¿Como se supone que le diga?...probablemente se lo tome a mal; no quiero que se enoje conmigo pero tampoco es como que por eso cambie mi decisión, pero es importante, pero...-¡Gilia, te estoy hablando!— la fuerte voz de Dalia me saco de mis pensamientos, hacia casi cinco minutos que estábamos desayunando, y al parecer ya habíamos acabado, ella me veía fijamente con gran seriedad, probablemente molesta, no estoy segura de cuanto llevaba hablándome.
-...ah, lo siento, no te escuche — un suspiro salió de sus labios después de escuchar mi respuesta.
-me di cuenta; ¿que tienes? Estas extraña desde hace días — me sirvió un vaso con jugo para después servirse ella y dejar la jarra en la mesa.
-no es nada, no te preocupes — sonreí levemente y ella bufo con molestia, sabia que le estaba ocultando algo, pero la verdad es que aun no se como decírselo.
-sabes que odio que me mientas— la vi cruzarse de brazos después de tomar un poco de agua, viéndome fijamente mientras yo terminaba el vaso con jugo.
-y tu sabes que odio que te preocupes — murmure con una sonrisa acariciando su cabeza, sabia que eso funcionaria y al menos ya no me preguntaría nada por ahora.
-bien- le escuche decir con un tono resignado antes de levantarse con los platos sucios en sus manos; a lo que decidí ayudarle, siguiéndola hasta la cocina con los vasos sucios. — ¿como van las reparaciones?
-uhm...Eldrian nos ha ayudado muchísimo; la mitad de su pueblo esta ahí, y nos han traído materiales para las reconstrucciones — medite un poco sobre las cosas que habian pasado en ese par de dias antes de proseguir.— también fui a hablar con el rey y ya tenemos ayuda de Aenean; lo cual es muy bueno ya que no le quería hacer cargar con todo a Eldrian y Amelia fue a Hyacinthum, nos van a mandar ayuda también — le ayudaba a lavar los platos sucios, pronto detuvo sus acciones y volteo a verme, ya intuía a donde iba.
-tu...¿no fuiste? — sentí su mirada sobre mi, sin embargo yo seguía enfocada en lavar los platos, ciertamente no tenia ganas de hablar sobre ello.
-no niego que me gustaría mucho ver a mi nana de nuevo pero definitivamente no en estas condiciones — ya sabia que no se refería a ello pero en verdad, en verdad odiaba tratar ese tema, mucho menos con Dalia, era algo que si llegaba a salir en conversación preferiría que fuera con alguien que...con alguien que lo entendiera.
-pero...¿tus padres? ¿No quieres hablar con ellos?— y ahí estaba insistiendo, si no fuera ella definitivamente no tendría tanto tacto...ni paciencia.
-no —dije finalmente con una sonrisa mientras volteaba hacia ella
-...— su silencio me hizo ver que había comprendido que yo simplemente no quería hablar de eso, la vi pensar, probablemente, sobre algún otro tema del que hablar—ah...¿que quieres comer?
-¿comer? Sabes que no regresare hasta en la noche — sonreí mientras me secaba las manos; regresar a comer con ella me quitaba tiempo valioso que ocupaba para ayudar en el pueblo, por lo que desde que eso había empezado que yo solo desayunaba y cenaba con ella.
-si, pero te llevare comida pasado el medio día ¿que quieres?— detuve todo lo que estaba haciendo para voltear a verla, ella de mantenía pegada a la pared con la mirada baja; no puedo negar que eso en verdad me había sorprendido.
-no es necesario que lo hagas — me acerque a ella, acaricie su cabello levemente y ella tomo mi mano con la suya.
-te estoy preguntando que qué quieres, no que si quieres que vaya; yo iré a llevarte comida quieras o no; últimamente descuidas mucho tu alimentación y eso no es bueno para tu salud.— suspire, de nuevo estaba haciendo un puchero, ella solia ser tan dulce algunas veces, aunque estaba segura de que ni siquiera se daba cuenta de eso.
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Hyacinthum
FantasiSiempre que escapaba del castillo para ir al pueblo oía a las niñas murmurar lo maravilloso que seria ser una princesa con miles de sirvientes, vestidos, tiaras y demás. Lo escuchaba tan seguido que en verdad llegue a preguntarme que era lo que esta...