Principe

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Escuchaba un zumbido, muy lejano, y próximamente algo frío sobre mi rostro, comencé a escuchar unos gritos lejanos que empezaron a hacerse mas claros conforme pasaba el tiempo.

-...bert...ilbert...¡Gilbert!- abri lentamente los ojos, mi espalda estaba recargada contra la pared, esta estaba fria y contrastaba con lo caliente de mi espalda, supongo que las heridas de sus garrras habian sido profundas si me ardia de esa manera.

Mire a Eldrian, me veia con mucha preocupacion, a su lado tenia un balde agua, probablemente lo habia traido para despertarme, intente moverme pero mi espalda y mi costado me lo impidieron, de nuevo me sentía mareada, no sabia cuanta sangre había perdido...o cuanta seguía perdiendo, pero esto no era nada bueno.

Mi brazo izquierdo desbordaba sangre tanto por la herida de Aenean como por la mordida de esa cosa; la de mi costado se había abierto de nuevo con el golpe que me di al caer del techo igual que la de mi pierna derecha; y por supuesto las heridas que ahora tenia en la espalda; mi torso entero dolía horrores y mis piernas no me respondían del todo; hasta yo podía ver que la situación se estaba poniendo peligrosa, necesitaba irme.

-no te muevas, ya hemos llamado al curandero del pueblo.- puso sus manos sobre mis hombros para obligarme a quedarme sentada, pero yo no podía darme ese lujo, si me tardaba mas...Dalia se preocuparía demasiado y definitivamente no podía pagarle de esa manera; aparte le había prometido que me iría lo mas pronto posible.

-no, yo...necesito irme- intente levantarme nuevamente, pero sus manos volvieron a detenerme, me veía con reproche, pero eso nunca había podido conmigo. 19 años con mi madre me habían hecho inmune a esas miradas.

-¿estas loco? No permitiré que te vayas, si lo haces morirás en el camino; se que tu también has notado lo mal que te encuentras.- bufe mientras volteaba mi rostro hacia otro lado, lo sabia, que tenia razón...pero, aun con ello, quedarme no estaba en mis planes y dejar que él me detuviera, tampoco.

-...por eso...mismo- murmure finalmente y él se acerco un poco mas para escucharme

-¿de que estas hablando?- voltee a verlo con un toque de molestia que se esfumo en cuanto vi la preocupación e interés en su rostro; creo que...realmente quería entenderme

-si me tardo mas...se va a preocupar, tengo que irme...ella me curara...-finalice con una tenue sonrisa, intentaba explicarme lo mas que podía, pero el dolor de mi cabeza había vuelto y no me dejaba pensar demasiado en si lo que salía de mi boca tenia sentido o no

-¿ella?....bien, de acuerdo; pero yo te llevare- cedió después de un suspiro y decidí no negarme a su "condición" en verdad no estaba en condiciones de caminar por mas de diez horas, lo vi voltear hacia uno de los hombres allí y gritar- ¡mi caballo, ahora!- volteo nuevamente hacia mi, tenia miedo, se notaba en sus ojos - ¿estas seguro? No puedo asegurar que no empeores en el camino, en verdad estas muy...

-yo, si puedo asegurartelo...- le interrumpí con una sonrisa y él no pudo evitar soltar una carcajada, me gustaba mucho la alegría que desbordaba.

-¿quien hubiera pensado que el caballero seria tan engreído? Tal vez debería dejarte aquí- bromeo un poco para después ayudarme a levantar y subir al caballo que acababan de llevarle; de un tono cafe oscuro se veía tan fuerte y poderoso como el dueño- agárrate bien- me agarre lo mejor que pude mientras veía como él se subía atrás de mi, supongo que con ello pretendía cuidar que no me cayera en el camino -ahora dime a que reino vamos

-llévame...al cruce de Hyacinthum y Hydrangea, un poco mas de río arriba- señale lo mas orientada que pude y el comenzó el camino; sentí el caballo trotar con rapidez pero no demasiada, supongo que intentaba que no saliera mas lastimada; estaba teniendo demasiadas precauciones conmigo, eso me dejaba inquieta, o en verdad era demasiado protector o...se había dado cuenta.

HyacinthumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora