Jordan
Sinceramente, esa camarera estaba muy buena, pero las barbies plásticas no me van.
- Ya vienen. - Anunció Thomas.
- Eso ya lo vemos. - Respondió Lucas de mala gana.
- ¿Tú siempre eres tan gilipollas? - Respondí amenazante.
El chaval miró a las chicas que ya volvían del baño, y prefirió no decir nada.
Thomas me dió una palmada en el hombro en forma de agradecimiento, a lo que yo asentí.
- ¿La cuenta? - Preguntó Clara sentándose y comiendo una patata de su plato.
- Por mí sí. - Dijo el italiano bebiéndose lo poco que le quedaba de tinto.
Los demás asentimos.
Llegó la barbie plástica.
- ¿Necesitais algo más? - Preguntó con una voz seductora.
- La cuenta. - Escupió Elísabeth. Cada vez me costaba más el no poder tenerla.
La camarera la miró con mala cara.
- Claro, cielo. - Respondió con una sonrisa forzada. - Un segundo.
Un segundo es lo que tardas en chupársela al primero de turno - Musitó Elísabeth cuando la camarera se fue. Dado que yo fui el único que se rió, dí por hecho que también era el único que se había enterado.
Una hora después...
Clara Atena
- Gracias por acompañarme. - Le dí un beso en la mejilla.
- Solo prométeme que no te pasarás la vida marginada. - Dijo con su precioso acento italiano.
- Te lo prometo. Buenas noches.
- Buenas noches, Atena.
Cerré la puerta del portal y subí en ascensor hasta mi piso.
Abrí la puerta y ví una nota dónde siempre dejamos las llaves, en un cuenco de cristal encima de una mesita de madera:
Al ver que tardabas mucho me he acostado. No olvides tomarte la pastilla. Están en el tercer cajón de la repisa de la cocina, tómatela con un vaso de agua. Buenas noches, cariño.
Mamá
Elísabeth
- ¿Quieres que te deje directamente en tu casa? - Preguntó Jordan a Lucas muy serio. Íbamos en su coche, igual que antes.
- Sí, gracias.
- Indícame.
- Todo recto hasta llegar a la rotonda de allí al fondo, luego gira a la izquierda y listo.
A los quince minutos llegamos a su casa. Salí del coche para despedirme de Lucas.
- Ah, Eli, una cosa.
- Dime. - Me acerqué a él debido a que ya me había alejado para regresar al coche con Jordan.
- Olvidas esto. - Dijo agarrándome de la cintura y presionando sus labios contra los míos.
Me alejé de él lo más rápido que pude y me metí en el coche.
- Perdona.
- Eres su novia, no la mía.
- No soy su...
¿O sí lo era?
- Pues te ha besado. - Lo dijo dolido.
- No quería besarlo.
- Eso deberías decírselo a él.
(...)
Dió un frenazo y paró el coche en seco, justo en un descampado.
Salió del coche dando un portazo. Hice lo mismo, sin maltratar la puerta.
- ¡Elísabeth, es que no lo entiendes! ¡Todos tus intentos de alejarte de mí fracasarán, sé que el amor es una puta mierda que te destruye por dentro, que todo en la vida nos va a hacer daño... - Se le humedecieron sus preciosos ojos verdes. - ... pero también sé que te quiero, que te amo, y que si alguien me tuviera que lastimar te elegiría a ti para que lo hicieras, una y mil veces más, porque... joder, yo que sé Elísabeth, te quiero, TE QUIERO!
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Inocencia como Felicidad
Teen Fiction- Y por no echarle cojones, ahora échala de menos - HISTORIA TERMINADA • TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS • • PROHIBIDA COPIA Y/O ADAPTACIÓN •