Vaso.

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~Calle~

—¿Qué se te ofrece? —Preguntó la chica que estaba adentro.

Me quedé pasmada al verla ya que ella no tenía nada que estar haciendo ahí y mucho menos en camiseta y ropa interior.

—¿En donde está Poché? —Entré al departamento aventándola junto con la puerta.

En ese momento estaba enojada, ¿Si estaba tan ocupada para que me escribía con insistencia querer hablar conmigo?; busqué en la sala, el comedor y la cocina sin éxito alguno, hasta que vi la puerta de la habitación entreabierta.

—Esta durmiendo, ya la conoces —Contestó la rubia poniéndose frente a la puerta —Se cansó mucho —Rio cínicamente mientras levantaba ligeramente la camiseta que traía y acariciaba su abdomen, su aspecto no me daba buena espina parecía estar bajo los efectos del alcohol.

—¡Quítate! —Hablé fuerte y segura de querer entrar al cuarto.

No creía realmente lo que estaba diciendo, no después de saber que ella se encontraba enamorada de Poché además de que podría ser una sospechosa de lo sucedido el día de mi boda.

Al ver que no se movía la volví a empujar entrando por fin, miré a la cama y la vi ahí. La sabana dejaba al descubierto sus piernas y su espalda.

—¡POCHÉ! —Grité llena de rabia.

No, no, no. No podían haber estado juntas.

—María José, te estoy hablando —Me acerqué a ella mientras seguía llamándola.

—No te va a hacer caso, está cansada —La voz burlona de Madison se volvió a hacer presente haciéndome voltearla a ver.

Justamente estaba ingiriendo una pastilla, la cual sé pasó con ayuda de un trago de algo que estaba bebiendo.

—¿Poché? —Me giré a la chica que estaba sobre la cama, —Poché —Al ver que no despertaba con mis llamados comencé a preocuparme, —Poché —La llamé una vez más subiéndome a la cama mientras sujetaba su mejilla.

—Esto es tan de novela —Bufó Madison haciendo que me incorporará.

—¿Qué carajos le hiciste? —Me exalté yéndome sobre ella sujetando la camiseta que traía por encima de su pecho.

—¿De verdad quieres que te diga? —Se recargó sobre la pared mientras suspiraba, su mirada ya estaba perdida, esa mujer estaba mal.

—Estoy hablando en serio —La atraje a mi regresándola inmediatamente a la pared haciendo que su espalda golpeara contra ella.

Soltó una risa acercándose de más a mí, haciendo que tomara mi distancia sin dejar de espera su respuesta.

—Esta dormida, ¿Quieres dejar de gritar? —Habló poniendo su dedo índice sobre sus labios, el estado en el que se encontraba me estaba volviendo loca.

—¿Maddie? —Escuché a mis espaldas la voz de Poché.

—Lo ves, idiota —Gruñó en mi contra caminando hacia la cama.

La detuve lo más rápido que pude y lanzándola contra la puerta me adelanté a llegar con Poché.

—¿En dónde está Madison? —Preguntó desconcertada en cuanto intentó enfocar su mirada en mí, su aspecto no lucía bien.

Miré a la rubia quien ya se había dirigido al tocador en dónde bebió un sorbo más de lo que tenía en su vaso.

—¿Estás bien? —Volví a Poché ignorando que, aunque estaba frente a ella había preguntado por Madison.

Quiéreme otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora