19a hoja

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—Respira Lea, respira.

Estaba a punto de volver a las andadas, de tratar de hacer entrar en razón a Hiruzen. Tenía todas sus esperanzas puestas es sus palabras, en que esta vez reconocería de sus errores y volvieran a tener la relación padre e hija que solían tener antes de todo lo ocurrido con Danzō.

—Ah, hola Lea. Precisamente te buscaba, yo-

—Papá, necesitamos hablar. —instantáneamente, el aura de la habitación se tensó.

Asuma, que pasaba por ahí, huyó a sabiendas de cómo terminaría todo aquello. En una nueva pelea por culpa de la testarudez de su padre y hermana menor.

—Sé que ya lo he intentado contigo, pero no me daré por vencida fácilmente. —comenzó a decir observándolo fijamente. —No sé cómo dirigirme hacia a ti, si como padre o como Hokage.

Mientras hablaba, sus manos no dejaban de rodar por su rostro y cabello. Estaba estresada. Con las manos dificultosas, sacó un papel de su bolsillo del uniforme; la última amenaza que había recibido esa mañana.

—Llevo tiempo aguantando, pensando que si espero, con el tiempo parará. Pero doy por hecho que no será así. Conozco de quién son, lo hago perfectamente. ¿Y después de esto piensas que Danzō es inocente?

Hiruzen tomó la pequeña nota de manos de su hija para echarle un vistazo.

"Las sombras reinarán sobre lo que consideras vida. Pronto, todo lo que te rodea no significará nada."

—Esto que pretendes es una acusación muy grave, Lea. ¡No puedes estar segura de que el culpable sea Danzō!

—¿¡Es que no ves la relación!? ¡Esto es una consecuencia, una represalia por saber de los asuntos más sucios de Konoha! ¡Danzō quiere deshacerse de aquellos que saben de sus juegos! N-no-

—Lea, tranquila. —le sorprendió la calma con la que la embaucó. —Eres víctima del estrés, hija. Ahora que me lo has contado podremos ponerle fin a eso de las aamenazas.

Se dijo que no se daría por vencida, pero era imposible. Maldito Danzō, ¿acaso no entendía que de él dependían todos los males de la aldea? Quizás exageraba, pero realmente lo odiaba.

Ni siquiera se inmutó cuando vio a su padre salir de casa.

Regresó a su habitación, donde se recostó en la cama y hundió la cabeza contra la almohada. Allí, soltó un pequeño grito de impotencia.

Su hermano, aún en la casa, lo oyó y acudió donde ella.

—¿Lea?

—Asuma. —respondió deshaciendo su postura.

—¿Qué ha pasado? Te oí con papá y luego gritar..

Tal vez el Sarutobi mayor la entendería. Después de todo, no perdía nada en intentarlo. Como mucho la tacharía de loca y paranoica, justo como sabía que hacía su padre.

—Traté de hablar con papá. Hermano, ¿tú crees en mí?

—Claro que sí. —asintió.

—Llevo tiempo recibiendo notas amenazadoras. —le entregó la más reciente. —No creo poder seguir con esto Asuma, no cuando soy consciente del que está detrás de todo esto.

—¿Te refieres a Danzō? —contestó sorprendido. Ella le dio la razón.

—¿Quién más si no? Él siente un profundo odio hacia los Uchiha, y desde que me involucré con ellos, no ha dejado de tenerme en su punto de mira. —todos los hilos parecían conectar. —Cada vez que iba descubriendo más y más sobre sus planes e intenciones, más quiso deshacerse de mí.

Lo que nunca te dije ↠ u.shisuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora