Epílogo (PARTE 1)

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Cuatro meses después...

- ¿Estás segura, cielo? - Asentí y tomé mi bolso, metiendo el DNI y el pasaporte en la cartera. - Sabes que puedes volver cuando quieras.

- Lo sé, mamá, pero Washington no es que esté a la vuelta de la esquina.

Besó mi frente una vez más y me ayudó a cargar las maletas en el coche.

Eché un último vistazo al edificio y entré en el vehículo, dónde mi hermano trataba de sonreír.

- Eh, no me dirás que me vas a echar de menos, ¿verdad? - Dije revolviéndole el pelo.

- No. - Y acto seguido me abrazó. - Me quedo con tu cuarto.

- Ya lo sabía.

(…)

- Cariño ayuda con el equipaje. - Dijo mi madre a David, a lo que este asintió. - Vuestro padre llega en cinco minutos.

Entramos en el aeropuerto y nos sentamos en la sala de espera.

- ¿Estás nerviosa? - Me preguntó mi madre.
- No. - Negué. - Un poco. - Reí juntando el índice con el pulgar haciendo una mueca.
- Tom te recogerá allí, ¿no?

Asentí y mi sonrisa se ensanchó.

- Ese chico es especial.
- Mamá, no empiezes.
- Pero...
- Mamá. - Le interrumpo. - En serio.
- Está bien, está bien.  Ahí viene tu padre, iré al baño. - Besó mi mejilla y se levantó del asiento en dirección a los servicios.
- Papá. - Saludé.
- ¡Papá! - Gritó mi hermano subiéndose a sus brazos.
- ¡Campeón! - Besó su cabeza. - Hola cariño. - Bajó a David de sus brazos y me estrechó en ellos.
- ¿Y yo no cuento? - Preguntó mi abuela que se encontraba detrás de mi padre.

Le di un sonoro beso y mi hermano repitió mi acto.

- Ven, siéntate aquí. - Le dije.
- Ay cielo, que guapa estás. Ten mucho cuidado allí con ese novio tuyo, ¿eh?
- No es mi novio, abuela.
- Ya, ya lo sé, ahora llamais a los novios... Emm... Cómo era... Ah, sí, amigos. - Sonrió y no pude evitar unas carcajadas. - Por lo menos he conseguido mi objetivo. - Dijo cuando mi padre y mi hermano se alejaron a por unos refrescos.

- ¿Cómo?

- Quería estar viva hasta que conocieras a esa persona, fue un pacto que hice con Dios, cariño.

-Abuela... Sabes que no me gusta que hables así, ¿por qué tienes que hacerlo? Suena tan... Antiguo...

- Tu abuela es antigua, tesoro. 

Mi madre se acercó a nosotras, saludó a mi abuela con dos besos y me susurró al oído "hay alguien fuera de la sala que quiere verte". Con una mueca extraña me dirigía a la puerta de la salida. Entre la gran cantidad de gente que iba y venía no conseguía ver a nadie que me resultara conocido, hasta que una rosa se cruzó en mi camino.

- No pensabas que iba a dejar que te marcharas sin despedirme, ¿verdad?

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Hola!! no me maten por favooor sé que llevo muchísimo tiempo sin subir, pero esq juro que no he tenido tiempo entre los exámenes finales, así que decidí dividir el epílogo en dos partes para así poder subir este antes. Prometo que la segunda parte la subiré antes del lunes, para así dar esta novela por finalizada. Agradezco muchísimo en apoyo recibido,y bueno, agradecería que os pasárais por mis otras novelas, ¿Con derecho a NO enamorarse? y Pride.

Cuantos más VOTOS y COMENTARIOS haya, más larga será la segunda parte del epílogo, recuerdo que NO va a haber segunda temporada.

Laura, xx

Inocencia como FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora