—Creo que va siendo demasiada palabrería.
Sin más, dio comienzo a la batalla. Con sus manos en la espalda realizó sellos para fortalecer su ataque.
Le tomó varios segundos, mientras Danzō parloteaba, en planear una estrategia. Ahora sólo debía ceñirse a ella lo máximo que pudiese, puesto que no conocía para nada las habilidades de este y sería muy complicado que ocurriese tal y como Lea imaginó en su mente.
Su ímpetu por demostrarle que estaba equivocado era más fuerte que cualquier otro miedo ante su destino tras aquel enfrentamiento, ni siquiera había parado a reparar en eso.
Por ello, en cuanto tuvo la oportunidad, lanzó un ciclón de viento hacia él como primer ataque. Sirvió como distracción para su continuación, pateó el suelo y varios trozos del terreno se elevaron, quedando flotando a su merced. No dudó en impulsarlos hacia el anciano.
—¿Sólo eso sabes hacer? —escuchó proveniente de otro lado y quedó confusa, pensó que había acertado.
Danzō no tenía pensado atacar todavía, se tomaría su tiempo para analizar los ataques y el estilo de lucha de la Sarutobi. Tenía asegurada la protección y seguridad gracias a su 'habilidad' secreta.
La muchacha, confundida por su error; que no llegó a ser uno puesto que se trataba de alguien quién poseía ases bajo la manga, ya volvía a su siguiente movimiento.
Formó su famosa maza, pero esta vez, multiplicada por cuatro. Todas contenían un propósito, golpear el terreno y levantar polvo, y de paso desestabilizar a Danzō.
Este claramente veía que sus elementos afines eran el viento y la tierra, lo que la hacía rápida y potente. Ese fue el motivo por el cuál debió esquivar a gran velocidad su ataque y usar algo de fuerza física para retener a las mazas. La mata de polvo acudió en contra suya, dificultándole la visión.
Cosa que no es que no fuera capaz de deshacerse en unos míseros segundos.
En los dichos, él se había librado y preparado para lo que venía a continuación.
Lea se preguntaba el por qué no le respondía, aunque con el ataque de polvo comprobó que trataba de estudiarla y después atacar sus puntos débiles. Propio de un cobarde como Danzō pensó.
Reiteró su ciclón, esta vez utilizando más chakra para generar más potencia en el giro, y lo obligó a detenerlo o si no sería herido.
La energía era tanta que le fue imposible y cayó al suelo. Finalmente Lea consiguió tocarlo.
Eso marcó el antes y el después en la batalla entre ambos. Dando inicio a su contraataque, él viajó hacia la espalda de la Sarutobi en busca de un combate cuerpo a cuerpo.
Ella reaccionó a tiempo a su patada y la paró con sus brazos en forma de cruz. Seguido, arremetió contra él y este ahora hizo lo que Lea anteriormente. Se batieron en una lucha llena de esquivas y golpes; sin embargo, no llegaron a hacerse daño.
No fue hasta que se separaron y Danzō lanzó una de sus técnicas de fuego que Lea tuvo que apañárselas para esquivar y devolvérsela. El poco chakra que había recuperado en la batalla de taijutsu se fue en su contraataque a su bola de fuego. Ese mismo le golpeó, haciendo caer su vendaje de la cabeza y revelando un sharingan.
—¿¡Pero qué.. —decir que estaba perdida era poco, si tenía un sharingan no sabía que esperar de ese hombre.
—Oh, pequeña Lea. Aún no sabes nada. —sonrió con malicia, a sabiendas de sus trucos.
—¿¡Cómo lo conseguiste!? —realmente esperaba que no se lo hubiera quitado a algún Uchiha.
—Eso ahora es un dato sin importancia, Lea-san.
Una oleada de kunais viajaron hacia ella a gran velocidad. Estuvo tan desconcertada por el descubrimiento que sólo le quedó una opción para librarse de lo que le venía. Su habilidad secreta. Hasta ahora no la había utilizado con nadie, sólo en los entrenamientos y de manera sutil. Pues esta llegaba a ser muy agresiva y destrozaba y arrasaba todo por donde pasaba. Y precisamente Danzō le daba igual.
Conocía de sus capacidades y límites, al igual que era consciente que solo podría realizar tres o cuatro ataques con semejante cantidad de chakra.
Se refugió en los signos de manos y en las palabras.
—¡Gran tormenta afilada!
Tal y como su nombre indicaba, creó un gran tornado. Este era diferente a los otros, dentro de él se hallaban cuchillas formadas de agua de las nubes condensada junto con arena del suelo. Dichas armas filosas se fundían con el aire, creando la ilusión de cuchillas invisibles acompañadas de halos de ráfagas de viento.
Vio como su ataque no impactó en Danzō, que se las ingenió para salir ileso. Tomó la decisión de ampliar su campo de disparo, aunque requería de un chakra que le comenzaría a escasear mientras trataba de apuntar al anciano.
Aumentó su esfuerzo, exprimiéndose al máximo, y consiguió ver certeramente cómo Danzō era cortado con sus cuchillas.
Apoyó sus rodillas y ambas manos en el suelo, a causa del sobreesfuerzo. Elevó la mirada hacia el enemigo y quiso llevarse las manos a la cabeza al sentir una presencia tras suya.
—No puede ser... Estoy cien por cien segura que te di, vi como te despedazabas. —expresó la incoherencia del momento.
Por el rabillo del ojo observó como el ojo de su sharingan se cerraba.
—Creo que no has oído hablar sobre el Izanagi, ¿me equivoco?
Lea intentó girarse y ponerse de pie, pero fue detenida por el dolor de kunais siendo incrustados en su espalda sin piedad.
—Izanagi es capaz de rehacer el presente, hacer que algo que ocurra no haya realmente ocurrido. Es uno de los mayores genjutsus que existen y una de las pocas cosas buenas que los Uchiha han aportado a los shinobi.
—S-semejante t-técnica espacio temporal d-debe estar prohibida. —habló la chica expulsando por su boca su líquido rojo como consecuencia.
Un golpe en su nuca y cabeza la llevó de cabeza al suelo, sin fuerzas para anteponerse.
—Podría matarte ahora mismo, pero Hiruzen y tu querido Uchiha sospecharían de mí después de todo lo que les has contado. Así que será mejor si mantienes este encuentro en secreto y finges que jamás nos enfrentamos. A no ser que quieras ver a todo un clan masacrado, ¿verdad?
—N-no. —levantó a duras penas su cabeza y le escupió en rechazo.
Danzō rió, antes de golpear por última vez la cabeza de la castaña. Quién al recibir el impacto del duro suelo quedó inconsciente.
(...)
"Lea, Lea... ¡Lea!"
Una angustiada voz acompañaba a unos zamarreos de su cuerpo para tratar de despertarla.
—¿A-Asuma? —balbuceó.
—Oh, ¡por la Luna! ¿Qué te ha pasado, Lea? —exclamó muy preocupado al ver a su hermana demacrada y tirada en mitad de las afueras de Konoha.
No podía decirle.
No si quería proteger a los Uchiha y a todos de Danzō.
—U-unos shinobi extranjeros me atacaron. N-no eran c-corrientes, apenas recuerdo nada... —no se le hizo difícil crear el teatro, verdaderamente luchaba contra el dolor que se esparcía por su cuerpo.
El cual se sentía cada vez más adormecido y agotado para mantenerla con uso de razón.
—Necesitas ayuda médica.
_____________________
Bueeeeeno, así termina el Lea vs. Danzō. ¿Qué opináis?
Antes de escribir el capítulo me hice un guión para saber cómo tenía que desarrollarlo, y déjenme decirles que estuve a punto de saltármelo y matar a Danzō...
En fin, espero que os esté gustando y nos vemos en la próxima actualización!!!👋🏻👋🏻
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Lo que nunca te dije ↠ u.shisui
FanfictionEn su intento por controlar esas lágrimas rebeldes, fracasó. Al igual que hizo con él. Ya era demasiado tarde. ***Todos los personajes excepto la protagonista, pertenecen al creador de la serie Naruto.***