Incendios De Nieve // Loki Laufeyson // Fanfic.

El sentimiento de ser traicionado.

Ella.

-Mi niña, llorar no va a resolver nada-Dijo acomodando mis cabellos.

La mujer dorada me veía y parecía limpiar mis lágrimas, seguía ahí desde que me quedé dormida en el cuarto de mi madre, me sentía un objeto el cual estaban preparando para vender, no tenía idea de a quien o de que hablaba mi abuela y mi madre.

-Respira y no pienses mal, a veces las cosas pasan por algo, ¿Y si ellas te están entregando a donde realmente perteneces?- abracé su mano con mis dedos.

-y ¿si sólo están deshaciéndose de mi?- era lo más probable, seguro mi madre estaba en algún problema de juego o una deuda con alguien.

No era pensar mal, era pensar en algo real, mi padre había muerto así, por culpa de drogas, alguien más lo había matado, ahora me venderían a mí por lo mismo o eso suponía. También tenía que descubrir que estaba causando la marca en mi abdomen.

-Nadie Seria capaz de deshacerse de ti mi niña, eres un tesoro y pronto sabrás porque. -Ella sonreía, la angustia parecía alejarse.

-nunca me has dicho quien eres...-dije cambiando de tema.

-Soy, solo alguien que cuida de ti.- sonrió pacífica y beso mi cabeza, era alta, ahora que estaba a mi nivel lo notaba.

-¿Porque? Siempre me hablas con cariño, vienes en mis sueños o en la realidad cuando algo me hace sentir triste, ¿Porque?- ella seguía observando tranquila.

-No lo se, me recuerdas a alguien a quien amo demasiado y que siempre me gustaría proteger y estar ahí para que no cometa errores como los que ha cometido últimamente- dijo como avergonzada.

-Tu hijo... hablas de el y tus ojos se iluminan, asi ve mi abuela a la nada cuando habla de mi madre o de sus hermanas, incluso a veces de mi- ella sonrió.

-Cierto, estás en lo correcto- frotó sus manos, con incomodidad.

-¿Ocurre algo?- la vi asentir.

-Tanto en tu mundo como en el mío, mi tiempo ya está contado, y he visto mi partida...

-Nonono, ángel, porfavor no desaparezcas, si has visto tu muerte ¿Porque no cambiar los planes?.-sabia que no era este el momento de su muerte pero me angustiaba que ella pereciera.

-La muerte funciona diferente para mi, y aunque no fuera así, nunca le temas, aunque veas su cercanía, así que no te preocupes- ella sonrió, no había miedo alguno en sus ojos.

-Niña, antes de irme por hoy, quiero que me hagas un favor

-El que sea, tal vez solo seas un sueño, o aún no llegó a entender bien, pero desde que tengo memoria, tú has venido en mi ayuda cuando yo te necesito

-Cuando yo muera, cuando ya no este, quiero que le recuerdes que dentro de tanto rencor aún está ese niño, recuerdale que lo amo y no lo dejes solo, cuídalo como yo vine a tu cuidado aunque a veces no pudiese abrazarte.