libre por el bosque, respirar el aire fresco de la mañana y sentir los rayos del sol pegar contra mi cuerpo; mire el mapa una vez y decidí pasar a un lugar primero...todavía no le había agradecido a Dalia por lo que había hecho...
Estaba cerca de su casa cuando sentí un aroma en el ambiente que me helo la sangre...un wendigo; me baje del caballo y tomando mi arco corrí hacia donde sentía aquel aroma, llegue a tiempo solo para ver a esa cosa intentar atacar a Dalia, tome tres fechas y apuntando las tire al mismo tiempo; las tres cumplieron su objetivo atravesando y matando a esa cosa.
Vi a Dalia levantarse mirando hacia donde esa criatura había quedado y decidí hablarle...
- Debes tener mas cuidado-
Le vi paralizarse unos segundos antes de voltear lentamente hacia mi, sonreí, esperaba que me gritara algo pero al contrario ella comenzó a correr hacia donde yo me encontraba, le vi aventarse a mis brazos y yo correspondí su abrazo con mucho cariño.
La ultima persona que había hecho algo así, había sido Amelia tras el incendio de su pueblo, en esa ocasión me había sorprendido demasiado; pero que Dalia lo hiciera se sentía...diferente, era como si yo lo hubiera estado esperando desde el inicio, y me hacia muy feliz, su abrazo era cálido y muy reconfortante en verdad, respire profundamente y le abrace con mas fuerza; la había extraño demasiado todo ese tiempo.
Muchas veces quise escaparme para verla pero ya fueran las sirvientas o los aldeanos, me detenían y me devolvían al palacio puesto que mis heridas todavía no sanaban, era en verdad frustrante.
Sentí mi hombro comenzar a humedecerse, ella había comenzado a llorar y yo no pude hacer mas que dejarla desahogarse en mi hombro, supongo que los rumores de como estaba le habían llegado. La sentí aferrarse aun mas a mi cuello y yo la deje hacerlo, me reí un poco de la manera en que le sentía pararse de puntas para poder abrazarme del cuello, no me molestaba en absoluto que lo hiciera, realmente estaba feliz de volver a verla aunque aun tenia varias cosas de las que disculparme, pero por el momento tenerla entre mis brazos es mas que suficiente.
Tras unos minutos me soltó y paso sus manos por mis mejillas antes de comenzar a reír de una forma que no recordaba haberla visto antes. Aun tenia restos de sus lagrimas en las mejillas, pero su sonrisa y su forma de reír de una forma emocionada, iluminaba todo su rostro, era una combinación que dejaba una calidez muy grande dentro mío.
-yo también te extrañe, Dalia– hable y bese su frente, antes de comenzar a limpiar los restos de las lágrimas mas de sus mejillas; ella era en verdad muy importante para mi... realmente importante. Se mantuvo en silencio unos segundos antes de tomar una de mis manos con las suyas dejándola sobre su mejilla, le vi cerrar los ojos y suspirar mientras mantenía una sonrisa en su rostro.
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Hyacinthum
FantasySiempre que escapaba del castillo para ir al pueblo oía a las niñas murmurar lo maravilloso que seria ser una princesa con miles de sirvientes, vestidos, tiaras y demás. Lo escuchaba tan seguido que en verdad llegue a preguntarme que era lo que esta...