14a hoja

1.9K 202 66
                                    

«No dejamos las horas pasar durante mucho tiempo, pues al día siguiente partimos hacia Konoha.

Despedirse de Uria y Ryuto fue tan difícil como la última vez. Las palabras de la abuela se clavaron en mi memoria: "Nuestro alrededor siempre será más importante para nosotros que nuestro interior, pero a veces es necesario que nos escuchemos."

No sabía a qué se refería exactamente, pero por la mirada que lanzó a mi compañero, interpreté que se trataba de él.

Precisamente, justo después de lo ocurrido en el río, ninguno volvimos a referirnos a ello. Quedó apartado entre el deber de volver y comprobar que todo seguía en orden.

Aunque había algo de lo que no hacía falta aclarar.

Me gustaba Uchiha Shisui.

El silencio reinaba entre ellos pero no de una manera incómoda. Los dos lanzaban suaves miradas al otro disimuladamente, les daba reparo ser el primero en acercarse.

Al cruzar la entrada de Konoha, acudieron a la oficina del Hokage dispuestos a notificar de su misión.

—Hokage-sama.

—Vaya, Shisui, Lea. ¿Cumplísteis lo que se os encargó? —inquirió echándoles un vistazo.

—Así es. La frontera quedó despejada.

—Estupendo. Podéis retiraos.

Los pelinegros salieron de la oficina y seguidamente del edificio.

—Tuviste buena idea en despojarte de los vendajes. —habló en chico. —Si no el Tercero habría preguntado dónde te atendieron..

—Sí.. Jamás me perdonaría que Hiruzen se enterase de la aldea.

—¿Te duele?

—Apenas, la abuela Uria sabe lo que hace. —Lea volvió a restarle importancia y Shisui esta vez no lo dejó pasar.

—Lea. —tomó la mano de la chica y la atrajo hacia sí, utilizando un tono de reproche. —No volverás a hacerme creer que estás perfectamente para luego encontrarte en el hospital. Vamos para allá.

—Está bien, Shisui...

Cada vez que pronunciaba su nombre sentía un calor en mis mejillas. Ahora entendía a Asuma con Kurenai.

Dejabas de ser responsable de tus acciones. Aunque quizás era aún pronto para hablar de amor.

Su mano apretaba la mía y de cierta manera me reconfortaba y hacía sentir feliz. Se suponía que deberíamos ocultarnos ante los ojos de la aldea de la Hoja, pero en aquel momento su toque me parecía más que suficiente.»

Los observó desde la ventana del edificio Hokage. Incrédulo de la hija de Hiruzen, cómo fue capaz. A él, el lazo con Uchiha le parecía una aberración, era destinarse al dolor y al sufrimiento.

No podían decirle lo contrario. Con sus ojos comprobó que la relación entre Shisui y Lea había evolucionado. Y se arrepintió de no haber impedido que ambos fueran recomendados para las misiones juntos. La unión había hecho el roce.

—Hiruzen, tenemos que hablar. —su expresión se mantuvo seria desde el inicio de los hechos.

—Danzō ahora estoy algo ocupado con el papeleo. Tal vez si espera-

—Tu hija, Lea, está siendo víctima de los engaños de los Uchiha.

—¿De qué hablas? —el sujeto consiguió toda su atención.

—Los he visto juntos, se atraen. Shisui poco a poco la llevará hacia su lado y Lea se volverá en contra nuestra. —la excusa era perfecta para encajar la relación de ellos con sus planes. —¿Quién sabe si Lea estuvo actuando diferente por él? Es una mala influencia.

—Si Lea estuviese enamorada de Shisui me lo diría, soy su padre.

—¿Desde cuando los jóvenes cuentan sus secretos a sus padres, Hiruzen? ¿Acaso tú lo hacías?

—No.. —realmente lo que intentaba era buscar excusas para no aceptarlo. En su mente estaban los avisos de Lea de que estaba siendo manipulado por Danzō, y hacía todo lo posible por no creer sus palabras. —Pero sé que ella me lo diría. Además, Shisui no es mal chico y es imparcial.

—Eso es lo que quiere hacerte ver.

—¿Qué insinúas Danzō?

—Ambos sabemos cómo son los de su clan. Somos conscientes de que están tramando un golpe de estado contra Konoha, ¿y te planteas que exista algún Uchiha que "sea imparcial"? —no se percataron de que la conversación se convirtió en una discusión. —En la guerra todo vale. Y esta podría ser una táctica del enemigo para debilitarnos; para debilitarte. Tus hijos siempre serán tu punto débil.

—Estás realizando acusaciones mayores, Danzō. Las cosas están tensas en la aldea, pero si perdemos la esperanza de que haya personas que se mantengan al margen..¿qué será de nosotros?

—Nos destruirán. —sus palabras eran firmes. Como si las hubiera ensayado previamente. —Cuando cientos de shinobis y policías Uchiha se vuelvan contra ti y te ataquen a ti y a tu familia, reflexionarás. Y más cuando veas a tu hija, Lea, en las filas de shinobis enemigos junto a ese shinobi del Shunshin no jutsu.

—Ya he expresado mi opinión y no pienso repetirla. —el Tercero se puso de pie, infundiendo respeto. —Hasta que Lea no me confiese personalmente que ella y el Uchiha son algo, no te creeré. Espero que no volvamos a tener esta conversación. Empiezo a cansarme de tus constantes acusaciones de gravedad sin pruebas. Y sin pruebas, valen nada y sirven para nada.

Hiruzen comenzaba a agotarle la actitud de su amigo de la infancia.

Sin evidencias claras, toda acusación era inválida. Y si carecía de credibilidad, esparcirla o comunicarla sería el fin de su oficio como Hokage.

Lo que nunca te dije ↠ u.shisuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora