Clara Atena
Semifinal de la película. Rose, está tumbada en la madera en el Atlántico suelta la mano de Jack, y este se unde bajo la tristeza de la actriz Kate Winslet.
Se me saltaban las lágrimas e Izan me abrazaba fuértemente.
*
- ¿Puede darme su nombre, por favor?
Rose mira al guardia.
- Dawson, Rose Dawson.
- Gracias.
"El corazón de una mujer es un profundo mar de secretos. Pero ahora saben que hubo un hombre llamado Jack Dawson, y que él me salvó en todas las formas en las que se puede salvar a alguien, ni siquiera tengo un retrato suyo, ahora solo existe en mi memoria."
*
Finalmente, varias lágrimas recorrieron mis mejillas. ¡En ese puto trozo de madera flotante cabían los dos!
- ¿No te parece precioso cuando Rose le dice al guardia que se apellida Dawson? - Pregunté a Miriam.
- Sí, creo que es mi momento favorito de la peli. - Dijo con los ojos rojos.
- Los españoles lloreis muy fácilmento.
- Vale Thomy. Cuando aprendas a hablar me lo dices.
Su novia sonrió y sé quitó una lágrima del ojo.
- Me gustaría veros a hablar a vosotros en mi idiomo.
El italiano se cruzó de brazos y soltó una palabra mal sonante en su idioma. Bueno, en italiano cualquier pasabra suena bien. ¿No?
- Sciocco, se sai che ti amo, (Tonto, si sabes que te amo).
Todos incluido Thomas nos quedamos mirando a la chica pelirroja con los ojos abiertos como platos.
- ¿Sabes hablar italiano? - Pregunté la primera antes de que nadie pudiera decir nada.
- Mi tío está dando un curso y me ha enseñado algunas cosas.
- Anche se la pronuncia è terribile, ti amo troppo, (aunque tu pronunciación sea horrible, yo también te amo).
Izan y yo nos miramos sin saber que decir.
- Thomy, carño, hasta ahí ya no llego.
Todos empezamos a reír.
Elísabeth
Empezó a sonar Let Her Go, (mi canción favorita), de Passenger. Mi móvil vibraba en el bolsillo izquierdo de mi pantalón.
- ¡Cucú! - Exclamó Clara al otro lado de la línea.
- ¡Hola fea!
Mi madura amiga gruñó.
- Así no es tonta. - Dijo con voz de niña pequeña. - Empezemos otra vez. ¡Cucú!
- ¡Trás! - Ahora si lo dije bien.
- ¿Llegará el día en el que lo digas todo seguido?
- Supongo nena. ¿Qué querías?
Se oyeron risas.
- Ah, perdona. No sabía que para llamar a mi-me -jor-a-mi-ga tenía que tener un motivo. - Se aguantaba las carcajas.
- Verdad, verdad. - Jordan me miró divertido. - ¿Hay algo que quieras contarme, me-jor-a-mi-ga?
- Sí. Bueno, en verdad, no es nada. Estoy en casa de Izan y Thomas. También está Miri, te llamaba por si querías pasarte.
Miré a Jordan, el cuál había escuchado lo último que dijo Clara. Me hizo un gesto de aprobación.
- ¿Os importa que vaya con un amigo?
- No, trae a quén quieras, ya lo sabes. - Esta vez respondió Izan.
- Gracias guapo. En 20 minutos estamos ahí. Un beso.
- Hasta ahora tonta. - Ahora era Clara. Dios, que mareo.
- ¿A ti te apetece, no? - Pregunté a Jordan.
- Eh... Bueno, sí, claro. Espero que no les importe. - Sonrió tímidamente.
- No, ¿no has oído a Izan?
- ¿Quién es?
- En resumen, el que ha dicho que puedes ir sin problema.
Sonreí.
- Perfecto. - Ahora sonrió él.
- Perfecto.
ESTÁS LEYENDO
Inocencia como Felicidad
Teen Fiction- Y por no echarle cojones, ahora échala de menos - HISTORIA TERMINADA • TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS • • PROHIBIDA COPIA Y/O ADAPTACIÓN •