Al fin te encontré, Granger

Capítulo 15

"Al fin te encontré, Granger"

S.M Guzmán

Años atrás.

Flash Black

Había recapacitando conforme el tiempo avanzaba, pues las cosas se iban enredando. Tener que aparentar ser la futura esposa de Ronald Waesley, cuando en realidad ya estaba casada con Draco Malfoy. Se complico la vida por su gusto y gana, por la falta de valentía que en tantas ocasiones le recrimino el rubio, y ahora la ansiedad y los nuevos problemas les estaban pasando su factura.

Se inclino en el retrete sosteniéndose del tanque para expulsar el liquido ácido y amargo que desprendió su estómago, arrugo la cara ante el sabor asqueroso de sus propios fluidos para luego ir hasta el lavado y cepillar sus dientes. No se sobre salto al ver que la puerta del cuarto del baño era abierta y posteriormente frente a ella se postro la pelirroja con quien compartía habitación.

La mirada enfatizante de la muchacha la hizo sentirse más incomoda y cuando por fin sintió que el cese intrigante en la menor de los Weasley culmino, casi se atraganta con el cepillo de dientes al escucharla berrear como una cabra loca.

── ¡Por Merlín Hermione! ── Junto ambas manos en su boca para después retirarlas y volver a gritar.── ¡¡Esto debe saberlo Ron!! ¿O ya lo sabe? ¡Oh! Espero que no ¡Porque si lo sabe y me lo había ocultado lo voy a castrar!

Hermione, entrecerró los ojos. No iba a preguntar de que le hablaba porque estaba más que sobre valorado su parloteo de tía histérica que no le pertenecia. Antes de siquiera pedirle que hiciera silencio Ginny, abandono la habitación corriendo hasta la sala de estar con ella detrás en busca de su hermano.

── ¡Ginny! ¡Ginny! ¡Alto! ── Sus gritos no detuvieron la carrera de la pequeña pelirroja que gozaba de libre espacio puesto que casualmente la sala común se encontraba vacía. Quiso volver a gritar, detenerla y dejarle por fin claro que ese hijo que esperaba era de su esposo, pero el destino tuvo otra idea una muy cruel.

Sus pies se enredaron a mitad de escalera y por más que trato de sostenerse su vientre golpeó con violencia el barandal arrancándole un un grito doloroso que la dejo doblada en dos aterrorizada.

Un zumbido retumbo en sus oidos tan y cuando el estado de entumecimiento la abandono y el terror empezó a enfriar su cuerpo trato de incorporarse pero la puntada en su umbago no lo permitió. Las lágrimas no dieron respuesta y el nerviosismo fue mayor.

Escuchaba lejanamente los gritos de Ginny, pero su mente estaba absorta ha aquello no traerá las consecuencias fatales que sus síntomas protestaban.

Un cosquilleo recorrió la cara interna de sus muslos y fue capaz de bajar los ojos para observar el líquido rojo manchar las medias del uniforme.

── ¡¡No!! ¡¡No!!  ¡No! ¡No! ── Su voz era estrangulada e impregnada de un suplicio agonizante. ── ¡No me toques! ── Su alarido se dirigió a la pelirroja arrodillada unos escalones más abajo de donde estaba.

── Mione, lo siento. De verdad Mione. Lo siento mucho. Vayamos a la enfermería. Quizás solo estés lastimada.

── ¡No quiero tu ayuda! ¡Vete! ── Aunque quiso gritarle aquello fue un solo sollozo.

── No puedo dejarte así Hermis. Déjame llamar a Ron, él debe saberlo.

── ¡Cállate! No involucres a nadie más Jadeo apretando los labios el sudor frio empapó su frente. Ronald no tiene nada que ver, él no es el padre de mi hijo.

Fin del flash Black

.....

Basto un segundo para que su cuerpo recuperará la compostura habitual que solía tener. Hombros erguidos y barbilla alzada.

Si su padre estaba involucrado las cosas tenían una magnitud exorbitante. Una gran verdad se escondía y ninguno de los dos podía revelar nada. Pero si de algo tenía certeza es que si Lucius, se involucró fue con el único fin de alejarlos ¿Pero que utilizo para chantajear?

Olvido en esos instantes como vocalizar alguna sílaba y sorprendiendose así mismo alargó su brazo rozando la mejilla del ser endeble e indefenso ante sus ojos.

Con una ansiedad abrumadora acortó las distancias y con una presión dolorosa en el pecho que le indicaba que aquella verdad oculta dolería de forma indescriptible.

Contuvo el aliento cuando la sintió refugiarse en su pecho aferrándose s la tela del traje. En tiempo de antaño aquella muchacha era fuerte y testaruda.

Su piel calentando los hilos que cubrían su piel, sus manos indecisas que cedieron a su entrega y por fin dos cuerpos que fueron uno unidos en un abrazo amargo.

El avivamiento de sus recuerdos lo hizo respirar con dificultad alzó sus brazos y sin mirar atrás abandono la habitación.

Algo dolía demasiado, algo le cortaba el aire. Un dolor denso lo estaba matando, sabia que ese mismo dolor fue el causante de su separación.

Camino hacia su habitación sacando de una de las gavetas un pequeño objeto que lo transportaria directamente a su antigua casa. Su cuerpo sufrió una sacudida, todo a sus pies templo y cuando menos lo pensó sus ojos reconocieron el paisaje de los alrededores de la mansión Malfoy.

Sus piernas buscaron un apoyo preciso para después andar con rapidez. Abrió la puerta principal con una fuerza innecesaria.

── ¡¡Lucius!! ── Hizo presión en sus puños cuando soltó el primer grito.── ¡¡¡Lucius!!! ── Iracundo quiso subir las escaleras pero en su ademán vio al hombre al inicio de las escaleras.

── ¿Pero que son esos gritos? ── Cuestionó con hostilidad. ── Años sin pisar esta casa y reapareces de esa forma. Gritando como un loco ── Se afincó en su bastón y observó la chispa de adrenalina en los ojos de su único hijo. Estaba más que seguro que esa inmunda no podía hablar pero no dudaba de que alguna pista hubiese dado.

── No sé con exactitud que hiciste pero así como conseguiste alejarla, con la misma audacia que utilizaste yo conseguiré saberlo todo ── Sus ojos nuevamente lo desafiaron. ── Siéntete orgulloso Lucius, me hiciste a tu semejanza.

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