~Poché~
Una semana había pasado ya del escándalo que los medios armaron por la pequeña cachetada que le ofrecí a Andrea Paul en México. Una semana la verdad bastante complicada y estresante ya que las cosas sucedidas desde que Calle se fue de ese hotel no habían sido las mejores.
Encontrarme con Carina en el hotel no había sido lo más favorable y ni hablar de lo que tenía que hacer para mejorar mi imagen.
—¿Estás consiente de que te pueden cobrar la habitación entera si se rompe esa puerta? —Preguntaron del interior de la habitación.
—Puedes estar tranquila porque tu no lo pagarías —Respondí altanera cuando me di cuenta de quién se trataba, —¿Qué haces aquí?
—Volé en cuanto me notificaron lo sucedido, ¿Qué se supone que tienes en la cabeza?
—¿Qué? —Pregunté irritada, estaba cansada de que siempre me regañara, —¿Qué te notificaron?, ni siquiera saben por qué lo hice y tú tampoco lo sabes.
—No es cuestión de que lo sepa o no, tienes una imagen que cuidar y no puedes estropearla, no puedes estropearte sola —Giré los ojos pensando en que esa imagen que últimamente estaba dando no era mía si no de alguien que querían que fuera y por lo mismo no me estaba importando.
—Está bien, ¿Terminaste? —No quería hablar al respecto, no quería ya nada, no estaba de ánimo.
—Tu dime Poché, ¿Qué es lo que quieres?, ¿Qué estas esperando que pase con esas actitudes?
—No estoy esperando que pase nada, sabes cómo me siento con respecto a eso y no quiero hablar más del tema —Dije firme caminando a la puerta de la suite.
—Solamente piensa y dale más peso a lo importante.
—¿Quieres que preste atención en lo importante? —Asintió y en seguida regrese a donde se encontraba, saque el móvil y le enseñé los mensajes que me habían llegado en los últimos días.
Su expresión cambió y por lo que vi se había alterado, comentó que nuevamente pondría a trabajar al amigo de Madison para ver qué era lo que estaba sucediendo. Yo consideraba comunicarme con él, pero iba a buscar a una persona externa para que me ayudara con ese tema ya que no había resultado tan eficiente si todavía me encontraba en esa situación.
—Agendaré una cita para esta semana, ¿De acuerdo? — Asentí guardando el celular.
—¿Qué hacías hablando con Calle en el evento? — Preguntó después de ponerse de pie.
—Poché, ¡Llegamos! —Parloteó Madison a mi lado haciendo que me olvidara de lo que estaba recordando.
Hoy era la última prueba del vestuario que usaría en la premier de la serie producida por Sofía, noticia que me alegraba ya que tenía la necesidad de que se estrenara y el contrato con ellas terminara.
—¿Crees que hayan llegado las demás? —Pregunto una vez más la rubia al salir del auto.
—No estoy segura —Dije volviendo a pensar en el mensaje que me había llegado por la mañana.
"Asegúrate de formalizar con Madison para antes de la premier".
—¿En qué piensas? —Una vez más se hacía presente.
Me quedé observando su rostro confundido, ¿Qué necesidad tenía yo de eso?
—En nada, solo estoy cansada.
—¿La salida con tu familia anoche te desveló mucho? —¿Mi familia?, que feo había sonado eso.
—No vuelvas a referirte así de ellos —Le pedí caminando hacia la tienda en donde nos estaban esperando.
—Perdóname —La escuché decir a mis espaldas mientras me abrazaba por la cintura y caminaba a mí mismo paso.
Esta acción me había molestado, después de volver a tener a Calle cerca, besarla y abrazarla ya no podía ser lo mismo con nadie y menos con la mujer que tenía detrás de mí.
—¿Quieres salir por la noche?, tal vez nos haga falta relajarnos —Aplicó un poco de fuerza a su abrazo pegándome totalmente a ella impidiéndome seguir caminando.
—Te acabo de decir que estoy cansada, no tengo ganas de salir —Intenté ser clara después de voltearme para quedar frente a ella.
—Bien, entonces voy a tu casa y armamos algo por la noche, ¿Sí?
—¿Te parece? —Pregunté irónica.
—Sí —Expresó para después dar un beso que casi segura estaba dirigido a mis labios de no ser porque logré girar ligeramente mi cabeza cuando lo vi venir.
—¡Hey chicas! —Saludó alguien al fondo disipando la molestia que generó en Madison el que evitara su beso
—¿Qué onda? —Saludé a Anne quién a apenas llegaba, solamente hacía falta Micaela para poder entrar.
—¿Qué hacían chicas? —Preguntó después de saludar a la rubia.
—Madison quiere que se arme algo por la noche en mi casa, ¿Vienes?
—Estaría super padre, hace mucho no hacemos algo así —Apoyó la idea la otra chica provocando que la molestia en el rostro de Maddie fuera más evidente.
—¿No tienes problema? —Preguntó Anne.
—Ninguna, será genial convivir todas juntas —Contestó Madison con una sonrisa forzada, seguido a esto caminó hacia el escaparate de la tienda.
—¿Se molestó? —Preguntó una vez más Ann en un volumen más bajo.
Negué a su pregunta sabiendo que claramente no le había parecido la idea, pero yo necesitaba evitar a toda costa el estar a solas con ella .
Después de diez minutos y gracias a que Micaela había llegado entramos a la tienda, fuimos atendidas por las chicas que tenía el seguimiento de nuestro vestuario.
Salimos del lugar dos horas más tarde ya que una vez más nos probamos los vestidos, las diseñadoras pusieron atención en pequeños detalles y finalmente quedamos conformes con lo que habían logrado para nosotras.
La actitud de Madison no se había modificado en lo absoluto y menos cuando Micaela mostró su felicidad al saber que armaríamos una pequeña reunión en la casa.
Nos subimos al auto y antes de encaminarnos a la casa pasamos al centro comercial a comprar algunas cosas que complementarían lo que cenaríamos, esta pintaba a ser una tarde de chicas como la del primer día de conocernos y me resultaba gracioso.
—¿Seguirás enfadada? —Decidí preguntarle a Madison en cuanto vi que Micca y Anne se adelantaban a la caja llevando el carrito con ellas.
—No, no tengo motivos — Intentó caminar detrás de las otras chicas, pero la detuve, no estaba de ánimos para insistirle, pero tenía un cargo de conciencia porque la idea que ella tenía había sido modificada por completo.
—Lamento haberlas invitado, pero es que después todas tendremos otro trabajo y será más difícil reunirnos —Intenté explicarle, aunque realmente yo no tenía problema con que ellas estuvieran con nosotras.
—Está bien, será divertido —Volvió a sonreír mirando hacia otro lado.
—Sí, será divertido — Intenté convencerla por última vez tomando su mano para llevarla a las cajas y alcanzar a nuestras amigas.
—Lo será —Repitió jalando mi mano hacia ella haciendo que en su movimiento rápido pudiera besarme.
Pasó una de sus manos por mi nuca e hizo que esta vez no pudiera rechazar el beso.
Intenté no prestar atención a lo sucedido caminando con ella hasta que llegamos con las demás. Después de pagar volvimos al auto y nos dispusimos a llegar a la casa.
Cuando por fin se empezó a ver la entrada a la casa me di cuenta de la presencia de dos personas que realmente no debían estar ahí.
Detuve el auto frente a la caseta esperando a que Frank abriera el portón, no quería volver a hablar con ellos.
—Buenas tardes señorita— Hizo referencia a mí el guardia y lo saludé en seguida, —Señoritas —Ahora les hablaba a mis amigas inclinando su cabeza en señal de saludo, —La están esperando.
—Poché, hija — Saludó Juan Carlos aproximándose al auto seguido por la chica que venía con él.
—¿Qué se te ofrece ahora? —Pregunté mirando por el retrovisor imaginando que podría poner la reversa e irme.
—No nos deja entrar aquí el señor — Se quejó de Frank de la misma manera que una vez Fernanda se había quejado con Calle de que tampoco la dejaban pasar.
—Tiene ordenes de no dejarte entrar, ¿Qué quieres ahora? —Volví a preguntar sintiendo como Madison posaba una de sus manos encima de la mía, la cual tenía en la palanca de velocidades.
Sentí miedo en cuanto hizo eso ya que era obvio que Juan Carlos estaba mirándola y no con buena cara.
—Puedes bajarte y ya platicamos al respecto.
—No, no puedo y tengo prisa, así que dime — En un movimiento ligero logré que Madison me soltara, de verdad tenía miedo.
—Necesito que te bajes y platiquemos —Insistió queriendo abrir la puerta del auto con fuerza.
Respiré profundo y en seguida me disculpé de mis amigas diciéndoles que no me tardaba. Bajé del auto cerrando al instante la puerta esperando a que el señor me dijera que estaba haciendo ahí.
—Saluda a tu hermana Vale —Habló a la chica que estaba a su lado.
Antes de que se le ocurriera hacerlo la miré haciendo que la sonrisa que tenía se fuera.
—Hay que omitir esto de andarse saludando, pensé que después de lo que te di ayer ya no te iba a ver en mucho tiempo —Me quedé sería observando Frank quién evaluaba lo que estaba pasando.
—Necesito que dejes a Valentina quedarse contigo hoy —Así como lo escuché miré a la tal Valentina, ¿Estaba hablando en serio?
—¿Y tú piensas que mi casa es un albergue? —Contesté siendo grosera cosa que no me importó no podía estar haciendo esto.
—Pienso que tu casa es muy grande para que le permitas a tu hermana el dormir aquí.
—Ni tengo hermanas y mi respuesta es no —Despegué mi cuerpo del auto con la intención de abrir la puerta e ingresar a mi casa pero fui frenada al sentir el agarre de Juan Carlos sobre mi muñeca.
Reprimí el dolor que su agarre me había ocasionado, me giré hacia él y pude ver como Frank se acercaba a nosotros.
—¿Esta todo bien señorita? —Preguntó con la mirada sobre Juan Carlos.
—Si, no te preocupes —Mentí viendo a los ojos a la persona que se decía ser mi papá.
—Tu hermana se quedará aquí — Afirmó soltándome.
Me quedé callada ante eso, no quería provocar que el fuera violento, no necesitaba otro problema después de todos los que ya tenía además de que no quería que todo lo que me había dicho la noche anterior pasara.
—Frank —Llamé al guardia de seguridad quien estaba una vez más dentro de la caseta, —La chica va a entrar, el señor no.
Una vez dicho esto me subí al auto molesta por lo que finalmente había aceptado. Todo estaba mal.
—¿Estas bien? —Preguntó Madison.
Negué inmediatamente poniendo el auto en marcha hasta que sentí como volvían a intentar abrir la puerta trasera del lado de Micaela.
—Deja que se suba —Gritó Juan Carlos con respecto a su hija.
—Que caminé, en mi auto no cabe —Subí el vidrio dejando a lo lejos el portón con la imagen de Frank deteniendo a mi papá del brazo.
Estacioné el auto esperando a que mis amigas bajaran, tenía una crisis emocional muy fuerte y no quería tomar el camino fácil para huir de eso que estaba sintiendo, me estaba costando mucho trabajo no hacer alguna tontería.
—¿Quieres que consiga algo para que te relajes? —Preguntó Madison antes de que bajara.
Eso era lo que me faltaba y lo que tal vez quería o necesitaba; asentí golpeando el volante.
—Tranquila —Dijo para después dejar un beso en mis labios.
Bajé del auto para ayudarles a descargar lo que habíamos adquirido en el super y poder entrar al fin a la casa. Dejamos las bolsas sobre la barra de la cocina y después subí a mi habitación por el cargador del móvil.
Justamente cuando iba bajando escuché como tocaron el timbre, giré los ojos por saber quién era y fui hacia a la puerta, al abrirla me encontré con la tal Valentina.
La ignoré volviendo a la cocina en donde Anne preparaba la cena, Micaela ponía algo de música además de que ya había empezado a beber.
—Cuidado y te quedes dormida en el sillón —Bromeó Madison entrando a la cocina, reímos por el comentario mientras veía como servía dos copas de whisky para darme una a mí.
Al terminar la cena nos movimos al salón en donde tenía el minibar, hablamos de todo, comimos como nunca, bailábamos y bebíamos entre todas hasta que la niña abandonada entró para preguntar en dónde dormiría.
Una vez más fui grosera y al parecer esta vez Madison no me secundó. Tomó mi mano dejando una pastilla en ella y en seguida le pidió a Valentina que la acompañara.
Giré los ojos bebiendo un poco más de whisky combinándolo con lo que había recibido de la rubia.
No pasaron ni diez minutos cuando Madison estaba de vuelta, me informó que le había prestado el cuarto de Gretta y la verdad es que me tenía como sin cuidado en donde pudiera dormir.
—¿Te la tomaste? —Preguntó en volumen bajo.
Asentí diciendo que volvería en un momento.
Subí las escaleras y volví a llegar a mi habitación, entré al baño de forma rápida y cuando salí decidí consultar el celular.
Busqué entre mis contactos y de verdad quería que alguien detuviera lo que estaba por hacer, pero yo era la única en esa habitación.
Presioné el nombre de aquella chica esperando a que tomara la llamada, aunque realmente no sabía bien que era lo que le diría, necesitaba escucharla; tenía claro que su voz tendría más efecto en mí que cualquier pastilla.
—¿Si, diga? —Me atendió con ese tono perfecto en su voz.
—No estoy segura del porqué estoy haciendo esto pero, ¿Podrías venir a la casa? —Pronuncié guiada por el alcohol que ya tenía mi sistema.
Esperé a que contestara pero no lo hacía, solo podía escuchar su respiración.
—¿Poché? —Preguntó alguien por fuera de la habitación.
Colgué al instante la llamada cayendo en cuenta del riesgo que podría tener eso. Me dirigí a la puerta para encontrarme con Micaela pidiéndome prestados unos zapatos más cómodos.
Bajamos con las demás que no dejaban de bailar, al verme Madison me abrazó pidiéndome que jugáramos algo de póker y así lo hicimos.
Los efectos de la pastilla habían comenzado a hacer su efecto en mí, cada vez sentía más cerca a Madison y con intenciones de jugar y no con las cartas.
Había olvidado la llamada que había hecho hasta que escuché como el timbre de la casa estaba siendo tocado.
—¿Estamos esperando a alguien? —Cuestionó Micaela con un poco de dificultad.
—Se supone que no —Contestó Madison poniéndose de pie.
—Yo voy a ver quién es —Me levanté haciendo que Madison volviera a su lugar.
Caminé hacia la puerta de la casa esperando que fuera ella, maldita sea, necesitaba que fuera ella.Buena noches!
Ojalá les haya gustado este capítulo 👯
Gracias por esperar tanto; no se les olvide votar y comentar lo que les parece la historia.xo~XiadaniEstrada
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Quiéreme otra vez.
FanfictionSegunda parte de la bilogía Quiéreme. Después de aquél día la vida de Daniela Calle sufrió una serie de complicaciones, estaba rota y bastante dolida; sus decisiones la estaban llevando a lado de la persona que había desatado todo. Ella, María José...