Se removió en la cama, las mantas estaban cálidas y olían a su propio shampoo, bastante peculiar, un ronroneo le hizo abrir los ojos, vio los amarillos ojos de Nueve, la alegría le inundó.
—eh tenido un sueño mas loco Nuevo—a diferencia de otras veces la gata no le habia bufado, incluso escondió su cabeza en la mano de ella lo cual le pareció un poco peculiar.
—he soñado que estaba en otro mundo, que creo que se llama Asgard, estaba muy salido, más salido que los otros, incluso conocí a alguien— la voz de Astra sonaba adormilada aún, pero le contaba cada detalle como si la gata fuese a contestar.
—en el sueño mi madre y la abuela me vendían— se talló un ojo y estiró los brazos hasta Nueve y la abrazo.
—tambien he conocido a un príncipe Nueve, aunque todo lo que tenía de encantador también me hacía estremecer, tenía el cabello negro y los ojos verdes más fríos que he visto en la vida — Algo se movió a su espalda.
Con suerte sería Igor que se escondia en las cobijas y se hacía el disimulado. Para que ella no lo bajara.
—Preciosa es muy temprano para entablar una conversación con el gato— la voz de Loki hizo que toda aquella realidad que creía cierta, tendiendo la esperanza de que aquello fuese un sueño la hizo darse cuenta que lo que era un sueño era esto.
O más bien una pesadilla, se giró a para encontrarse a aquel hombre que le había comprado, estaba sonriendo, con el cabello desordenado y los ojos cerrados, no estaba dormido eso era obvio, el se acercó en la cama, no llevaba la camisa del pijama, su torso estaba expuesto, pálido, eran casi igual de pálidos, a excepción de que el carecía del sonrosado, que ella a veces tenia, titubeó, ¿Que estaba pasando? ¿porque estaba soñando eso? El estiró sus brazos y la rodeó, el tacto frío de el le pareció electrizar no de forma horrible, si no sensibilizando cada centímetro de piel en su cintura donde los brazos de el le rodearon, la mano de el se postró sobre su mejilla, quijada y la punta de sus dedos alcanzo a mezclarse en su cabello, las manos de el no sólo parecían grandes, lo eran, o eran de un tamaño proporcional a el, a pesar de que el tacto era gentil el corazón le palpitaba con la promesa de salir violentamente de su pecho, tenía miedo, mucho más miedo del que había tenido antes, los ojos imponentes del príncipe la miraban casi comiéndosela con la vista, bajo su mirada, agradecía tener por lo menos ropa interior, pero aún así estaba expuesta.
—porque esa cara, ¿tenías pesadillas?— se veía dulce, era de lo peor, como estando dormida su cabeza podía crear una versión dulce de el, como podía enrollarse con alguien que le había comprado soñando que era bueno.
—estaba en una de lo peor— dijo viendo a un punto muerto, el la había acercado a si, ahora sus torsos casi se rosaban, el había bajado su mano acariciando con uno de sus dedos su hombro, podía sentir su respiración mezclarse con la suya.
—¿Hago que el miedo desaparezca?—el dijo y volvió a verle, el tomo la mano de ella y la puso sobre su mejilla, ella estaba tibia, el entrecerró los ojos al sentir el tacto de la mano de ella.
—¿con magia?— una especie de risa leve de el le llenó los oídos.
—algo similar— el con un dedo en el mentón de ella acercó sus labios, la respiración de ella se agitó, los labios de el la atraparon, el pánico la invadió, el límite del espacio vital se había alejado.
Y a pesar de estar en shock sus labios le seguían el ritmo, la mezcla del aroma de el estaba llenando sus fozas nasales al grado que sentía que iba a vomitar, pero no podía detenerse, el sueño ya no reaccionaba a lo que ella quería detener, por fin después de una especie de parálisis en la que sólo su subconsciente el cual parecía querer seguir besando al príncipe, aquel subconsciente que había creado este desagradable sueño dejo de mandar y ella logro mover su mano a placer dándole una cachetada que resonó en toda la habitación.
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Incendios De Nieve // Loki Laufeyson // Fanfic.
FanfictionY un día el universo cambio para ambos, y encontrarse fue más que necesario. No se sabía si había sido destino o solo coincidencia, pero de un momento a otro ella era más de el, de lo que podía explicar y el se negaba rotundamente a la idea de rebaj...