Capítulo 16

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"Al fin te encontraré, Granger"

S.M Guzmán

Años atrás. 

Flash Black

Las pisadas eran una cuchillada feroz a su vientre, pero el dolor en el corazón era mucho mayor y eso no lo podía medir. Respiro profundo conteniendo las lágrimas que amenazaban por salir y espero pacientemente en la enfermería  a que llegara la directora McGonagall, en compañía de la persona que ella misma había solicitado. 

Minerva, se mostró sorprendida ante los hechos ocurridos pero no se atrevió a pedir una explicación en esa situación. Obedeció sin refutar cada pedimento de la alumna académicamente brillante que tenía frente a ella con el corazón roto y los ojos vacíos. 

El sonido de las pisadas la hizo saber que por fin habían llegado. No espero dar un cordial saludo aquello simplemente no iba a suceder. Con la voz  rota y el alma desmoronarse con lentitud pudo hablar.

  ── Me iré lejos de la vida de Draco ──   Una lágrima escapo. ──  Y usted va ayudarme a que todos aquí crean que he tenido un accidente donde he perdido la memoria. ──  Su barbilla se levanto dándole una convicción dudosa. Los ojos del más viejo de los Malfoy, se posaron en su postura poco erguida y en la mano que  instintivamente acariciaba el vientre.

  ── ¿Los Gryffindor, no se jactaban de ser valientes? ── Cuestiono con el ceño fruncido dirigiendo su pregunta a ambas mujeres. 

  ── ¿No era lo que usted quería Lucius? ── Esta vez fue el turno de la muchacha de retarlo. ──  Yo le estoy pidiendo algo muy simple ¿Tiene la capacidad de hacerlo o le quedara grande el encargo?

El hombre enrojeció ante el comentario y si en algún instante su cuerpo se estremeció ante los acontecimientos nuevamente recobro su compostura sacando de su bolsillo la varita extendiéndola en dirección a la directora McGonagall.

  ── Haré que el mundo mágico te olvide después que sagas de el. Pero Draco jamás debe enterarse que esperabas un hijo de él y muchos menos que yo te ayude ── No era pregunta lo que hacia, con todo el hastió posible estiro su mano en dirección de la sangre sucia mordiéndose la lengua. ──  Por ello pactaras conmigo un juramento inquebrantable. 

Fin del flash Black

.......

No lograba concentrarse en absolutamente nada. Veía como Olivia, daba detalles de próximas juntas y reuniones pasadas pero no lograba conectar ninguna oración con coherencia.

La sonrisa burlona en el rostro de su padre le persiguió las últimas semanas sin nada que pudiera averiguar hasta el entonces. Blaise continuaba recuperándose y lo único que hizo medio sonreír al rubio fue los cuidados de Pansy, para con él. Más allá de eso los últimos dos meses habían sido una tortura para su mente.


Regresar a lo que él llamaba casa y paralizarse frente de la habitación que le pertenecía a Hermione, lo llenaba de mucha más impotencia. Se quedaba con la mano extendida encima de la perilla o muchas veces la miraba desde los ventanales observando algún punto fijo con suma concentración. 

Había descargado su furia en lo único que podía y mientras los investigadores privados en el mundo mágico seguían sin otorgarle nada relacionado con la héroe de guerra. Sus días eran repetitivos y sin emoción alguna, ante sus ojos revive una y otra vez la imagen de la castaña en la estación de Hogsmeade, de mano de la única persona que la acompaño. Sus miradas se encuentran y es cuando comprende que ella no lo olvide que ese brillo le oculta algo más profundo.

La deducción cae en él cuando la imagen vuelve a hacerse presente... Minerva ¡Si Minerva! Ella tenía que saber algo ¡Ella debía saber algo! Quiso correr de donde se encontraba entonces la puerta se abrió y ante se postro la causante de todo aquel conflicto que lo embargaba. 

Sus ojos no transmitían nada dos esferas marrones extinguidas por un dolor del cual no podía hablar. Su alma vacía que no le regalaba aquel peculiar encanto que lo ato a ese recuerdo que la hizo perseguirla por tanto tiempo. 

  ── ¿Que haces aquí? ── Le pregunto una vez sus cuerdas vocales fueron capaces de obedecer a su cerebro.

  ── Eso quisiera saber yo Draco ¿Que hago aquí? ── Contrarresto elevando sus manos al aire y dejándolas caer nuevamente sin muchas ganas. ── ¿Que hago aquí? Si tú ya conseguiste que lo único que me quedaba firme en este mundo me odiara ¿Que hago aquí? Si no tengo respuestas a tus preguntas. ──  Su barbilla tembló pero la fiereza se adueño de ella una vez más. ── Aunque sí debería hacer algo bien por alguien más que no me involucre, como decirte todo de una maldita vez y morirme porque ya no aguanto más esto. 

  ── ¡Ni se te ocurra abrir la boca! ──  Le grito Draco, acortando la distancia que los separaba.  

  ── ¿De que me sirve estar viva Draco? ──  Sus miradas se entrelazaron con un dolor inminente comprometiendolos más de lo que estaban. ── Al menos así sabrás porque me aleje, sabrás por lo que no quise que pasaras y me gritaras ¡Me dirás egoísta! Pero yo podré decirte al fin que te amo con todo y mis malditos fantasmas. Con todo el asco y la repulsión que siento por mi misma. ──  Un paso más y el calor que sus cuerpos emanaban se rozaban pidiéndose permiso para fundirse como sus ojos. ── Porque hoy por hoy me arrepiento Draco, me arrepiento de huir ¡Me arrepiento de esta vida de mierda que elegí vivir sin ti! ¡Que elegí sin ti! ──  La tristeza en su voz contagiaba sus gritos de impotencia.

  ── ¡Ya no vale de nada tu arrepentimiento! ¡Deja de una vez la testarudez y cállate la puta boca! ── Se acerco a ella extremeciéndola una vez que sus manos se cerraron con brutalidad a unos centímetros más abajo de sus hombros. ──  No me importa que hables en estos momentos. 

  ──  No valgo la pena Draco, nada de lo que has hecho por mí vale la pena. Mi madre me lo hizo saber hoy cuando la llame y yo... ──   El dolor suprimió el susurro que escapo de su boca a la vez que el rubio interrumpía su oración.

  ── Te he pedido que dejes de hablar Hermione ¡Joder!  

  ── ¿Por qué seguir arriesgándote a esto Draco? ──  Su labio tembló y libero las lágrimas que guardaba en su interior lo vio maldecir por lo bajo. ──  Si hablo sabrás la verdad ¡Por fin te librarás de mí! Unos días antes de que tu padre fuera...

Su boca se silencio con abrupto cuando los labios del rubio se impactaron con tanta brutalidad en los suyos provocando que se rompieran con el filo de sus propios dientes. El sabor metalizado recorrió su cavidad bucal al mismo tiempo que la exigencia demandante de la lengua del rubio le pedía entrar a su boca.

Aquel beso le exigía la permanencia y la sinceridad que sus palabras no podían otorgarle, le pedían callar y al mismo tiempo gritar. Le demostraban que era suyo a pesar de tantos años, y que ella seguia amandolo con la misma locura con la que decidió alejarse.

La llevo al infierno y la arrastro al paraíso solo con las caricias de su lengua, y el delineado perfecto de sus labios. Solo con el calor que su cuerpo transmitía y el vértigo que le producía. Lentamente aquello desapareció de su entorno y sus labios se despegaron.

  ── No quiero que hables entiéndelo, no me permitiría perderte nuevamente. Me niego  a perderte. 

 





Al fin te encontré, GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora