Midgardiana en 800,000 unidades.

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La cabeza me dolía, sinceramente quería quedarme quieta y no moverme en mucho tiempo, o por lo menos hasta que la sensación de estar muy alto me pasara.

Daven jalo la cadena de mis muñecas, ibamos directo a un enorme puente en medio de nada, estrellas, podía ver millones de ellas pero estoy vez la contaminación lumínica no me impedía verlas, incluso se veían más grandes y cercanas, al caminar cerca me frené, no tenía miedo a las alturas, sin embargo ver el vacío, me asustaba sin duda, Egil por su parte parecía perdido en lo que pensaba.

-Camina, o haré que lo hagas a la fuerza- Egil había hablado, y Daven solo tiro la cadena.

Comencé a caminar, el suelo era frío, lo sentía a través de mis calcetines, Daven cargaba en sus manos mis patines, creí que se habían quedado sobre el edificio cuando me los había sacado para descansar.

Ellos caminaban como si conocieran perfectamente el lugar,imaginaba que ellos dos habian pasado por ahi miles de veces, habíamos pasado a un hombre de armadura y tés morena, de ojos casi tan dorados como su armadura, observaba meticulosamente como avanzábamos hasta que de nuevo se giró y volvió a la esfera a la que habíamos arribado, el puente inmenso parecía no acabarse.

-¿A donde vamos?- Mi voz parecía irritarle a Egil.

-Eh, por hoy a nuestra casa, y bueno tú tienes que venir con nosotros, la subasta es hasta mañana, y obviamente no podemos dejarte aquí-Daven contesto.

-¿Eres hermano de mi padre?-El miró a lo lejos y después volvió a verme y asintió, parecía incómodo.

-¿Como era el?- Daven arrugó el entrecejo.

-¿No lo recuerdas?-Egil se frenó.

-No, no lo recuerda, así que deja de hostigar y caminen los dos- Egil movió la mano de forma extraña y abrió una enorme rueda.

Daven me obligó a cruzarla y al hacerlo estábamos en otro lugar, frente a una pequeña cabaña de color rojo, era preciosa, un poco rústica y olía a madera en exceso, ellos empezaron a moverse por todos lados y yo me dispuse a quedarme en una esquina mientras ellos se movían de un lado a otro. Recogiendo cosas y acomodando sus pertenencias, despues ambos entraron cada uno en una habitación, seguido de varios minutos observando los detalles de la casa pude notar que ninguno de ellos eran adinerados, la cabaña era preciosa si pero se notaba que le faltaba mantenimiento y que era vieja, Egil y Daven salieron de nuevo por la puerta de las habitaciones, tenían otra ropa, ya no la vestimenta de antes, habían dejado atrás los trajes elegantes, ahora usaban algo que se seguía viendo extraño a mi parecer, el pantalón marrón de ambos era muy parecido y la camiseta tenía el aspecto de ser manta pintada, Daven vestía en matices marrones mientras Egil seguía vistiendo demasiado fúnebre en negro y gris. Su ropa era bastante peculiar, me recordaba a vikingos.

Mi estómago sonó, tenía alrededor de dos días sin comer bien, pero no mencioné nada, aún así quería marcharme, pero seguía atada y de repente Egil se acercó. Sujeto mis mejillas e inspeccionó cada parte de mi rostro, mis dientes, mis ojos, después parecía estrujar mis pómulos, arrugue el entrecejo, moví el rostro, era molesto e incómodo.

-¿Podrías dejar de tocar mi rostro?- Sus ojos parecían divertidos hasta que lo interrumpí.

- No, ahora eres de mi propiedad y tengo que revisar que estés en buen estado- El quitó sus manos de mi rostro al terminar.

-¿Porque es tan importante?- miré a Daven, Egil parecía no querer dirigirme la palabra del todo.

-porque si tienes algún defecto serás de menor valor- Daven contesto, estaba recostado en lo que parecía un sofá lanzando un cilindro, parecía un juguete.

Incendios De Nieve   // Loki Laufeyson // Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora