Sorpresa.

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~Calle~


—¡Sorpresa! —Gritaron al tiempo tirando un poco de serpentinas en mi cara.

—Hermana, al fin —Juli fue la primera de salir entre todos yendo directamente a abrazarme.

Por inercia la abracé recibiendo después a mi mamá, seguida de mi papá; finalizamos con una abrazo familiar, la siguiente en acercarse a mí fue Becca. La relación con ella aún era extraña pero conforme a los días pasaban confiaba un poco más en lo que decía.

Los siguientes en acercarse a saludarme fueron los primos de Poché, dos de sus tías y su mamá; todos estaban aquí.

—¡Bienvenida! — Saludó gustosa Andrea.

Seguía sorprendida no esperaba que estuvieran ahí; con un poco más de detenimiento visualice la decoración en el salón.

Bastantes tonos rosados y globos flotantes, algunas letras enormes hechas de globo formaban la palabra ¡Bienvenida!; más al fondo del lugar se encontraba la salida que conectaba a la alberca, sobre ella habían pequeñas pelotas de colores, un par de salas tipo lounge y bocadillos.

—¿Qué te parece? —La voz de la chica que escuché a mis espaldas me hizo sonreír.

Me giré ligeramente para verla venir con un vestido color menta, su cabello suelto y un tanto ondulado.

—¿Tú lo organizaste?

—Con aportaciones de tu mujer, sí —Se había acercado lo suficiente para abrazarme, —No sabes lo feliz que estoy de que estés de vuelta, —Expresó dejando un beso en mi mejilla mientras me volvía a abrazar.

—Eres de las mejores —Recargué mi frente sobre su hombro y me mantuve así, abrazada a ella.

Distrayéndome de aquel abrazo escuché como alguien se aclaraba la garganta.

Al separarme de Laurel observé a Juli acompañada de Poché.

—Necesito que se vayan a cambiar, les dejé algo más acordé a esta fiesta en su habitación —Informó mi hermana tomando mi mano y uniéndola a la de Poché.

Sonreí al verla y ella hizo lo mismo.

—Vayan, vayan —Tomó nuestros hombros empujándonos al interior de la casa.

—Juli es tan mandona —Comenté al salir del salón en dónde se encontraban nuestras familias, estábamos tomando rumbo a las escaleras.

—Igual que tú —Bufó pisando escalón por escalón.

—¿Perdón? —La detuve sin subir al peldaño en ella estaba.

—Era broma —Su sonrisa divertida no tardó en aparecer.

Fingí estar indignada hasta que rodeó mis hombros con sus brazos dejándome el acceso libre a su cintura.

—Gracias por la sorpresa —Junté mi frente a la de ella y dejando un beso corto en sus labios la abracé.

—Amo que estés aquí, te amo, te amo —Susurraba muy cerca de mí haciéndome pequeñita en cada palabra.

—Te amo —Ahora fui yo quien busco sus labios. Sujeté con más fuerza su cintura y despegando sus pies del escalón me dispuse a subir con ella.

—Con cuidado —Apuntó intentando bajarse.

—Ah, no —Me detuve nuevamente para sostener sus piernas por debajo de su trasero y ayudarle a que se colgara de mi.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora