- Vamos, rápido, que he quedado, David.
- ¿Con?
- No te importa.
Llegamos a casa y sonó mi móvil.
Mi padre.
- Hola papá.
- Hola cielo, en media hora paso a buscaros.
- Eh... No, no. Escucha. - Me rasqué la nuca. - He quedado para cenar, llegaré tarde a casa. Solo tienes que recoger a David.
Bufó.
- Está bien. Llámame y voy a recogerte cuando termines.
- No será necesario. - Me estaba empezando a poner nerviosa, no me dejaba hacer nada sola, absolutamente nada. - Te llamaré cuando vaya de camino a casa, para que sepas que estoy llegando.
- Vale, pero no vayas sola. Un beso.
Colgué.
Me metí en la ducha haciendo que los músculos del cuerpo se me relajaran, de verdad que necesitaba más espacio respecto a mi padre, que desde lo de Izan, parecía entenderme un poco.
Salí del baño envuelta en una toalla, y del armario saqué unos jeans oscuros y una camiseta de mangas caídas azul con la frase Don't stop the party, me calcé unas botas bajas y volví al baño a peinarme y maquillarme un poco.
21:04.
Llamaron al telefonillo.
- ¡Es para mí, mamá! - Grité cogiendo el bolso. - Bajo. - Dije por el telefonillo.
Me monté en el ascensor y bajé las siete plantas. Thomas estaba apoyado en la puerta del portal con una camiseta negra y unos jeans claros.
- ¡Hola! - Dijo abrazándome.
- ¡Hola, perdido!
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Fuimos a la misma pizzería que la última vez.
- Hola, ¿saben ya lo que van a pedir?
Asintió.
- Una hamburguesa triple con bacon y patatas fritas. - Rió.
Lo anotó en la libreta.
- Yo una simple con queso, por favor.
- Bien, ¿y de beber?
- Coca-cola Light. - Pedí.
- Yo igual, no quiero engordar. - Dijo Thom sonriendo y entregando la carta a la camarera.
En cuanto se fue, nos echamos a reir.
- Claro, perdirte una Coca-cola normal te iba a matar, ¿no?
Asintió.
- No quiero arriesgarme a deformar este cuerpo. - Dijo con un acento pijo para después echarse a reir.
- Sí, será eso.
Me guiñó un ojo, y se le vió sexy... Muy sexy, creo que estoy sonando estúpida, pero con ese guiño podría derretir el Ártico.
- Hey, Atena. - Me llamó.
- ¿Sí?
- Que te has quedado embobada. - Sonreí. - Perdona. - Estaba pensando.
- ¿En qué? - Preguntó curioso.
• Holaa perdonad por no subir en un tiempo, pero quería también empezar con mi otra nove, que la podeis encontrar en mi perfil: ¿Con derecho a NO enamorarme? Vuelvo a decir que me gustaría que la leyerais.
P.D.: Caritas raras para todos!!!
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Inocencia como Felicidad
Teen Fiction- Y por no echarle cojones, ahora échala de menos - HISTORIA TERMINADA • TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS • • PROHIBIDA COPIA Y/O ADAPTACIÓN •