Varias horas habían pasado desde el medio día, justo ahora me encontraba entrenando con Eldrian en uno de los salones de su palacio; sus padres y su...hermano, se mantenían en el ala opuesta del castillo, siempre era de esa forma y a mi me hacia pensar que simplemente no les gustaba estar en el mismo espacio que Eldrian.Por lo que el me había contado en nuestros descansos de cada entrenamiento, no mantenía muy buena relación con su padres, o familia, en general. En cierta forma me recordaba un poco a mi, aunque yo si tenia una relación bastante buena con mi padre, y también tenia a mi nana.
Un bloqueo superior en x con mis dos espadas, a su ataque, y una sonrisa burlona en mi rostro; un movimiento rápido hacia abajo logro que la espada se le resbalara de las manos, volando hacia algún rincón del salón.
-no seas tan blando- guarde mis espadas y comenzamos con una pequeña sesión de pelea sin armas, un golpe a mi lado derecho, otro al lado izquierdo del rostro, los cuales esquive con facilidad.
-si lo estuviera siendo me sentiría afortunado- un golpe a mi costado derecho que esquive tomando su brazo el cual aproveche para jalar había mi, moviendome a mi lado derecho, logre doblar su brazo tras la espalda, golpeando detrás de sus rodillas con las mías, logre tenerlo arrodillado, tomando su otro brazo tras su espalda, manteniendo sus brazos doblados en la espalda termine pasando un brazo tras su cuello cortando su circulación.
Un golpe se escucho antes de que las puertas del salón se abrieran violentamente dejando pasar a...una inesperada, pero predecible, visitante.
-¡¡GILBERT!! - podría jurar que su grito se escucho hasta el otro lado del mundo; solté a Eldrian y la mire con algo de duda.
-¿...Amelia..?- murmure intentando esbozar una sonrisa, ya sabia de que iba, después de todo, después conocerse Amelia y Eldrian, los dos meses que le siguieron habían sido de riñas constantes entre ellos por...mi atención.
Al principio lo vi como algo divertido, pero...después de la primera semana comprendí que ellos dos eran bastante peligrosos estando juntos, sus discusiones tomaban un nivel en el cual ya era imposible meterme.
Se habían conocido a un par de días, después de que el padre de Dalia se había ido; Eldrian había ido temprano por la mañana a buscarme para entrenar, mientras que Amelia tambien había ido a verme. Por casualidades del destino ese día llegaron al mismo tiempo a la casa de Dalia, yo le estaba haciendo compañía a ella, ambas desayunábamos tranquilamente cuando escuchamos la pelea que se daba justo a un metro frente la puerta de entrada.
Intentamos separarlos y que dejaran de gritar, pero fue en vano, su discusión duro cerca de tres horas, hasta que Dalia se desespero y abriendo la puerta les hecho una cubetada de agua fría a ambos.
A decir verdad admire su paciencia en esa ocasión, no pensé que esperaría tanto para actuar.
Despues de eso, les grito, regañándolos a ambos por comportarse como niños frente a casas ajenas; fue bastante entretenido ver como ella les gritaba a los "empapados" príncipes. Los cuales no tuvieron mas que asentir calladamente e irse por donde vinieron...Aunque después de ello a mi también me toco un regaño.
-entonces es cierto, por estar con este no has ido a Helianthus- una clara duda cubrió mi rostro, hasta donde yo sabia no tenia nada a que ir allí ¿o si?
-...¿debía ir? - la vi cruzarse de brazos con clara molestia pero sin poder refutarme nada, puesto que sabia que yo tenia razón, estaba a punto de decirme algo hasta que la voz de Eldrian se escucho.
Maldición, yo esperaba que él no hablara, debería haberlo dejado inconsciente.
-¿"este"?- pase una mano por mi rostro, yo esperaba que ese fuera un día tranquilo, pero al parecer eso no iba a suceder.
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Hyacinthum
FantasySiempre que escapaba del castillo para ir al pueblo oía a las niñas murmurar lo maravilloso que seria ser una princesa con miles de sirvientes, vestidos, tiaras y demás. Lo escuchaba tan seguido que en verdad llegue a preguntarme que era lo que esta...