Clara Atena
Llegamos a su apartamento a las 21:00.
Por así decirlo, Izan echó a los borrachos que quedaban en la fiesta. Ahora que lo pienso, estar "alegre" a las nueve de la noche es realmente triste.
Thomas y Miriam ya estaban en la habitación del italiano haciendo esas cosas que... en fín... creo que todos sabemos a lo que me refiero, no hace falta concretar más.
Cogí de mi maleta mi pijama, bueno, una camiseta rosa que ponía en la zona del pecho "I'm sexy and you know it", debajo de las letras estaba la Pantera Rosa en una posición que dejaba poco a la imaginación. Como pantalones tenía unos blancos cortos con puntitos celestes de un pijama antiguo.
Dormimos en el cuarto de Izan. Y si se lo preguntan, no. No pasó nada.
Sábado, 12:00...
Elísabeth
Me despertó un WhatsApp de un número desconocido:
Hoy es la mudanza. Nos vamos a la casa número 57. Si quieres, podemos vernos sobre las 4. Por cierto, soy la Princesa Jo.
Reí.
Le agregué a contactos.
Princeso Jo. Corregí para mis adentros.
Clara Atena
Me despertó una llamada de mi madre.
- Hola cariño. ¿Cómo va todo por casa?
Mierda. No le dije nada.
- Humm... sí ma... verás...
- ¿¡Te ha pasado algo, estás bien!?
- Sí, sí. Estoy perfectamente.
- Bueno, solo te llamaba para decirte que volvemos esta noche, no mañana.
- Vale, genial. ¿Sobre qué hora?
- Saldremos a las siete y media más o menos, si no hay atasco es una hora y cuarto de camino.
- OK. Hasta luego mamá.
Colgué antes de que le diera tiempo a despedirse.
Un momento... ¿Izan?
- ¡Izaaaaan! - Le llamé.
- ¡Voooooy!
Izan apareció por la puerta del dormitorio con un delantal de cocina y unos boxers negros.
- Eemmm... Izan... - Reí. - ¿Para unas tostadas y un cola cao hace falta un delantal de cocina?
- Anda, levanta y vé a la cocina.
Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina con los ojos tapados por las manos de Izan.
Me paró justo en frente de la encimera de granito y destapó mis ojos.
- Voilà!
Me quedé boquiabierta. Creo que hasta se me cayó un poco la baba y todo.
Izan
La sorpresa le encantó.
Si hay algo que a Clara le gusta más que dormir, es la comida.
Había de todo; tostadas, café, chocolate, croisants, magdalenas, bollos, churros, bizcochos, salchichas, huevos fritos, tortillas y más dulces. Me había levantado a las nueve de la mañana para tenerlo todo preparado.
Saqué a Thomas y a Miriam del piso hace un par de horas, tuve que darles 50 euros para que sacaran sus hermosos traseros del apartamento. Malditos.
- ¿Tú quieres que muera de obesidad, verdad? - Rió.
- Me has pillado. - Levanté los brazos en modo de rendición. - Anda, empieza, que sé que te mueres de ganas.
Se pasó la lengua por los labios.
- ¿Que pruebo primero chef?
Reí.
- Le aconsejaría que tomara primero lo que se va a enfriar antes.
- ¿Me ayudará usted a terminar toda esta comida? - Dijo metiendo el dedo en una cacerola con fondant de chocolate y pasándose su dedo índice por su labio inferior.
- Qué remedio. - Sonreí y me encogí de hombros. - A ver... déjame probar de ese chocolate... - La cogí de la cintura y la atraje hasta mis labios. - Mmm... que rico me salió.
• Holaa espero que os halla gustado el capítulo!! Está dedicado a una de mis mejores amigas, ALEJANDRA SÁNCHEZ.
Muchas gracias a tod@s por leer!!
P.D.: Caritas raras para todos!! {ü} {ü}
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Inocencia como Felicidad
Teen Fiction- Y por no echarle cojones, ahora échala de menos - HISTORIA TERMINADA • TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS • • PROHIBIDA COPIA Y/O ADAPTACIÓN •