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-¿quien...eres tú?- su expresión era tan graciosa que tuve que hacer un sobre esfuerzo para no reírme, era una pizca de sorpresa, combinada con vergüenza y confusión, mirándola mas fijamente note que tenia un sonrojo en sus mejillas.
-siento que mi aspecto del otro día no fuera el mejor; me encontraba a la mitad de un viaje y no me había percatado de mi estado físico; me presento de nuevo. Mi nombre es Gilbert, un gusto su alteza.-hice una corta reverencia y cuando me levante Amelia tenia las mejillas aun mas rojas que antes.
-¡¡eso es imposible!! No puedes...¡tu no puedes ser ese vagabundo!- se había levantado de su asiento y me señalaba aun con esa expresión en su rostro; sabia que esto seria muy divertido pero no me imaginaba que tanto, si esto seguía así no podría contener mi risa por mucho tiempo.
-hija, esas no son formas de recibir a nuestro invitado; ahora discúlpate- vi a su padre, el rey de Helianthus, regañarla suavemente.
-pero papá..-ella intento replicarle, pero la mirada de él solo se volvió un poco mas seria.
-¡discúlpate, Amelia!- su voz era tan fuerte, me recordaba un poco a mi padre, solo que no recordaba que el me viera con esa pizca de cariño con la que el rey veía a su hija.
-lo...siento- murmuro lo suficientemente fuerte como para que la escuchara, bajando la mirada y una sonrisa escapo de mis labios, mientras tomaba asiento a la mesa.
-no se preocupe, pero por favor dígame, princesa, ¿como se encuentra su tobillo?- ella volteo a verme, ahora, con mas molestia que otra cosa y yo solo pude ensanchar mi sonrisa; fingía amabilidad, claro que ella podía ver a través de ello que solo la estaba provocando.
-...mejor.- fue lo único que me contesto antes de sentarse en su asiento nuevamente
-sin duda esa es una buena noticia; ahora solo debe tener mas cuidado...donde...cae- dije las ultimas palabras con tranquilidad, mirándola fijamente, sabia que quería gritarme de nuevo, pero no se atrevía a hacerlo por su padre.
Habían comenzado a servir la comida en silencio cuando de nuevo el sirviente que me había traído apareció por la puerta, haciendo una corta reverencia comenzó a hablar con el rey.
-majestad, el rey Liandru ha venido ha verlo- ¿Liandru? Recordaba ese nombre por mi padre, pertenecía a uno de los reyes de uno de los cuatro reinos, si no me equivocaba era el de Aenean.
-déjalo que pase-fije mi vista en la puerta por donde salió el sirviente y al cabo de unos segundos el rey al que había salvado hace unos días entro con tranquilidad- esto no es nada usual, ¿a que se debe tu visita?
-bueno, me entere que habías invitado a mi caballero a tu reino- una gran confusión apareció en mi cabeza cuando escuche al rey de Aenean decir eso acaso...¿se estaba refiriendo a mi?
-¿tu caballero?, lo siento pero al único que he invitado es al futuro guardia de mi hija- vi como el padre de Amelia se levanto de su asiento encarando así al otro rey, esto se estaba poniendo interesante, aunque...¿guardia de su hija? Voltee hacia Amelia y la encontré bastante avergonzada.
-¡papá!- grito pero ninguno de los reyes pareció inmutarse ante ello.
-tonterías, es mi caballero el que esta ahí- di un bocado a mi comida mientras veía a...Liandru, levantar su mirada, ese era un claro signo de que quería demostrar mas poder sobre el otro.
-mi guardia real- tome un sorbo de mi vaso de agua y mire al padre de Amelia; el también se veía muy decidido.
-¿quieres problemas, Darlian?- el rey de Aenean esbozo una sonrisa de...¿guerra? Era esa clase de sonrisa que usas cuando quieres provocar a alguien.
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Hyacinthum
FantasySiempre que escapaba del castillo para ir al pueblo oía a las niñas murmurar lo maravilloso que seria ser una princesa con miles de sirvientes, vestidos, tiaras y demás. Lo escuchaba tan seguido que en verdad llegue a preguntarme que era lo que esta...