Quiéreme otra vez.

Ilusión.

~Poché~

—¿A dónde estás yendo? —Posó una de sus manos sobre mi cintura haciéndome tiritar.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Cuestioné aún sobresaltada observando esos ojos marrones que tanto podían conmigo.

—¿Esperabas que creyera todo lo que me dijiste en esa llamada? —Preguntó mientras me atraía a ella, —Quiero que me lo digas a los ojos.

Sentir sus manos firmes en mi cintura solamente provocaba que me olvidará de todo.

—Te escucho —Dio pie a que dijera algo pero era verdad que no podía, —Dime algo, —Insistió.

—Quiero que te vayas —Pronuncié en voz baja.

—¿De verdad quieres que me vaya? —Sus brazos se apropiaron más de mi para terminar deslizando sus manos por mi espalda, —Contesta.

Negué rápidamente recargando mi cabeza en uno de sus hombros.

Ella cuidadosamente bajó la mirada y con un ágil movimiento sus labios encontraron mi boca.

Me dejé llevar por eso beso que había comenzado acomodando mis brazos sobre sus hombros.

Mi cabeza no pensaba, no dimensionaba lo peligroso que podría ser eso, simplemente saciaba toda la necesitad que había tenido de ella desde que nos habíamos enojado.

—Calle —Susurré volviendo a esconder mi cara en su hombro muy cerca de su cuello, —Tienes que irte, —Insistí en hacer que se fuera.

Pareció no escucharme porque ahora sujeto mis mejillas para volver a besarme, sentí un ligero dolor cuando sus dientes se apropiaron de uno de mis labios, los cuales con suavidad dejaron de aprensarlo. Retomé aquella mordida pero ahora en su labio superior, en cuestión de segundos mis dientes fueron reemplazados por mi lengua, la cual debatió con la de ella hasta que un par de besos cortos finalizaron aquello.

—No es seguro que estés aquí mi amor —Dirigí mi mano que se encontraba herida a su mejilla y la acaricie de a poco.

—Dime que está pasando —Condicionó sin despegar sus ojos de los míos, —¿A dónde vas?

Eché un vistazo al vestido que traía puesto poniendo atención en cómo se estrujó mi interior.

—Voy a comprometerme con Madison...

Abrí los ojos rápidamente cerrándolos casi al instante por la luz que existía en aquella habitación, una vez más los abrí y comencé a ubicarme, ¿En dónde estaba?

Tres de las paredes eran totalmente blancas y la restante estaba constituida por vidrio transparente, dejando ver el exterior de aquella habitación; me senté sobre la cama poniendo atención en que el vestido que me había puesto para el compromiso, ya no lo traía.

«El compromiso»

¿Había sido ya?, La preocupación inundó mi interior al no recordarlo.

«Calle»

Vino a mi mente el sueño que había tenido, ¿Estaba bien?

Me incorporé de la cama yendo directamente a la puerta, necesitaba ver en dónde estaba y que había sucedido.

Giré la perilla encontrándome con que se encontraba cerrada, la sujeté con más fuerza intentando abrirla pero no se podía.

Caminé con rapidez hacía el ventanal observando en el exterior un gran campo de golf y era todo, no podía visualizar algo más.