Quiéreme otra vez.

Aliados.

  ~Calle~

—Por favor despierta —La voz de una chica se hizo presente en mi mente, —Por favor despierta, —Escuché nuevamente, —Calle, por favor reacciona.

Aquella última palabra hizo que reconociera la voz de la chica que hablaba, al tiempo de recordar lo que había sucedido.

—Calle, —Sentí un ligero movimiento en mi brazo acompañado nuevamente de esa petición, —Calle, por favor.

Entre abrí uno de mis ojos para buscarla y la vi. Laurel se encontraba frente a mi y había notado que ya estaba consciente.

Cerré una vez más los ojos reprimiendo la sensación que tuve al ver como su propósito era dormirme.

Me sentía traicionada, había confiado tanto en ella que saber que estaba involucrada con todo lo malo me volaba la cabeza.

—Necesito que antes de que saques tus propias conclusiones me dejes explicarte —La escuché hablar una vez más antes de oír como se azotaba la puerta al ser abierta.

—Lau, tenemos que irnos —Andrea había hecho acto de presencia.

—¿Qué? —Seguido a esto sentí como la castaña se puso de pie.

—Madison sabe que estoy involucrada y conociendo a Sofía estoy segura de que le dirá lo de esta casa —Dicho esto alcance a percibir como la castaña maldecía.

—¿Poché reacciono? —Aquello definitivamente había hecho que saliera de mi trance dándome oportunidad a poner atención en lo que respondía.

—Hace un momento pero no la he ido a ver.

—¿En dónde está? —Pronuncie débilmente ganándome la mirada de las dos.

—En el piso de arriba, creo que lo conveniente es que tú la vayas a ver, —Me senté sobre la cama para después incorporarme totalmente, sentí que los piernas me temblaron pero eso no impidió que intentará salir de la habitación, hasta darme cuenta que la cerradura estaba bloqueada.

—Calle —Me detuve al escuchar la voz de la modelo.

Bien era cierto que todo lo que sentía con respecto a ella estaba contenido, verla me llenaba de rabia, había hecho que Poché quedara inconsciente frente a mi.

—Esto posiblemente se puede malentender...

—Cállate, quiero ver a Poché —Lo que sentía en ese momento era indescriptible, y estaba mezclado con sensaciones muy raras.

Quería saber lo que estaba pasando, pero primero quería ver a Poché y saber que estaba bien.

—Yo la llevo —Laurel se adelantó a abrir la puerta.

—Baja en seguida, tenemos que ver qué haremos —La castaña asintió seguido de pedirme que la acompañara.

Toda aquella casa era blanca, con excepción del piso; algunas paredes eran totalmente de cristal dejando ver un campo gigante en el exterior.

—Calle, puedo explicarte todo esto —Ignoré sus palabras subiendo los escalones detrás de ella.

—¿Qué habitación es? —Exigí saber mientras la miraba.

—La que está al fondo —Comentó cambiando su semblante, la puerta abre por afuera así que no tendrás problema.

Caminé en la dirección que me había indicado al tiempo en que mi corazón latía muy rápido. Me sitúe frente a la puerta y evitando desesperarme giré la perilla.

Mi mirada se fue directamente a la chica que estaba sobre la cama, que, con el ruido que había hecho su atención estaba puesta en mi.

—Mi amor —Pronuncié entrando a la habitación.