Quiéreme otra vez.

Asesina.

~Poché~

Todo aquello había volado mi cabeza, realmente no creía todo lo que estaba sucediendo y no quería que las cosas llegarán al límite.

El hecho de que Becca entrara a discutir y provocar a Madison me preocupaba, de cierto modo conocía a la última y sabía lo sensible que podía llegar a ser y la manera en que podía transmitir eso.

Cuando vi que tomó el arma que minutos atrás había dejado sobre la encimera mi preocupación aumentó, llamé a Calle para que estuviera a mi lado, pero Madison se dio cuenta de eso.

—Quédate ahí —Habló frenando mis intenciones ya que el arma la punto directamente en su contra y su mirada permanecía fija en ella.

Por un momento la mirada de Calle se posó en mí y un miedo indescriptible inundó mi ser. No quería que le sucediera nada.

—Madison, por favor —Hablé intentando tranquilizar a la chica que portaba la pistola.

—¡Cállate! —Habló al instante en un volumen más alto.

Intercambiamos miradas en segundos y volvió a sujetar el arma con fuerza sin dejar de apuntar a Calle.

—¿Qué esperas para hacerlo? —Preguntó Becca, —Anda nenita, —La siguió presionando.

—Tú también cállate —Madison comenzó a temblar y realmente nunca la había visto de esa forma.

¡Maldita sea!, Si tan solo me hubiera dado tiempo de pensar antes de hacer las cosas en el pasado no estaría sucediendo esto y la mujer de mi vida estaría a salvo.

—A ver si por fin tu familia se siente orgullosa de ti —La voz de Becca una vez más se escuchaba, —De que seas una asesina.

—¡Silencio! —Exclamo tirando del gatillo.

El ruido que eso provocó me aturdido haciéndome sentir tan pequeña, cerré los ojos, pero inmediatamente los volví a abrir, Eso no estaba pasando.

Cuando vi que el disparo fue desviado, haciéndolo pasar a un costado de Calle, perforando una de las paredes de madera de aquella cabaña corrí hacia ella y sosteniéndola entre mis brazos caímos al tiempo, seguido a eso un disparo más se escuchó.

Volví a cerrar los ojos e hice más fuerte el abrazo en el que tenía a Calle. Mis lágrimas comenzaron a brotar y esa sensación horrible seguía propagándose en mi interior.

No estaba preparada de abrir los ojos. No quería, no.

Un golpe contra el suelo muy cerca de mí me hizo reaccionar, el arma que dos segundos atrás tenía Madison llegaba a mi lado, lo que vi a continuación fue a la rubia sentarse frente a mi mientras las lágrimas también formaban parte de su rostro, había comenzado a llorar desconsoladamente.

Di un vistazo a Calle, examinándola rápidamente, necesitaba cerciorarme de que estaba bien y así era. Volví la vista a la chica que tenía frente a mi decidiendo ahora observar más allá.

El impacto que provocó ver el cuerpo de Becca tirado en el fondo de aquella vivienda me dio escalofríos.

—Mi mamá mató a mi hermana cuando tenía cuatro años —Habló Madison con un hilo de voz, —Le disparó, —La manera en la que lloraba hizo que el miedo no dejará de estar presente, —Siempre me echaba en cara que no quisiéramos hacerlo y mírame, ahora soy como ella, —Hizo una pausa más, —Ya tendría que estar orgullosa.

—¿Qué sucede? —Una voz proveniente del exterior de la cabaña se escuchó, al abrirse la puerta entró Andrea, quién venía armada seguida por Laurel.