Capítulo 9

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"Al fin te encontré, Granger"

S. M Guzmán

Aquello en otra situación hubiese sido un momento épico para la Olivia, pero en esos instantes ver al hombre que ella admiraba irradiar un brillo diferente por sus pupilas nada más al entrar aquella muchacha en su oficina la dejaba muda.

Draco Malfoy, era un hueso duro de roer en el tiempo que llevaba trabajando para él jamás se había dejado desafiar de tal forma pero todo hombre tiene un punto débil y ese estaba justo en sus narices desafiándolo y él lo recibía con júbilo enfermizo.

Hermione, lo miro enfurecida más que eso no encontraba un calificativo correcto para calificar la rabia que estaba a punto de estallar en su sistema. Abrió la boca en repetidas ocasiones para soltar una salta de tonterías y así drenar su cólera pero la sonrisa sínica de Malfoy, invitándola hacerlo la detenía.

── ¿Por qué? ── Fue lo único capaz de articular sin que su voz se quebrara y ella pareciera una niña asustada.

── ¿Por qué? ── Repitió él casi ofendido por la pregunta.── Esperaba algo mejor que eso. Algo más elocuente, algo digno de la leona intachable de su casa ¡Oh no espera! Es cierto que soy el único que parece conocer tu verdadera cara.

La muchacha apretó los puños ante la burla del rubio avanzo unos cuantos pasos acercándose al escritorio.

── ¿Lo estas disfrutando? ── Sus ojos demostraban la decepción más grande del mundo. Él la miro complacido de si mismo disfrutando de lo conseguido.

── No te imaginas el gozo que me está produciendo verte así frente a mi ── La reto con la mirada.── Puedo asegurarte que en estos instantes soy capaz de tener una erección si solo eres capaz de pronunciar mi nombre con enfado.

Ladeo una sonrisa al verla acercarse al escritorio azotando sus palmas encima de el.

<< ¿Por qué te ofendes? ── Cuestiono con desdén.── Para ser una prostituta te enfadas muy rápido querida, eso en tu profesión es contra producente los clientes requieren que estés dispuesta a todas su vulgaridades.

── Malfoy.

── ¿Es que acaso no leíste ni un artículo de cómo debe comportarse una sexo servidora?

── Malfoy.

── ¿Nadie te dijo acaso que ustedes están para servir no para lamentarse?

── Malfoy.

── ¡¿Es que acaso sabias en que mierda te estabas metiendo?! ── Para ese instante el tono calmado del magnate había desaparecido ahora él se encontraba inclinado encima del mismo escritorio retando con la mirada a esos ojos bañados de tristeza.

── ¿Por qué? ── Pregunto por segunda ocasión liberando las lágrimas de sus cuencas. Él se atrevió alzar su mano y con uno de sus lánguidos dedos retirar una de esas lágrimas trago seco ante el roce cerrando sus ojos al mismo tiempo.

── Porque te negaste a que te ayudara. Porque me heriste de muerte al marcharte ¿Por qué? Porque te moriste el mismo día que supe que alguien más te había tocado de la forma en que lo hizo ¿Por qué? Por buscarte tanto tiempo y encontrar así ¿Por q...

── ¡Basta! ── Interrumpió alejándose del contacto pero él siguió aun con los ojos cerrados.

── Porque ahora quiero que sufras ── Admitió abriendo sus esferas grises inyectadas de un letal veneno. Amabas miradas se midieron en un silencio perpetuo lleno de odio.

── Mi madre no es culpable por esto.

── Ella es tu punto débil Granger, lo único que va atarte a permanecer fija aquí. Sin poder escapar.

── Sácala de esto.

── Sácala tú de esto. Tú la involucraste mi querida bruja ── El mago tomo asiento de forma relajada se recostó de la silla ladeando su cuello. ── Yo seré bueno contigo. Voy a indicarte como sacar a tu madre de esto, tú decides si seguir las instrucciones.

La había hecho cautiva de él de la forma más baja posible en aquel instante recordó las palabras de Hagrid, en una clase cuando les dijo que una serpiente lastimada es el animal más peligroso que pueden encontrar y que estas seguían al causante de su daño hasta arrinconarlo y morderlo. Nada más parecido a esa realidad que aquel instante donde ella estaba frente a él sumisa a sus peticiones sin ninguna otra salida.

── Por mi madre hago cualquier cosa ── Su barbilla tembló al tiempo que alzaba el mentón.

Draco, ensancho su sonrisa al verse triunfante ante ella. Relamió sus labios con gusto se acomodó en el asiento y de forma lenta movía sus labios. Disfrutando del poder otorgado, disfrutando de la espera agónica que padecía ella.

── Desnúdate para mí.

zk

Al fin te encontré, GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora