Dolor convergente.

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La unión de aquellos dos era de tal fuerza cósmica que al alinearse los mundos se podían sentir al lado del otro a pesar de los millones de kilómetros de distancia, mezclándose no solo el mundo de ambos, si no el universo de sentimientos que eran. 

Volviendo al dolor convergente.  

Esa mañana, porque sabía que era mañana, debido a que podía ver por los ventanales enormes del palacio el día levantarse en mañana, no estaba dentro del calabozo, la luz clara le fastidiaba en el rostro, y sentía demasiado caliente el tacto de su propia ropa y accesorios de tela más gruesa, después de estar usando ropa sencilla anteriormente mientras se encontraba prisionero, por alguna razón Odín le llamaba hoy, y tal cual como había llegado de la tierra y había sido lanzado a su habitación hace algunos meses era obligado a vestir de la misma forma, ahora lo llevaban encadenado frente al monarca de Asgard, era cierto, que después de mandar lejos a Astra la sentencia real de él y solo para el había sido pospuesta, porque conociendo a Odín un el primer castigo no sería suficiente, pero en estas dos semanas no habían dictaminado de forma correcta su castigo y en esas dos semanas ya había intentado manipular a dos guardias para salir de ahí pero había resultado en dos fracasos y uno de ellos le había costado de primera mano que se llevarán el relicario de los recuerdos de Astra, y quizás también le costaría en este momento algo peor, el hombre que iba llevando sus cadenas tiro de ellas apresurándolo.

¿Que se creía? Preso o no seguía siendo un príncipe, preso o no le debía respeto como su futuro monarca.

– ¿Y cómo está llevando su perdida?–Se burló el guardia, ¿no era el hombre que había intentado llevarse a Astra la primera vez aquí o sí?

No respondió nada, se limitó a caminar sin perder la confianza, hasta que estuvo frente a Odín, este iba a comenzar su charla, y trato de esbozar la mejor sonrisa que pudo, como si en lugar de que el viejo rey pudiese proclamar su éxito al lograr derrotarlo, fuera el quien se burlara de todos, como si en aquella sonrisa negara que por dentro se estuviera desbaratando a falta de alguien.

Observo todo con la mirada en alto después de ver a Odín y se encontró con la mirada de su madre, Frigga, la reina, demasiado próxima a él, una opción seria tomarla cual rehén y forzar a Odín a liberarlo, pero no sería capaz de hacer eso con la mujer que más bondad hacia el emanaba.

–Loki– sin embargo, en este momento no había señal de bondad en ese rostro, más bien estaba demasiado seria, mirándole, habían dejado de visitarle solo algunos días después de que estuvo encerrado dentro, quizás ya se había enterado que había matado a alguien en la celda, si uno de los chantajes a los guardias termino demasiado mal.

–Hola madre– Por fin le dirigió el la palabra con una sonrisa impecable, quizás encerrarlo solo empeoraba las cosas, la sociopatía de Loki alejado de cualquier alma humana o asgardiana solo hacía que esta se volviera aún más grande, o eso pensaba Frigga, no quería que lo encerraran de nuevo, pero ya eran muchas personas, ya eran demasiadas cosas.

– ¿Estas orgullosa de mi?– Se estaba burlando de su propia desgracia, tanto daño le había hecho estar al margen de cualquier contacto, si estaba preocupada, pero sentía que había malcriado al muchacho.

–Por favor no empeores las cosas– Pidió Frigga esperando que su muchacho no fuese a hablar de forma irrespetuosa con Odín, que en efecto estaba muy molesto.

–Define empeorar– Hablo el mordaz y burlesco, estaba enojado con todo mundo y con ella igual, no había hecho nada realmente por sacarlo de nuevo, se había olvidado de el en esa celda solo días después, no había hecho nada realmente por ayudar a que no mandaran lejos a Astra.

Incendios De Nieve   // Loki Laufeyson // Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora