Formalizar.

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~Poché~

El dolor que sentía en la cabeza había hecho que me removiera sobre la cama, me resistí un poco pero cuando abrí los ojos noté que ya era de día.
Me encontraba acostada completamente desnuda, apenas tapada por una sábana.

La suite que había pedido junto con Madison era demasiado linda, la parte de la habitación contaba con un ventanal que dibujaba la ciudad, las paredes tenían un ligero tono de beige con algunas decoraciones modernas, y un gran televisor frente a la cama el cual reposaba sobre la estructura que colindaba con la zona de la sala.

Me senté sobre la cama cubriendo mi cuerpo por encima de mi pecho intentando recordar sobre lo sucedido anoche, en ese momento la imagen de Calle rondo por mi cabeza.

—Muchas gracias, cualquier cosa llamamos al servicio —La voz de Madison me llevó a la realidad.

Puse atención en cómo recorría la puerta para después aparecer frente a mi con una camisa de cuadros azul marino demasiado holgada que cubría hasta la mitad de sus piernas y estaba abotonada por debajo de sus pechos los cuales medianamente se dejaban ver.

—¡Has despertado!—Celebró sentándose frente a mi dejando un beso sobre mis labios, —¿Cómo dormiste preciosa?

—Me duele la cabeza—Expresé volviendo a acostarme quedando boca a bajo.

Intentaba recordar lo que había sucedido con Madison la noche anterior aunque claramente las condiciones en las que nos encontrábamos eran evidentes.

—¿Quieres—Habló la rubia dando un beso sobre mi espalda,—que te ayude—Besó ahora uno de mis hombros—a quitar ese dolor?—Y luego el otro finalizando muy cerca de mi nuca.

Cerré los ojos tras sentir su contacto en dirección a mi cuello sintiendo por fin sus labios nuevamente en mi boca del lado en el que había decidido reposar mi cabeza.

Correspondí a su beso con la misma intensidad que ella girándome ligeramente mientras sentía como la sabana que cubría mi cuerpo estaba siendo removida por ella.

Llevé mis manos de inmediato a los botones de la camisa que traía y los desabroché uno a uno sin dejar de besarla.

Posé mis manos sobre su cintura mientras dirigía mi mirada a su cuerpo el que ahora se encontraba sobre mi.

Recorrí con una de mis manos su abdomen hasta llegar a sus pechos los cuales eran pequeños pero firmes y estaban perfectamente formados, los observé por algunos segundos hasta que me di cuenta que ella miraba lo que hacía.

Sonrió con malicia acomodando una de sus piernas en medio de las mías mientras me dejaba pequeños besos por toda la cara.

Volví a cerrar los ojos mientras atraía su cuerpo contra el mío provocando que la fuerza en sus brazos con la que se sostenía se debilitará haciéndola caer sobre mi pudiendo así sentir en su totalidad.

Me aproximé a ella para besarla pero no me dejó hacerlo ya que se adelantó a morder mi mandíbula siguiendo su acción hasta mis clavículas en las cuales descanso para dejarme una marca.

—Como te gusta hacer eso—Formulé concentrándome en la sensación de sus labios sobre mi cuello.

—Pero me gusta más hacer esto—Susurró a mi oído mientras sentía como con una de sus manos recorría mi abdomen hasta aproximarse a mi centro.

Cuando sentí sus dedos rondar por mi entrepierna su teléfono comenzó a sonar haciendo que me desconcentrara por completo.

—No es en serio—Suspiré descansando mis brazos sobre la cama.

—Solo olvídalo—Pidió besándome.

—Tú olvídalo—Dije buscando la sabana que había quedado a un costado de mi.

—Poché.

—Atiende a la llamada—Sugerí poniéndome de pie mientras ella se incorporaba para mirar el celular.
Me dirigí hasta el baño en el cuál me dí una ducha rápida, pensando en lo que volvería a ocurrir con Madison.

¡No Poché!, Me reprendí mentalmente, no podía seguir con eso.

Al salir me puse un conjunto básico de jeans con una blusa blanca, Madison una vez más no se encontraba en la habitación pero una ligera discusión afuera llamó mi atención.

Me acerqué a la puerta que llevaba a la sala de la suite, y pude verla sentada en uno de los sillones mientras reñía con alguien por teléfono.

—¡Ya te dije que no haré eso Sofía!— Su tono era bastante fuerte, —Escúchame, si aceptó ni modo que se atienda a las consecuencias, Poché está conmigo—Se puso de pie y caminó hacia el comedor,—Creo que la tenemos por completo mañana viajaremos para Los Ángeles, —Con eso claramente hacían referencia a mi, —De acuerdo bonita, mañana nos vemos—Se despidió dejando el celular sobre la mesa.

¿Bonita?, No tenía ni idea de que Madison pudiera tener aún algo con Sofía y claramente no me gustaba esa situación.

—¿Pediste algo para comer?—Salí preguntando de la habitación para llegar a sentarme frente a la rubia.

—De hecho si—Sonrió levantándose por los platillos que estaban sobre el carrito de servicio, —Espero que te guste,—Habló dejando un plato frente a mi al instante en el que se agachó e intento besarme.

Giré ligeramente mi cabeza hacía el lado contrario y su beso cayó sobre mi mejilla, se incorporó desconcentrada y volvió a tomar su lugar.

—¿Quién te llamó?—Pregunté antes de llevarme la pequeña porción de comida a mi boca.

—Controladora he—Se burló bebiendo del jugo que contenía si vaso.

—Tómalo como quieras—Expresé girando los ojos dispuesta a seguir comiendo.

—Era Sofía—Vaya, al menos no había mentido, —Ya hay planner para  la premier—Anunció muy feliz comiendo por fin.

—Que bueno—Me límite a contestar.

—¿Qué tienes?—Preguntó observándome.

—Ayer fue un día raro, ¿No crees?—Le pregunté ahora yo mientras pensaba en Calle y en el qué hacía en el mismo lugar que yo.

—No—Respondió al instante acercándose a mi, —Fue uno de los mejores—Volvió a sonreír mientras sujetaba una de mis manos.

—¿Aún tienes algún tipo de relación con Sofía que no sea laboral?—Solté de momento logrando que tomara distancia, mientras pensaba en qué contestarme.

—¿Estás celosa?—Quiso bromear pero era evidente que se había puesto nerviosa.

—No, simplemente creo que sí piensas mantener una relación abierta no soy la indicada para eso—Dije bastante seria, aunque realmente no me importaba mucho que pudiera querer de su vida; lo que teníamos solo era ocasional y si no me equivocaba no había estado con ella íntimamente más que la noche anterior la cuál no recordaba por lo tanto no contaba.

—No quiero una relación abierta, quiero una relación bien contigo—Volvió a sujetar mi mano,— ¿Qué dices?

Me reí tras escucharla, no estaba segura de que me decía la verdad así que volví a mi comida.

—No me ignores—Habló Madison sujetando mi barbilla en dirección a su cara para que la mirara.

—No te ignoré.

—Hay que formalizar esto—Dijo sin titubeos provocando que volviera a reír.

—No te pases—Alcancé a decir aún entre risas mientras notaba que se había molestado, —No era en serio, ¿O sí?

—¿Por qué jugaría con eso?—Preguntó indignada.

—No lo sé, no creo que sea lo adecuado, ni siquiera tenemos nada como para formalizar algo—Respondí tajante, no necesitaba formalizar nada después de todo lo que había tenido que pasar en los últimos meses.

—Pensé que con lo de anoche ya podríamos tener algo— Intentó decir algo a su favor pero siempre necesitaba parar eso que estaba pensando.

—Estábamos drogadas Madison, no podemos considerar a eso algo—En ese momento hice la silla hacía atrás para poder ponerme de pie.

—¿Lo dices en serio?—Se levantó para quedar a mi altura.

—Madison, ya no se que es en serio—Volví a la habitación para tomar mi celular y las llaves del auto.

Cuando salí la rubia se había sentado para seguir comiendo.

—Hoy volvemos a Los Ángeles así que te preparas, en un rato regreso por ti—Avisé mientras abría la puerta de la suite.

—¿A dónde vas?—Preguntó a la carrera en mi dirección.

Decidí ignorarla cerrando rápidamente emprendiendo el camino hacia las escaleras, no tenía ganas de esperar el ascensor.

Bajé los 16 pisos casi con las piernas destruidas, tenía mucho no hacía ejercicio de ese tipo y bueno, este día tenía demasiados conflictos en la cabeza y tenía que resolver uno de momento, el que más me importaba.

Llegué al auto y me acomodé en el asiento del conductor, las piernas aún no me daban del todo; encendí el auto y conduje por las calles de San Francisco hasta aparcar frente a la casa de los Calle.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora