Quiéreme otra vez.

Pastilla.

~Calle~

Llegamos al departamento en dónde hasta hace unas horas había dejado a Poché con Madison, parecía estar tranquilo en su exterior pero al abrir la puerta noté todo un caos.

Los muebles estaban botados al igual que todas las cosas que componían aquel lugar. Recibir esa llamada me había impactado tanto que necesitaba corroborar que lo que dijeron era cierto y el ver el departamento en esas condiciones no hacía nada que alimentar mi ansiedad por saber en dónde se encontraba.

—Escúchame bien —La voz de un hombre se hizo presente al otro lado.

Me senté sobre la cama sin despegar la vista de Laurel.

—¿Quién habla? —Fingí tener todo bajo control pero sentía miedo.

—No te interesa saber quién habla, pero si quieres saber lo que tengo por decirte —Le di pauta para que siguiera hablando, —Van a matar a Poché —Me quedé totalmente helada después de escuchar eso, —Aventé las cobijas a un lado y me puse de pie, —Necesitas ir a verla, —Seguido de esto último la llamada se cortó.

Antes de procesar aquello marqué tres veces a ese número pero inmediatamente me mandó a buzón.

—¿Qué pasa? —El semblante de Laurel también lucía preocupado.

—Poché —Pronuncié enlazando una llamada a su móvil, la cual declinó en el momento.

Busqué los zapatos de forma rápida y poniendo una chamarra salí de la habitación.

—¿Me puedes decir que está pasando? —La voz de Laurel me siguió hasta la planta baja, en dónde tomé las llaves del auto de Mafe.

Salí a la cochera y como pude me subí al vehículo, antes de arrancarlo Laurel se metió también en el.

Conduje hacía la Avenida que llevaba al departamento, seguía al pendiente de celular escuchando nuevamente como la castaña me preguntaba qué era lo que sucedía.

—Me advirtieron sobre Poché —Apenas dije sentí como mis manos comenzaron a sudar.

—¿Qué?

—Esto será muy raro pero espero esté durmiendo con Madison —Pensé en voz alta considerando la idea de que soportaría más eso que el hecho de que le sucediera algo más.

—Creo que estás un poco paranoica, ni siquiera conocías ese número —Puse los ojos en blanco tras escuchar eso , aunque podía ser cierto necesitaba ver que estaba todo bien.

Observé el espejo retrovisor dándome cuenta que hacía falta el auto que en la última semana nos había acompañado, no quise mencionarlo ya que Laurel no tenía conocimiento de lo sucedido.

—¿Qué pasó aquí? —La voz de Laurel intervino en mis pensamientos.

—No sé, y estoy preocupada —Dije para mí volviendo a marcar el número de Poché. 

~Poché~

—¡Suéltame! —Grité molesta y con el corazón roto en cuanto escuché como se azotaba la puerta.

Aparté sus manos de mi cintura y caminé a la habitación dispuesta a sacar un pantalón para ponérmelo, pese a lo que había ingerido no soportaba estar en ropa interior con Madison enfrente.