Quiéreme otra vez.

Advertencia.

~Poché~

Caminó perpleja mientras sostenía lo que parecía una fotografía, cuando la miré hasta el último rincón de mi se llenó de miedo.

Me apresuré hacía donde Calle y arrebatándole el papel fui a la puerta, la abrí y corrí a las escaleras para llegar a la portería; alguien había pasado la foto por debajo de la puerta y esperaba encontrarlo.

Escuché a Calle gritar mi nombre, supuse venía detrás de mí y aunque sabía tendría que explicarle todo no podía detenerme a hacerlo en ese momento.

Salí del edificio topándome con aquel hombre al que ya había visto recargado sobre la pared, al verme sonrío haciendo que un escalofrío lleno de temor recorriera mi cuerpo, antes de que pudiera reaccionar al respecto observé cómo se subió a un auto; en cuanto arrancó la imagen de Calle de hizo presente frente a mi.

-Tengo que dejarte mi amor, en un momento te veo -Escuché como se despedía haciéndome tiritar, estaba totalmente enamorada, en minutos sería mi esposa y nadie podría impedirlo.

O eso creí hasta que una persona, específicamente un hombre se acercó a mí. No me dio buena espina y simplemente decidí que era mejor terminar con esa llamada para poner atención en lo que quería.

-De acuerdo, Te amo -Pronuncié al teléfono colgando en seguida.

-Tengo que admitir que fue muy emotivo -Habló con cierta burla en su tono de voz.

-¿Se le ofrece algo? -Cuestioné mirando alrededor, que brillante idea tuve al restringirme de todos para llamar a Calle.

-Te advirtieron tantas veces -Tragué en seco teniendo idea a de que se trataba.

-¿Qué pasa? -Cuestionó sujetando su pecho con una de sus manos mientras regulaba su respiración.

Seguido de ella Valentina se paró a su lado y en ningún momento despegaron su mirada de mí.

-Tu sabes lo que tienes que hacer, y si planeas ir en contra, observa, no queremos que le pase nada, ¿Verdad?

Miré a nuestro alrededor para cerciorarme de que no hubiera algo parecido a ese día.

-Métanse -Levanté la voz totalmente asustada.
-Dime, ¿Qué sucede? -La voz de Calle me sacó de ese pequeño trance.

-¡Que se metan! -Grité empujándolas al interior del edificio; me sentía paranoica necesitaba llevármelas de ahí.

Sin entender nada entraron y seguido a eso emprendieron el camino de vuelta al departamento.

Las seguí y una vez adentro cerré la puerta tras de mi poniendo el seguro.

-¿Tan mal te pone una foto conmigo? -Habló Calle volviendo a tomar la fotografía que tenía en las manos.

-No es cualquier foto Calle -Pronuncié evaluando la situación, intentando pensar en lo que haría al respecto.

La imagen era de la noche anterior, exactamente de cuando Calle había bajado del auto para abrazarme en el estacionamiento.

Nos tenían ubicadas y por esos segundos en los que vi al mismo tipo que se presentó hace más de tres meses para arruinar el que debía ser el mejor día de mi vida me hizo imaginar la idea de volverme a encontrar en ese escenario y no me permitiría que le pasara algo a ella, mucho menos después de haber sacrificado todo y dejarla ahí, rota, sin ninguna explicación.

Unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de mí y aunque intenté evitarlo poco a poco sentí como mis mejillas se humedecieron.

Cubrí mi rostro con mis manos y recargada sobre la pared me deslicé hasta quedar en el suelo.