Al fin te encontré, Granger

Capítulo 8

"Al fin te encontré, Granger"

S. M Guzmán

Hermione inicio el día con el firme pensado de conseguir trabajo había rechazado cualquier intento de comunicación de Bustamante, desde que la amenazo si no regresaba al bar. Por sus compañeros supo de la visita de Malfoy, al sitio que termino en una severa discusión con el encargado puesto que Bustamante, se escondió del joven magnate como la vil rata que era; Y el resultado llego al notificarle el cierre del sitio si ella no se presentaba, cosa que dudaba hacer.

Resoplo con tedio al verse envuelta en una toalla frente al armario rebuscando en su interior alguna prenda decente que utilizar ese día. Cuando al fin estuvo lista salió sigilosamente de su morada tratando de evitar el hacer el menor ruido posible para no despertar a su madre, tomo una bocanada de aire puro una vez cerró la puerta tras ella.

──Hoy será mucho mejor ── Se animó así misma en voz alta para iniciar con eso que ella misma había llamado travesía.

...

Draco Malfoy, releyó unas cinco veces el documento que descansaba sobre el acero metalizado de su comedor mientras saboreaba una taza de café amargo que bebió sorbo a sorbo quemándose lentamente la garganta con el liquido, lo hizo con la misma paciencia en la que su mente se iban resolviendo los conflictos que producían la acción que estaba a punto de cometer.

Su pensado al principio fue ayudarla a salir de la inmundicia donde ella misma se había hundido, pero después de verla tan recia a él supo como atraparla. Los sentimientos se mezclaron y su orgullo tomo las rindas llevándolo a ese punto. No se arrepentía de ello, lo único que maldecía era haberse dejado llevar por esos instintos que había reprimido por tantos años.

Dejo a un lado la pieza de porcelana comprada por el servicio, se dispuso a marcharse a la corporación tomando el documento que yacía sobre el comedor.

Un Malfoy, no tiene sentimientos; Con esa frase fue creciendo hasta que se la encastro en las venas con vehemencia y no porque su padre lo reprimiera o azotara cuando él los mostrara. Aquello había sido por convicción propia cuando entendió que estos te hacen endeble por lo tanto un blanco fácil de burlar cosa que tuvo que vivir con hechos para tener esa experiencia.

Por lo tanto el cosquilleó en su estomago debía ser que muy pronto se enfermería, no podía ser remordimiento ni tan siguiera felicidad por lo que estaba a punto de lograr. Aquello seguramente se debía al café amargo que consumió ¡Patrañas! Gruño maniobrando el volante, con eso no se engañaba ni así mismo.

Ese cosquilleo desbordante se debía a que la vería, a su completa disposición la tendría frente a él: Esa carita de ángel, aquellos labios rosados y esos ojos avellanas volverían hacer suyos sin prologas ni impedimentos.

── ¡Maldición! ── Se quejo una vez sus pensamientos lograron acelerar su ritmo cardíaco. Se bajo del auto azotando la puerta retumbando así en el estacionamiento subterráneo del edificio.

Recobro la compostura arreglando la corbata de su traje ladeo una sonrisa al tiempo que diviso la parte frontal del BMW de Zabini, asomarse colocándose en la plaza al lado de él. Del vehículo descendió un hombre con facciones sombrías y completamente serio nada parecido al humorista que se acostumbrar a ver, logrando que Draco, mostrara su dentadura en una perfecta sonrisa por que aquella cara solo significaba una cosa.

── Ya está listo el trabajo ── Informo el moreno alzando una carpeta que podía verse como un expediente policial.

....

Si en algún momento hubo esperanzas de que todo estuviera bien ese demonio de ojos grises y cabello platinando habían acabado con ellas. Su nombre estaba vetado de la gran mayoría de empresas incluyendo sucursales pequeñas y hasta restaurantes. Al parecer Draco Malfoy, había puesto algún granito de arena en todo Londres, y ahora se estaba aprovechando de ello.