Quiéreme otra vez.

Escúchame.

~Calle~

—¿Calle?—Preguntó ella sujetando mis brazos.

Cuando escuché su voz pude jurar que lo ingerido hasta el momento no tenía efecto en mi y la boca la sentí seca al encontrarme con esos ojos cafés.

Mi corazón comenzó a latir muy rápido y una sensación bastante extraña se apoderó de mí estómago además de unas ganas de llorar por verla ahí frente a mi.

—Calle—Su tono de voz ahora era suave; sujetó mi barbilla haciendo que volviera a levantar la vista.

—Una disculpa—Hablé lo más segura que pude desviando la mirada de ella haciendo que me soltara.

—¿Está todo bien chicas?—Preguntó el bartender que seguramente presenció esa escena.

—Sí, no se preocupe—Contestó mirándolo por un segundo para después volver a mi.

—¿Quieres que pida lo que ibas a llevar?—Su tono está vez fue divertido, no estaba dispuesta a verla y por supuesto a mi no me causaba gracia.

La ignoré dejando las copas vacías sobre la barra, me giré en dirección a dónde había dejado a Becca, quería irme ya de ese lugar.

—Te hice una pregunta—Escuché la voz de esa persona a mis espaldas, sostenía ahora una de mis muñecas.

—Puedes soltarme—Le pedí girando ligeramente hacia ella.

—¿Te urge mucho llegar con Becca?—Su pregunta para nada me la esperaba y menos por el tono que había usado en ella, ¿Cómo sabía que estaba con Becca?

—Creo que eso no te incumbe—Pronuncié volviendo a unir su mirada con la mía.

Esta vez había puesto más atención en aquellos ojos, estaban demasiado cristalinos, podría jurar que ella también había estado tomando.

Apreté la mandíbula un par de veces esperando que me soltara.

—¿Es tu novia?—Preguntó prácticamente en reclamo, —Claro que es tu novia sino por qué otra cosa se besarían, ¿No?

¿Qué?, ¿Ella había presenciado ese beso?

—¡Contéstame!— Pidió soltándome de a poco.

—¿Y Madison qué?, ¿Es tu novia?—Pregunté la misma forma que ella lo había hecho; no me quería dejar llevar por lo que estaba sintiendo pero resultaba imposible.

—No estamos hablando de eso—Dijo atenta a lo que pudiera contestar.

—¿Estamos hablando?—Reí irónica, —¿Ya terminaste de hablar conmigo?

—¿Estás con Becca?—Volvió a preguntar con una molestia evidente en sus palabras.

—Tú estás con Madison —Solté por inercia haciendo caso a mis instintos.

—Madison no es nadie, y no es nada mío—Contestó demasiado convencida.

—Eso no lo dice la televisión, ni las redes sociales y mi hermana te vio con ella así que no la niegues—No tenía idea de cuánto tiempo podrían durar mis ganas de ser valiente ante ella pero tenía que irme ya de ahí.

—¡Ella no es nadie carajo!—Levantó su tono de voz si dejar de mirarme, —¿Puedes creerme?

Esa última pregunta acabó conmigo, ¿Cómo se atrevía a preguntarme eso?

Tomé una bocanada de aire mientras formulaba que iba a contestar ante aquello.

—Poché, estás aquí—Se escuchó una voz femenina detrás de ella, cuando levanté mi vista observé a la rubia sonriéndome de la manera más falsa que podía.